Azul, amarillo, verde, rosa, púrpura, rojo, naranja, turquesa… cualquier tonalidad posible o imaginable forma parte del alegre elenco del Holi, un festival capaz de hacer vibrar retina y espíritu en un torbellino de color.
Con la primera luna llena de marzo iluminando las noches y la llegada de la primavera a punto de acontecer, el festival Holi vuelve como cada año para disfrazar las calles con los colores del arcoiris. También conocido como el Festival de Primavera, el Festival del Amor o, por razones obvias, el Festival de los Colores, las raíces del Holi se remontan a una antigua fiesta religiosa hindú, cuyo origen se sitúa principalmente en la India, Guyana y Nepal.