Un exorcismo
Hitler, en el búnker. Mussolini, colgado por los pies en piazzale Loreto. Seyss-Inquart, el austronazi que rubricó el Anschluss, ejecutado en Núremberg. Antonescu, fusilado por crímenes de guerra en Bucarest. Tiso, ahorcado por el régimen comunista en Checoslovaquia.