En el último disco de Mount Eerie, A crow looked at me, Phil Elverum narra la muerte de su esposa con crudeza. No hay apenas metáforas. Es un disco deprimente y desnudo, da miedo. El sonido es amateur y sucio, como suelen ser los discos de Mount Eerie, aunque este es quizá su álbum más radical. Están solo él y su guitarra, quizá algún sonido ocasional, una base sencilla. Es espontáneo y a la vez meditado. Dice “tu ausencia es un grito que no dice nada”, aunque está lleno de escenas costumbristas y de frases sencillas como “te echo de menos” o “te quiero”. La última estrofa en “Death is real”, la canción que abre el disco, termina con “No quiero aprender de esto. Te quiero.” Es la idea de darle sentido y utilidad al sufrimiento, de que, incluso la peor de las tragedias te hace ganar experiencia y sabiduría. Elverum parece decir: a la mierda la experiencia: “Rechazo la naturaleza. Estoy en desacuerdo”, dice en otra canción.