“El único camino para solucionar esta situación en Siria debe ser el de las negociaciones, basadas en la confianza y la comprensión mutuas”, añadió.
La reunión se celebró a pesar de que poco antes del inicio de misma, los rebeldes sirios habían manifestado a la agencia AFP su negativa a negociar directamente con los emisarios del presidente Bashar al Asad. “La primera sesión de negociaciones no será cara a cara, dado que el gobierno no ha respetado hasta ahora lo que firmó el 30 de diciembre”, declaró el portavoz de la delegación rebelde Yehya al Aridi en alusión al frágil alto el fuego en Siria apadrinado por Rusia y Turquía.
Los rebeldes reprochan principalmente a las fuerzas gubernamentales haber continuado con los combates en Wadi Barada, una zona al norte de Damasco clave para el abastecimiento de agua de la capital siria. Durante la noche pasada se registraron combates en ese lugar, así como en otra zona en torno a Damasco, donde el ejército sirio reanudó el asedio de Madaya, ciudad bajo control rebelde cercana a la frontera con Líbano, según informaciones del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Nueve civiles, incluidos seis niños, murieron el domingo en bombardeos realizados por la aviación del régimen en la provincia rebelde de Homs, según el Observatorio. Desde le régimen de Asad se asegura que sólo se están atacando posiciones de grupos terroristas, excluidos de la tregua de diciembre.
En los intentos de negociación celebrados en Ginebra en 2012, 2014 y 2016, frente a los emisarios del régimen se sentaron opositores políticos sirios, muchos de ellos exiliados. En las conversaciones de Astaná, ahora estos opositores se ven relegados a un papel de consejeros al servicio de los rebeldes.