«No sé bien por dónde pasa la solución, pero seguro que no está en mirar hacia otro lado, en ponerse de perfil o en pagar para que otros nos hagan el trabajo sucio»
Ese contexto, bien evidente y sobre el cual se han escrito bibliotecas enteras, es el que enmarca el ensayo de Manuel Arias Maldonado que lleva el título feliz de Nostalgia del soberano (La Catarata, 2020)
Más que juzgar a quienes sucumben a la retórica del nacionalismo populista o de la ultraderecha, es necesario entender las razones que les conducen a ella
«Cuando se habla del reparto de los rescatados, puede que no haya otra manera de hacerlo, pero resulta deshumanizador, y nos hace olvidar que lo que hay en ese barco son personas»
«El mar Mediterráneo produce milagros como Carola Rackete, personas que sacan la excelencia como escudo de armas»
Al dibujante Josep Bartolí (1910-1995) el alzamiento militar del 18 de julio lo pilló yéndose a dormir. Y se fue a dormir a pierna suelta
Ante discursos populistas que hablan de “crisis de migración”, nuestra colaboradora Áurea Moltó explica cuál es la situación real de los flujos migratorios en el mundo: hay 244 millones de migrantes internacionales, lo que supone el 3,3% de la población. ¿Qué hacer para que la inmigración tenga los efectos positivos deseados? La respuesta es clara: abrir vías legales a la inmigración.
Tiene toda la lógica. El trato “pésimo” a los menores refugiados en Europa, que es un tercio de quienes buscan asilo, incrementa el riesgo de radicalización y su implicación en catos criminales, según advertencia del Consejo de Europa.
La atención a los que huyen de la guerra e intentan entrar en Europa para salvar su vida debería ser una de las prioridades políticas de todas las administraciones públicas. Y así lo reclama cada manifestación que durante los últimos días se ha convocado a lo largo y ancho del continente, con especial fuerza en Barcelona. Se exige un cambio en la política de acogida: más cuotas, mejor trato. Welcome Refugees. Son reclamos legítimos y esperanzadores que yo comparto y defiendo. Hay un deber moral que no se puede eludir, y no hay un “wonderful and beautiful wall” que pare a personas que no tienen nada que perder.