MyTO

Mario Benedetti

  • Un privilegio

    «Hay algo singular que caracteriza a THE OBJECTIVE y es cierta ligereza alegre de periódico hecho con ganas, de volver así en cada asalto al ring de la actualidad»

  • Juan Cruz: «Quise ser periodista desde los 11 años y lo soy desde los 13”

    Tiene los talones mordidos por la muerte, que le lleva persiguiendo desde niño. Mientras los hijos de los otros jugaban a la pelota, el pequeño Juan Cruz (Puerto de la Cruz, 1948) descansaba en la cama vencido por el asma, jugaba a escribir cartas e imaginaba romances. En aquellos tiempos, su madre abría la puerta a las mujeres con maridos en Venezuela para que el niño les escribiera cartas. Todas comenzaban igual: “Querido fulano, me alegro de que al recibo de esta mi carta te encuentres bien de salud. Nosotros por aquí bien, gracias a Dios”. Las cartas y la radio eran sus distracciones. Su familia malvivía por su enfermedad, sus hermanos trabajaban durante el día y se mantenían en vela la noche entera porque sus ataques de asma eran terribles. Su madre no hacía otra cosa que pensar en el pequeño.

  • Juan Cruz: «Quise ser periodista desde los 11 años y lo soy desde los 13”

    Tiene los talones mordidos por la muerte, que le lleva persiguiendo desde niño. Mientras los hijos de los otros jugaban a la pelota, el pequeño Juan Cruz (Puerto de la Cruz, 1948) descansaba en la cama vencido por el asma, jugaba a escribir cartas e imaginaba romances. En aquellos tiempos, su madre abría la puerta a las mujeres con maridos en Venezuela para que el niño les escribiera cartas. Todas comenzaban igual: “Querido fulano, me alegro de que al recibo de esta mi carta te encuentres bien de salud. Nosotros por aquí bien, gracias a Dios”. Las cartas y la radio eran sus distracciones. Su familia malvivía por su enfermedad, sus hermanos trabajaban durante el día y se mantenían en vela la noche entera porque sus ataques de asma eran terribles. Su madre no hacía otra cosa que pensar en el pequeño.

  • 7 poemas que tienen a Madrid como su musa

    Por cientos se cuentan los creadores que se inspiraron en Madrid, sus calles y parques, sus bares y gentes, sus fiestas y costumbres, para plasmar su obra. De entre esos cientos, muchos fueron poetas, que con sus versos dibujaron su percepción de la capital española, a veces amada y apenas odiada.