Virginia Woolf: Entre la escritura y la locura
Virginia Woolf fue capaz de forjarse una corriente de pensamiento, controvertida para la década de los 20 y los 30, premonitoria en la actualidad.
Virginia Woolf fue capaz de forjarse una corriente de pensamiento, controvertida para la década de los 20 y los 30, premonitoria en la actualidad.
Donald Trump pasará a la Historia por el levantamiento que se ha generado en su contra.
El magistrado también defiende la igualdad de penas con independencia del sexo del agresor, lo que eliminaría las agravantes por violencia de género incluidos en el Código Penal: «Tengo derecho a equivocarme y a pensar que si es una mujer la maltratadora debe castigársele igual». La Asociación de Mujeres Juezas le ha pedido a través de Twitter que como magistrado, muestre mayor concienciación y formación, pero Salas replica que no cree que la necesite y se muestra libre de seguir publicando sus opiniones a pesar de la multitud de respuestas contra sus percepciones.
Cuando algunos usuarios han argumentado que la violencia de género no puede achacarse a una cuestión de biología, sino que los asesinos «aprendieron que tienen poder sobre las mujeres y son machistas», Salas contesta: «O sea que se pega y se mata por un problema educacional, no porque se sea intrínsecamente malo. No lo creo así». Además de atribuir la violencia del hombre hacia la mujer a la “maldad innata” y a la mayor fuerza física, Salas opina que le parece “un error” crear “un patrón único” para explicar este fenómeno a pesar de que las numerosas noticias y estadísticas sobre violencia machista lleven a dilucidar lo contrario.
Mi padre conoció el feminismo de forma abrupta. Un día, siendo pequeño, regresó del colegio y se encontró a su madre en ropa interior. No se trataba de algo habitual y tampoco parecía transitorio. La abuela Carmela no se disponía a cambiarse de atuendo o a vestirse. Aquello era una performance. Un acto individual y doméstico de protesta. ¿Contra qué? Contra su marido, claro. Al parecer, el abuelo Mario tenía la costumbre de quitarse la ropa al llegar a casa, pasando el resto del día en camiseta interior y calzoncillos. Y a la abuela le parecía mal. Decía que no era de recibo. Que qué mal gusto. Que y si venían visitas. Su queja era antigua y conocida, pero no había servido de nada. Así que decidió ir más lejos: si el abuelo lo hacía, ella también lo haría. Y en esas la encontró mi pasmado padre. En bragas y «sostén».
Tras ser engañada por una amiga, la joven visitó la casa de uno de los chicos donde fue obligada a tomar una mezcla de alcohol y pastillas que dejaron su cuerpo sin fuerza ni capacidad de defenderse. Entre gritos de socorro, fue violada de forma múltiple por cuatro de sus compañeros del colegio. Un hombre que escuchó desde la casa de enfrente las llamadas de auxilio de la víctima, acudió a su llamada y transportó a la joven al hospital más cercano. Además de los daños físicos sufridos como consecuencia de la violación, la víctima muestra ataques de pánico y según declaraciones de su madre recogidas en medios locales, no quiere salir de casa ante el miedo de encontrarse con aquellos que la forzaron a mantener relaciones sexuales sin su consentimiento. En el día contra la violencia machista, noticias como ésta demuestran que aún queda mucho por hacer para erradicar esta pandemia que cada día afecta a mujeres y niñas de todo el mundo.
El sondeo, que se basa las respuestas de 27.818 entrevistas personales en los 28 países de la UE, demuestra que «si bien hay un acuerdo generalizado sobre que la violencia doméstica, el acoso sexual y otros actos de violencia de género son inaceptables, la encuesta muestra que son hechos que siguen produciéndose de forma amplia». Tres cuartas partes de los europeos (74%) respondió que la violencia doméstica contra las mujeres es común en su país y un cuarto de los encuestados (24%) dijo conocer amigos o familiares que víctimas de violencia doméstica. La primera encuesta a nivel europeo sobre las experiencias de las mujeres en diversas formas de violencia, llevada a cabo por la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA), mostró que la violencia contra las mujeres en Europa sigue siendo generalizada. La encuesta encontró que una de cada tres mujeres ha sido víctima de violencia física y / o sexual durante su vida y que el 55% de las mujeres han sufrido acoso sexual. Los datos considerados más alarmantes son los relativos a la percepción generalizada sobre las víctimas, en muchos casos silenciadas por considerar que no opusieron suficiente resistencia o incluso convertidas en culpables sobre actos de violencia ejercidos por otros. El eurobarómetro muestra que el 27% de los encuestados considera que el abuso sexual puede estar «justificado» si la mujer ha bebido más de la cuenta o tomado drogas, si ha invitado a su acompañante a casa, va vestida con ropa calificada de «sugerente» o no ha dicho claramente que no u opuesto resistencia física.
¿Cuál es el papel de las mujeres en el arte? El Museo del Prado inaugura la primera retrospectiva sobre una mujer en sus 200 años de historia.
Aunque desde hace algunos años pequeñas empresas dedicadas al mundo del juguete empezaron a apostar por muñecas fuera de los estereotipos estándares de belleza, grandes marcas como Mattel y Hasbro están entrando también en esta nueva ola, incluyendo nuevas caras, cuerpos y pieles en su ampliado catálogo de cara a la Navidad. Además de barbies con peinados afro, ojos rasgados, todo tipo de estructuras faciales y complexiones físicas más saludables y realistas, algunas jugueterías ya ofrecen productos como legos en silla de ruedas o muñecas con accesorios para medir la diabetes. En declaraciones a la agencia Associated Press, la socióloga y profesora de la Universidad Estatal de California Elizabeth Sweet comentaba: «Ha habido algunos progresos, pero aún queda mucho trabajo por hacer. Los niños necesitan verse a sí mismos en los juguetes y en los objetos con los que interactúan».
#NiUnaMenos, #VivasNosQueremos, #MiércolesNegro. Latinoamérica protesta en contra de la violencia machista, el femicidio y la desigualdad de género.
La práctica de la ‘molka’ es tan frecuente que los fabricantes de teléfonos inteligentes surcoreanos están ahora obligados a sonorizar las cámaras de sus aparatos para que hagan ruido cuando toman una foto y cada vez hay más especialistas que se dedican a asegurarse de que ninguna cámara filme a las mujeres en la intimidad de los servicios o los probadores de lugares públicos. Para luchar contra esta práctica, algunas mujeres han empezado una cruzada contra estos acosadores, pero según apunta Lee Na-Yong, socióloga de la universidad de Hanyang en Seúl, en una opinión recogida por la agencia AFP, la solución sólo puede pasar por un cambio en la propia sociedad: «Japón y Corea del Sur son dos naciones profundamente conservadoras donde las discusiones francas sobre el sexo son tabú y donde las mujeres son víctimas de discriminaciones sistemáticas», por eso es tan habitual el consumo de «vídeos bajo las faldas». La ‘molka’ es la «unión desafortunada entre una tecnología que se desarrolla rápido y una cultura patriarcal que evoluciona lentamente. El problema no se solucionará mientras no lo tratemos de manera más amplia, a través de la educación», explica la socióloga.
Dayib, que ha vivido en Finlandia desde 1990, se ha presentado como candidata a las elecciones presidenciales de Somalia previstas para octubre. Desde que su nombre salió a la palestra como posible presidenta, Dayib ha recibido amenazas de muerte, pero en una entrevista con The Guardian, asegura que también ha contando con una buena cantidad de por parte de los compatriotas del país dejó atrás. Sobre las amenazas de muerte que ha recibido asegura que «reconocen que tengo la capacidad para promover el cambio». En Somalia, un país sacudido por la violencia de Al Shabaab, las elecciones están lejos de alcanzar el sufragio universal por razones de seguridad e institucionales. El próximo presidente de Somalia será seleccionado por los miembros de una Asamblea Nacional bicameral elegido por 14.000 delegados elegidos por los ancianos de la tribu. Los analistas aseguran que la elección podría ser un «trampolín» hacia el sufragio universal, una meta que los expertos más optimistas auguran para el 2020. Dayib reconoce sus posibilidades de ganar son nulas, pero su campaña ha supuesto un impacto en el país provocando abriendo el debate acerca de la participación política de las mujeres en Somalia y presentando una alternativa a la élite política existente.
El francés Pierre de Coubertin, creador de los Juegos Olímpicos modernos, se opuso hasta su muerte a la participación de mujeres en los Juegos Olímpicos. En París 1900, la segunda edición de los Juegos modernos, la participación femenina se limitó exclusivamente al golf y al tenis. En total, fueron seis las mujeres que compitieron. No fue hasta Ámsterdam 1928 donde comenzó realmente la historia olímpica para las mujeres, con cerca de 300 deportistas, casi el 10% del total. Esta entrada masiva se dio ya que pudieron participar en el deporte rey: el atletismo. La presencia femenina fue normalizándose a partir de los Juegos de 1976 en Montreal. La primera mujer en ganar un oro fue Betty Robinson -una de esas heroínas olvidadas-, que logró la medalla dorada en atletismo en Ámsterdam 1928. Durante décadas, las mujeres han luchado por competir en las mismas disciplinas que los hombres. No fue hasta hace cuatro años, en Londres 2012, cuando el boxeo femenino entró en competición y las mujeres pudieron participar en los mismos deportes que sus compañeros masculinos. Históricamente, el deporte ha sido algo de hombres, que disfrutan con una presencia mediática mayor y de mejor calidad. Sin embargo, en Río 2016, se atisba un cambio también en ese aspecto: las cámaras ya buscan a las deportistas -algunas convertidas en ídolos-, no por su cuerpo, sino por sus hazañas.
Los hombres suelen ser más arriesgados que las mujeres. Al menos en algunos ámbitos, como los que entrañan cierto desafío físico. En los San Fermines, por ejemplo, son más los varones quienes deciden participar de esa larga carrera delante del toro. La temeridad, que no la valentía, se lleva bien con la estupidez.
Wright es la última en apuntarse a reclamar un sueldo equitativo al de los hombres. Patricia Arquette lo hizo al recoger el Oscar por Boyhood en 2015, Jennifer Lawrence la apoyó y detrás de ellas otras muchas como Meryl Streep -que la aplaudió y animó con fervor en la ceremonia- o Emma Watson. Todas ellas han llevado la bandera de la eliminación de la brecha salarial en su sector. A pesar de que algunos críticos aleguen que ellas ya ganan mucho dinero, esta denuncia es importante porque es mediática, porque los pasos que den las superestrellas pueden extrapolarse a la sociedad. En España, actualmente, las mujeres cobran un 18,8% menos de media que los hombres por hacer el mismo trabajo.
Una adolescente de 16 años fue asaltada por uno de 17 después de acceder a que este la llevara a casa. Ella estaba claramente intoxicada por el alcohol. En el hospital encontraron ADN del joven en su pierna y en su boca. El joven aseguró que ella accedió a mantener sexo oral, mientras que ella negó acordarse de la escena. Los fiscales le acusaron de sodomía oral forzada, pero el juez desestimó el caso alegando que, según la Ley estatal, el sexo oral no es violación si la víctima está inconsciente.
Un grupo de activistas denominado Women on 20s ya había propuesto a Tubman como candidata. Su verdadero nombre era Araminta Ross, nació en 1820 y dedicó su vida a abolir la esclavitud. Ella misma fue esclava y, tras escapar de su cautiverio, rescató a cerca de setenta esclavos, entre ellos su propia familia. Se enfrentó al sistema con bravura, abogando también por el sufragio femenino. La dura vida de Harriet Tubman y sus logros tienen ahora su homenaje particular en forma de billete de dólar.
Saffica Ishaq, una joven activista, tenía 24 años cuando fue secuestrada en las calles de Sudán por dos policías vestidos de civiles. La llevaron a las oficinas de los servicios de Inteligencia y Seguridad, donde la interrogaron, golpearon y violaron repetidamente. Según ha declarado, le acusaron de distribuir octavillas y de ser una “comunista e indecente”. Es una de las varias mujeres y activistas que han denunciado haber sido violadas por las autoridades en un informe de Human Rights Watch.
Las palabras de Moore abrieron la veda: “Si yo fuera una mujer tenista, me arrodillaría cada noche y daría gracias a Dios por el nacimiento de Roger Federer y Rafa Nadal”, afirmó. Djokovic añadió al respecto: “Han luchado por lo que se merecían y lo consiguieron. Por otro lado, el mundo de la ATP debería luchar por más dinero porque las estadísticas muestran que tenemos muchos más espectadores en los partidos de hombres».
Desde el sufragio femenino hasta la representación de la mujer en todos los estratos y las facetas de la vida –en el lugar de trabajo, en las escuelas, en las universidades, o en los Parlamentos-, el camino que ha recorrido la mujer ha sido largo y pedregoso. La verdadera revolución del siglo XX ha sido la de la mujer, una revolución inigualable, profunda y que, todavía hoy, no ha logrado la paridad real que podríamos esperar. El machismo sigue matando a decenas de mujeres cada año sólo en España, y las generaciones más jóvenes que vienen no aseguran un futuro esperanzador a este respecto.
Las concejalas electas en esos comicios -sólo 17 de 978 candidatos- han recibido la orden de reunirse en diferentes salas que los hombres. Podrán ser escuchadas pero no vistas por sus compañeros masculinos, y sólo se comunicarán por medios electrónicos. A esta decisión se han resistido dos concejalas de la ciudad de Jeddah, pero han tenido que claudicar. También ha sido muy criticada por las asociaciones de derechos de las mujeres.
Se trata de un alegato por la mujer imperfecta en la sociedad contemporánea. Denuncia una situación que viven día a día las actrices de éxito, extrapolándola a todas las mujeres: «Tu compañero está listo en dos minutos. Él es un hombre, no necesita todo eso, es guapo tal y como es. ¿Tú? Puede que en hora y media estés presentable. Ya sabes, eres mujer, imperfecta», asegura. Ha corrido como la pólvora en las redes sociales en las últimas horas, como ya ocurrió con el de la actriz Inma Cuesta.
La combinación de foto y pie de foto me provocó primero extrañeza, luego disgusto, finalmente desazón. Esta hermosa modelo, desfilando oronda e insinuante en traje de bajo, asegura que el modelaje fue su puerta de escape del machismo.
No me refiero a una operación militar a gran escala. Soy de la opinión de que, con las notables excepciones de Irán y Turquía, el islam, militarmente, es un cero a la izquierda.
Las señoritas primero o haz la moda, no la guerra eran sólo algunos de los carteles que representaban la parodia de la manifestación feminista, el Girl Power, liderada por el director creativo de Chanel, Karl Lagerfeld, en la pasarela de París.
Ser machista está mal visto, cuestionar decisiones o nombramientos por razones de sexo, peor. Aunque la procesión vaya por dentro, es mejor no meterse en charcos, porque el resultado será siempre, además de injusto, negativo.
No son comentarios respetables, Gala. Son machistas. Sin más calificativos. Si te destituyen, que sea porque no has llegado a los objetivos. Lo demás, son puros prejuicios.
La derecha, cínica; la izquierda, aún más cínica, porque su anticlericalismo feroz y su feminismo combatiente se diluyen en cuanto se toca al islam. El relativismo se lleva en las filas progresistas: hay que comprender que los derechos humanos no tienen que ser lo mismo en todas partes.
Al feminismo radical le pasa como a todo aquello de lo que se adueña el progresismo que odia nuestros fundamentos: que lo pervierte.
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