Yihadistas infiltrados en el Ejército reclutan radicales en Ceuta y Melilla

Están en unidades de Ceuta y Melilla. Su compartiento es cada vez más problemático. Y su presencia ha sido desvelada por una investigación reservada del Centro de Seguridad del Ejército de Tierra, según la información a la que ha tenido acceso The Objective. Las pesquisas incluyen escuchas telefónicas que prueban la existencia de yihadistas infiltrados que están en estos momentos reclutando nuevos radicales en las filas del ejército español.
 
Tal y como se desprende de la investigación, los reclutadores están abordando en el Ejército a “jóvenes de origen marroquí y nacionalidad española”, con “familia y amigos al otro lado de la frontera”, “vision de futuro incierta debido a la falta de trabajo”, y que sean “fáciles de manipular tanto por su líder como otros líderes de las zonas más pobres de Ceuta y Melilla”.
 
En las escuchas telefónicas que se están realizando para detectar a los infiltrados, los reclutadores interrogan a los soldados “objetivos” de su captación sobre las razones que le han llevado a ingresar en el ejército, y éstos responden que lo han hecho “por dinero, por trabajo”, y niegan hacerlo por cualquier otra razón: “no por amor a un país infiel que mata musulmanes”.
 
En el proceso de captación, la radicalización de los casos detectados en unidades de Ceuta y Melilla se está produciendo a gran velocidad. Los captadores les venden una “vision muy romantica del Estado Islámico”. Los militares que están siendo seguidos no ocultan su nueva querencia radical por el islam: todos los conflictos que surgen en el día a día del cuartel los intentan solucionar de acuerdo a los preceptos islámicos.
 
Una fuente del ejército, que habla bajo condición de anonimato, asegura que los militares que han sido captados muestran ciertas actitudes llamativas: “cambios en la manera de hablar, presentan callos en la frente causados por rezar de manera compulsive, referencias a Alá con el dedo índice y desprecio a las mujeres de rango superior”. Además, consultan los hadices o la Sunna –relatos en los que se recogen palabras del profesta- para confirmar que están siguiendo el “islam más puro”.
 
También se está investigando su actividad en las redes sociales, “demostrando un aumento significativo de mensajes contra el regimen de Al-Assad, las monarquías del Golfo”, o sobre el pueblo palestino. Si antes eran habituales las referencias a la franja de Gaza, en estos momentos los militares radicalizados emplean perfiles falsos para difundir videos de massacres a las tropas leales a Al Assad.
 
Se ha observado un patron de conducta en los infiltrados yihadistas en Ceuta y Melilla, que se está teniendo en cuenta para identificar nuevos casos: crean “caos e inseguridad en sus unidades”, buscan “generar desconfianza entre sus compañeros”, y tratan de “agotar o humillar a los mandos que” les plantan cara. La investigación demuestra además un hecho especialmente preocupante, según oficiales destinados en Ceuta, los jóvenes captados, “tras 4 o 5 meses de contacto con sus reclutadores están completamente radicalizados”.
 
El Ejército mantiene en curso esta investigación en la que se están confirmando lo que hasta el momento eran sospechas de infiltración. En el Investigations publicado hace varios días mostrábamos la preocupación de estos militares que denunciaban, no tanto la posible infiltración de radicales, sino el extremismo natural de su visión del mundo y la tensa situación que esto suponía en las filas del ejército español. Mientras que tanto el Ministerio de Defensa como la cadena de mandos militares está siendo implacable con aquellos militares que denuncian a compañeros.