Emma Flint: "Si no encajas en la sociedad te conviertes en sospechoso"
Nueva York, 1965. Una atractiva y joven madre separada es acusada de haber asesinado a sus dos hijos pequeños sin más pruebas que beber en exceso, traer a hombres a su piso, maquillarse y no ser lo que suele decirse ‘una madre modélica’. Su nombre era Alice Crimmins y su historia, como la de Lee Harvey Oswald, el presunto asesino de Kennedy, es el mejor ejemplo de cómo construimos a un culpable. Más de medio siglo después, la escritora británica Emma Flint se inspiró en su caso para escribir ‘Muertes pequeñas’ (ed. Malpaso).