María Jesús Espinosa de los Monteros
«La inversión en robots sociales en un mundo cada vez más imprevisible donde la vida humana se entiende casi como un privilegio que debemos proteger es fundamental para las próximas décadas»»»
Un conductor toma la decisión de saltarse un ‘ceda el paso’, y el Volvo que intentaba cambiar el sentido choca contra él. La noticia no habría aparecido siquiera en la prensa local si el segundo vehículo hubiese estado conducido. Pero es uno de esos drones sobre ruedas que constituyen la promesa de un mejor transporte; un coche que se gobierna de forma autónoma, sin conductor. Como la tecnología no está madura, circulan con un piloto que, llegado el momento, retoma el control. En esta ocasión, la precaución no ha sido suficiente.
Después de 20 años, Adidas vuelve a fabricar zapatillas en Alemania. Debería ser una buena noticia para los trabajadores alemanes. Más empleo en una empresa puntera y sólida. Pero no: los puestos de trabajo que desaparecieron cuando Adidas desplazó su producción a los países del sur no volverá. Ahora la producción estará en manos de robots.
¿Depositaría su esencia, un manojito de emociones contradictorias, a una masa de circuitos envueltos en látex? Es lo que toca.
Los robots no comen, no tienen amigos, no ligan, así que después de este sugerente itinerario que he propuesto al de la foto para que aprenda mejor las costumbres humanas, no me queda más remedio que decirle… ¡Vente pa España robot!
Lo que da miedo es que, en el empeño de hacernos la vida más fácil, nos dirijamos hacia un mundo solitario y desapegado, egocéntrico, donde el calor humano, la empatía, el cariño, son sustituidos por tecnología.
Nadie se hubiera fijado en ella de no haber aparecido en los periódicos y en todas las televisiones de Japón. Es una mujer joven, ni guapa ni fea, de facciones suaves y mirada un tanto perdida, vestida para no llamar la atención, que de vez en cuando levanta la voz para dar instrucciones.
La calidez, el cariño, la ternura y la compasión humana son insustituibles. Por mucho que el robot llegue a ser un humanoide, seguirá siendo materia fría y rígida que sólo puede actuar por programación.
Lo del robo periodismo no consiste en que un redactor le birle una noticia a otro, cosa harto común por otro lado. Es peor. Se trata de que un robot reemplace la labor de un humano.