Hace ocho años que los padres de Marta del Castillo la vieron por última vez. Ocho años desde que comenzó una búsqueda que, a día de hoy, aún no ha finalizado. Sus familiares y amigos no han olvidado durante estos ocho largos años el sufrimiento que Miguel Carcaño y el resto de implicados en el caso les han hecho pasar, desde el momento en que Marta desapareció, con todos sus cambios de versiones y las dificultades y obstáculos que estas han supuesto en la investigación.
Durante los primeros meses, sus familiares y amigos se volcaron en una búsqueda sin descanso con la esperanza de encontrar a la joven con vida. Sin embargo, estas esperanzas se desvanecieron cuando Miguel Carcaño confesó haberla matado.
El cuerpo de Marta, que tenía 17 años cuando desapareció, no ha aparecido todavía, a pesar de que se han explorado numerosas zonas de la ciudad de Sevilla, incluidos el vertedero, partes del río Guadalquivir y la escombrera de Camas.