Luis Enrique

El pinganillo

El pinganillo

El Barça debe graduarse de nuevo, ajustar dioptrías y evitar lo que pueda deslumbrar en exceso. Llegar a entrenar sin legañas y dirigir con los ojos bien abiertos. Escuchar, no oir. O lo que es lo mismo: trabajar, trabajar y volver a trabajar.

Y Luis Enrique tomó partido

Y Luis Enrique tomó partido

Luis Enrique pertenece a ese selecto grupo de futbolistas que han jugado para Dios y para el diablo. Ha vestido la camiseta de los dos grandes enemigos del fútbol español y parece que la experiencia en uno de los dos equipos le fue más grata que en el otro.

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