«Las sentencias castigan delitos muy graves, pero lejos de entenderse que el Estado funciona, se extiende la sensación de que nadamos en un fango de corrupción en el que todos están implicados y, por tanto, nadie es fiable»
Al final de su vida, en una larga conversación con el sociólogo Steven Lukes –que acaba de editar en castellano Página Indómita–, Isaiah Berlin reflexionó sobre la difícil relación entre el espíritu liberal y la tentación dogmática del fanatismo. No se trata de una controversia precisamente nueva, ya que hunde sus raíces en el proyecto democrático. «Los liberales –observa Berlin– están comprometidos con la creación de una sociedad en la que el mayor número posible de personas pueda llevar una vida libre, una vida en la que dichas personas puedan desarrollar sus potencialidades, tantas como sea posible, a condición de que no aborten las de los demás». Pero este anhelo, que viene a ser el de una vida civilizada donde se asuma como propia la riqueza de la pluralidad, choca con la intransigencia de los extremistas.
España necesita elecciones generales y un Gobierno estable que afronte las crisis que nos acechan, que son varias y muy serias. No hay otra salida.
Rajoy tiene decidido que quiere ser de nuevo el candidato del PP en la próximas elecciones generales, y ya lo anunció Mariano a su estilo: «En la medida que yo vaya viendo cómo se van produciendo los acontecimientos, intentaré repetir como candidato», que en lenguaje Mariano quiere decir, «aspirantes, olvidaos del todo, yo seré de nuevo el cabeza de cartel, os guste o no os guste».
Las imágenes del juicio de Gürtel en las que ha declarado como testigo el presidente Mariano Rajoy están pixeladas, como granuladas, son de mala calidad. Son fotografías de pantallas de televisión, de la señal de vídeo de la Audiencia Nacional, porque no se permiten cámaras de la prensa en la sala. El efecto es potente.
En España la factura es a lo sumo un gesto incómodo. Y cuando vienen a arreglarle a uno la persiana de su casa le preguntan por delante si va a querer factura. Por el tema de Montoro y el veintiuno por ciento.
Vaya por delante una confesión. Hace ya algún tiempo tuve una reunión de trabajo con uno de los más importantes implicados en el caso Gürtel; el colega tenía en mente construir un canal de Youtube en torno al concepto “tirar de la manta”: sin piedad pero con AdSense. De aquello (evidentemente) no salió nada, pero las cosas como son —fue la reunión más surrealista de mi vida.
Por la pose, esto es lo que parece que puede estar pensando Mariano Rajoy a la hora de valorar los resultados de las elecciones del pasado 24 de Mayo. Por detrás una frase que me quita el sentido: EN LA BUENA DIRECCIÓN.
Podríamos hacer estas carreras de snorkel en las profundas ciénagas de las cajas quebradas, los lodos de la Gurtel y las autopistas rescatadas.Los nadadores chapotearían entre montañas de contratos a dedo en un barrizal de aforados a medio imputar.