Nosotros los de marzo ya no somos los mismos
«Pero sobre todas las cosas tengo ahora un miedo, un miedo tan profundo como políticamente incorrecto, a que me vuelvan a encerrar. Y tengo unas ganas, unas ganas tan grandes como políticamente incorrectas, a volver a ir a la oficina, a viajar bien lejos de aquí y a donde me dé la gana, a vivir en una normalidad donde volvamos a hablar de otras cosas, a ser, en definitiva, el mismo que fui en marzo»