La Justicia de Camboya rechazó las apelaciones de Khieu Samphan, de 85 años de edad quien jefaturó el Estado camboyano, así como de Nuon Chea, de 90 años de edad, conocido como Hermano número 2. Ambos fueron sentenciados a prisión de por vida en agosto de 2014 al considerarles responsables de crímenes contra la Humanidad, y en septiembre apelaron, proceso que culminó este miércoles con la ratificación de sus condena. El Supremo ha ratificado la condena por las evacuaciones masivas pero ha revocado la causa sobre “exterminio”, puesto que encontró que “los movimientos no establecían, más allá de cualquier duda fundada, el requisito de matanzas a gran escala”. Para las víctimas, se han establacido 11 reparaciones, que incluyen: instaurar un Día nacional para honrar a víctimas y supervivientes de los Jemeres rojos; crear un monumento en honor “para aquellos que ya no están aquí”; terapia para afrontar el trauma a 200 miembros de la parte civil y añadir un nuevo capítulo en los libros para profesores de Historia de la Kampuchea Democrática del Centro de Documentación de Camboya, en el que se aborde las evacuaciones forzosas y las ejecuciones en Tuol Po Chrey.
Los Jemeres Rojos llegaron al poder en 1975 y llevaron a la práctica una reforma agrícola y acciones contra simpatizantes de regímenes previos. Murieron de hambre, fatiga o asesinados, entre 1,7 y 2 millones de camboyanos, una cuarta parte de la población del país, según la Universidad de Princeton. David Scheffer, el enviado especial de las Naciones Unidas para los asuntos del tribunal a los Jemeres rojos, aseguró tras la sentencia que se trata del «momento más importante para la justicia internacional desde los juicios de Nuremberg”.