Soy psicóloga y psicoanalista: esta es la solución para el TOC de la limpieza
El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) de limpieza es una condición compleja y, en muchos casos, incomprendida
El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) de limpieza es una condición compleja y, en muchos casos, incomprendida
El Hilo de Ariadna recupera una de las obras más enigmáticas del padre de la psicología profunda
La película plantea un debate sobre Dios entre el psicoanalista, interpretado por Anthony Hopkins, y el escritor C.S.Lewis
Se cumple una década de la muerte del actor James Gandolfini, protagonista de una serie que ofreció un modelo para futuros guiones televisivos
Su papel en esta rama de la psicología no es testimonial, sino que supone un cambio radical en su enfoque
«No hace falta un diván para descubrir este malestar que se alimenta de la zozobra parlamentaria»
No puedo pensar en casi nadie que merezca este Premio Princesa de Asturias tanto como Siri Hustvedt
La también escritora lleva los labios rojos y un andar y hablar tan femeninos como los temas que ha ido trabajando a lo largo de su carrera profesional. Entre estos, las relaciones de pareja en tiempos de Google.
En nuestro mundo, Edipo se enfrenta a Telémaco. Esta es la tesis central del psicoanalista italiano Massimo Recalcati, cuyos libros me descubrió hace un tiempo Antonio G. Maldonado. Edipo refleja el odio parricida del hijo hacia su progenitor, de una modernidad enloquecida –diríamos– ante el peso del pasado. «Sus crímenes –explica Recalcati– son los peores de la humanidad: matar al padre y poseer sexualmente a la madre. La sombra de la culpa caerá sobre él y lo empujará al acto extremo de sacarse los ojos». Telémaco, en cambio, es el hijo esperanzado de Ulises; el joven cuya mirada se dirige hacia el horizonte de la definitiva restitución, cuando el padre regrese del mar y de la guerra, y el duelo haya terminado para siempre. En otra orilla del Mediterráneo, un eco lejano de esa justicia resuena en la parábola evangélica del hijo pródigo. Un muchacho –tal vez el propio Edipo– decide marcharse de casa y dilapida su herencia hasta terminar mendigando. Día tras día, desde lo alto de una atalaya, el padre intenta columbrar el retorno de su hijo –la esperanza que alimenta el sentido. En el Evangelio –como en la Odisea– se producirá el reencuentro que sane la herida, pero la modernidad no admite con facilidad esa misma paleta de colores. Como padres y como hijos, la opacidad del destino forma parte del misterio que define nuestras vidas. Nadie es dueño del tiempo ni de sus consecuencias.
Hace unos años, cuando la vida se me puso de repente cuesta arriba, decidí complacer a los míos y busqué un psiquiatra al que pudiera adoptar. Tras algún intento fallido, di finalmente con una persona buena y caótica sin apenas pacientes, que parecía alegrarse de verme. El psicoanálisis tiene todos mis respetos por haber sido una mina de oro para los novelistas. ¿Qué más se le puede pedir? Cuentan que al recibir en su casa al Profesor Schultz, un célebre psiquiatra alemán, Freud le preguntó: “¿Cree usted sinceramente en su capacidad para curar a un paciente?”. “¡De ninguna manera!”, respondió Schultz. “En este caso, nos entenderemos”, le dijo Freud.
Un estudio de OCU publicado en enero -que se basa en 500 encuestas- señala que el 57%
Annie Hall, la historia de un amor tan posible y lógico como absurdo e imposible, la sexta película escrita y dirigida por Woody Allen, la primera que le valió un Oscar como mejor Director y que derrotó a Star Wars como Mejor Película en 1978, cumple 40 años y podríamos pasar el día entero leyendo artículos que analizan sus méritos, sus detalles y con trivias, pero honestamente la mejor manera de saber cómo ha envejecido la película es volviéndola a ver.
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