Periodismo silenciado a balazos: el peligro de informar sobre el narcotráfico en México
“A Miroslava la mataron por lengua larga”, escribió en un tuit el periodista mexicano Javier Valdez el pasado 25 de marzo. “Que nos maten a todos, si esa es la condena de muerte para reportear este infierno”. Miroslava Breach era una de las reporteras más aguerridas de México y en sus crónicas para diversos medios, como La Jornada o El Norte de Chihuahua, se desprendía una mirada crítica sobre la situación del país, tomado por el poder del narco, que quita y pone candidatos electorales, que decide quién merece vivir y quién merece morir, que oprime a la población y condena al silencio.
“A Miroslava la mataron por lengua larga”, escribió en un tuit el periodista mexicano Javier Valdez el pasado 25 de marzo. “Que nos maten a todos, si esa es la condena de muerte por reportear este infierno”. Javier Valdez ha sido el sexto periodista asesinado desde que comenzó el año.
Miroslava Breach era una de las reporteras más aguerridas de México y en sus crónicas para diversos medios, como La Jornada o El Norte de Chihuahua, se desprendía una mirada crítica sobre la situación del país, tomado por el poder del narco, que quita y pone candidatos electorales, que decide quién merece vivir y quién merece morir, que oprime a la población y condena al silencio.
En los últimos tiempos, escribió varios reportajes que la pusieron en el punto de mira de las mafias locales de la droga. En uno de ellos, que se puede leer en la versión digital de La Jornada, arrancaba: “Centenares de familias desplazadas de las comunidades y pueblos serranos de Chihuahua han perdido sus casas, ganado y tierras, a manos de narcotraficantes que con amenazas de muerte les impiden regresar”. Breach describió cómo detrás de las extorsiones y los asaltos existía la voluntad de sembrar amapola y obtener goma de opio, ingrediente fundamental para la producción de heroína. Era agosto de 2016.
A comienzos de abril, firmó una noticia en la que denunciaba la posible existencia de fosas clandestinas en la localidad de Madera, dentro del mismo estado. Apenas tres semanas después, el 25 de marzo, un grupo de asaltantes acribilló a Miroslava cuando se disponía a llevar a su hijo al colegio. El chico, que sobrevivió, lo vio todo desde el asiento del acompañante.
Javier Valdez, que publicó en diciembre un gran libro sobre la complicidad entre algunos periodistas y los jefes del narcotráfico, llamado Narcoperiodismo, admiraba profundamente a su colega asesinada y en una entrevista reciente la definió como “una profesional íntegra”, añadiendo que “le tocó cubrir la peor etapa de la Guerra contra el Narco en Chihuahua y siempre estuvo al pie del cañón haciendo su trabajo”.
Desde diciembre de 2012, han asesinado a 106 periodista en México, según la organización Artículo 19
En fechas recientes, una reportera de El País le preguntó a Valdez cómo veía la actual situación del cartel de Sinaloa después de la detención de Dámaso López, sucesor del Chapo Guzmán, conocido como el Licenciado. Valdez, en un acto inusual de cautela, se disculpó por no emitir respuesta.
“Agradezco tu interés, pero por razones de seguridad no puedo dar declaraciones. Se puso cabrona la situación”, dijo, en un gesto premonitorio. Tanto es así que dos semanas después de aquellas palabras fue él quien sufrió la violencia del narco; Valdez fue asesinado este lunes a plena luz del día en Culiacán, capital de Sinaloa. Los verdugos dejaron visible su cadáver en medio de la carretera.
Con su muerte, ya son seis los periodistas asesinados en México en lo que va de año. Desde diciembre de 2012, momento en que Enrique Peña Nieto fue investido presidente, han sido asesinados 106 periodistas, de acuerdo con la organización independiente Artículo 19, que añade que el 99,75% de estos casos continúa sin resolverse. Asimismo, la cifras oficiales que aporta la Fiscalía para la Atención de Delitos Cometido contra la Libertad de Expresión (FEADLE) determinan que se han registrado 798 denuncias por agresiones contra periodistas desde julio de 2010 hasta diciembre de 2016. De las casi 800 denuncias, 47 lo fueron por asesinato y solo tres terminaron con una sentencia condenatoria.
Valdez ha sido la última víctima de 2017, después de Cecilio Pineda Brito, Maximino Rodríguez, Filberto Álvarez, Ricardo Monlui y la propia Miroslava Breach. En una presentación de su último libro, dijo que ser periodista es “como formar parte de una lista negra: “Ellos van a decidir, aunque tú tengas blindaje y escoltas, el día en que te van a matar”. Este reportero de 50 años dedicó su vida a señalar las injusticias del narcotráfico, del poder y la influencia del dinero manchado de sangre, y tuvo siempre presente los riesgos de ejercer una labor como la suya, tan esencial como peligrosa. Por eso, en aquel tuit del 25 de marzo en que honró la memoria de su amiga Miroslava, agregó una frase concisa y directa que encierra un mensaje combativo: “No al silencio”.
A Miroslava la mataron por lengua larga. Que nos maten a todos, si esa es la condena de muerte por reportear este infierno. No al silencio.
— Javier Valdez (@jvrvaldez) 25 de marzo de 2017