
Los vencedores siempre pagan mejor
Se cumplen 75 años de Casablanca. No es objetivamente la mejor película de la historia del cine, y sin embargo es puro cine. En Casablanca, más precisamente en el humeante bar de Rick, se hacina una manera de hacer cine, de verlo, destriparlo y sobre todo vivirlo. Una mitología anclada en el siglo XX y convertida irremediablemente en nostalgia cinéfila. Aunque algunas líneas de guión todavía refuljan como navajas ansiosas, su invocación solo sirve ya como un guiño cansado o como material con que se forjan ocurrentes tuits.



































