«Las bacterias no solo nos antojan y nos vuelven adictos, sino que también, volviendo a Rodin, nos deprimen»
A muchas personas la Navidad les pone un poco tristes, y eso también hay que celebrarlo. Me refiero a una tenue tristeza del alma, a una leve melancolía del corazón, no a los que se quejan del consumismo de estas fechas, que a ésos les bastaría con no ir de compras y así ahorran y nos ahorran la lata. Ni a quien se queja de lo mucho que se come, que podría ponerse a régimen (al menos, de lamentos). La discreta, casi silenciosa, misteriosa tristeza auténtica es la que hemos venido a ponderar.
Al final somos abandonados por esos supuestos Grandes Ingenios y por esos supuestos Maestros Antiguos, y vemos que se mofan de nosotros los así llamados Grandes Ingenios y Maestros Antiguos. —Thomas Bernhard, Maestros antiguos . Casi al final de Maestros antiguos de Thomas Bernhard hay un episodio que plantea la poca capacidad que tiene […]
El dolor pide tiempo. Sentir dolor ante una pérdida es síntoma de buena salud. La cabeza, sin embargo, dejémosla tranquila. Es en esos momentos de dolor cuando la cabeza trata de sabotearnos a través de los pensamientos.