¿Qué grandes artistas nos dejaron en 2017?
Siempre empatizamos con aquellos artistas que nos acompañan en nuestra vida, de algún modo, con su música o sus novelas, con sus interpretaciones y su visión del mundo. Existe un vínculo. Tal vea sea por esta razón, porque su mundo es nuestro mundo, que sus muertes nos duelen tanto.
Siempre empatizamos con aquellos artistas que nos acompañan en nuestra vida, de algún modo, con su música o sus novelas, con sus interpretaciones y su visión del mundo. Existe un vínculo. Tal vea sea por esta razón, porque su mundo es nuestro mundo, que sus muertes nos duelen tanto.
El año termina y deja consigo algunos nombres propios. Desde Tom Petty hasta Terele Pávez, estos son los grandes artistas que han fallecido en 2017.
Tom Petty
La música del compositor norteamericano era emocional y sensible, profundamente melancólica. Es un icono del rock and roll contemporáneo y su muerte dejó consternadas a varias generaciones. Su carrera se cimentó sobre los recuerdos sólidos de una infancia castigada por un padre violento, y siendo un adolescente dejó los estudios convencido de su talento para la música. Fue tan grande como Bob Dylan, Jeff Lyne, Roy Orbison o George Harrison, y junto a ellos formó una superbanda de leyenda que nombraron The Traveling Wilburys. Ingresó en 2002 en el Salón de la Fama del Rock and Roll. Se fue a los 66 años, por un infarto, sin haber celebrado concierto alguno en España.
Fats Domino
Sin él no sería posible explicar, como ahora, la transición que hizo la música desde el rithm and blues hasta el rock and roll. A Antoine Dominique Domino le apodaron Fats por su gran envergadura, y fue uno de los músicos de rock and roll que más discos vendió en los 50 y 60. Su música ha sido venerada por artistas como Elvis Presley o Paul McCartney, y su talento no se difuminó a lo largo de los 89 años que vivió. Murió en su casa de Nueva Orleans, que no abandonó ni con la llegada del huracán Katrina.
Sam Sheppard
Fue un artista polifacético considerado como uno de los grandes dramaturgos norteamericanos del siglo XX. Fue tres veces nominado al Pulitzer, y lo ganó en una ocasión. Fue poeta, guionista, director de cine, actor, particularmente en sus últimos años. Incluso fue nominado a un Oscar a mejor intérprete de reparto por Elegidos para la gloria. Escribió junto a Wim Wenders el guión de París, Texas, y el autor alemán dijo de Sheppard: “No hay nadie que escriba diálogos como él, ni tampoco hay nadie que logre hacer visible como él la América oculta”. Murió a los 73 años en su casa de Kentucky, visiblemente deteriorado, enfermo de ELA.
Juan Goytisolo
Fue uno de los grandes escritores en castellano de su generación. Nació en Barcelona y, por tanto, le correspondió la nacionalidad española, pero siempre reivindicó la cervantina. Fue un intelectual y un aventurero: no se conformó con las noticias que leía en los periódicos y viajó a Palestina, Chechenia y Yugoslavia, entre otros lugares, para comprobar cómo se vive y cómo se muere en la guerra. Sus viajes se convirtieron en crónicas ejemplares. Goytisolo contaba con un talento fino y con un compromiso férreo, ubicado más a la izquierda, y fue correspondido con honores tan lustroso como el Premio Nacional de las Letras Españolas (2008) o el Premio Miguel de Cervantes (2014). Murió a los 86 años en su casa de Marrakech.
Jeanne Moreau
Dijo Orson Welles de ella que era la mejor actriz del mundo. Tenía una voz embaucadora y trabajó con los mejores directores de su época: Wells, Truffaut, Antonioni, Buñuel, Vadim, Kazan, Wenders… Su talento lo expresó desde una edad temprana, tanto que fue la actriz más joven en ingresar en la Comedia Francesa. Luego fue cumpliendo hitos y recibió todos los grandes galardones europeos como intérprete. Murió en París a los 89 años.
Johnny Hallyday
Sus padres lo abandonaron siendo un bebé y le criaron sus tíos. Decidió ser como Elvis Presley y así le reconocieron en su país, como el Elvis francés. Compró su primera guitarra con 16 años, con su primer sueldo, y pocos años después se transformó en una leyenda musical en Europa. Pudo presumir de 18 discos de platino y de distinciones como el Caballero de la Legión de Honor, el Caballero de las Artes y las Letras o la Legión de Honor. Murió por un cáncer de pulmón a los 74 años.
Chuck Berry
Igual que Fats Domino, es una leyenda del rock and roll, un pionero y un transformador. Su canción Johnny B. Goode, la más conocida de su repertorio, es considerada por la revista Rolling Stone como la mejor canción de guitarra de la historia. Para la revista Time, es el quinto mejor artista musical y el séptimo mejor guitarrista de todos los tiempos. Murió a los 90 años en Saint Louis, en Misuri, en el mismo lugar en que nació.
Chester Bennington
Siendo muy joven se convirtió en un icono mediático. La fama le alcanzó como vocalista de Linkin Park con 25 años, y su banda logró que el ñu metal más comercial se extendiera por el mundo. Su voz era única y fue considerado, en vida, uno de los mejores vocalistas del rock pesado. Se quitó la vida con 41 años, víctima de la depresión, pocos días después de conocer la muerte de su amigo Chris Cornell.
Chris Cornell
Un icono de los años 90, como Kurt Cobain o Eddie Vedder, por aquel movimiento que nació en Seattle y llamaron grunge. Con su banda Soundgarden compuso canciones antológicas y alcanzó la fama a nivel internacional. Luego tuvo su experiencia con Audioslave y Temple of the Dog, y una meritoria carrera en solitario. Sin embargo, no alcanzó el éxito de los primeros años. Su muerte fue imprevista, justo después de un concierto, cuando decidió quitarse la vida con 52 años. Será recordado como una de las grandes voces del rock and roll.
George A. Romero
Fue director de cine de terror y uno de los responsables de crear la imagen de los zombis tal y como hoy los conocemos. Ahí queda La noche de los muertos vivientes, de 1968, para quien quiera comprobarlo. Tenía sangre española por parte de padre, de ahí el apellido, pero se crió en el Bronx, en Nueva York. Allí empezó de niño a hacer sus primeros experimentos con una cámara de 8 milímetros. Murió a los 77 años por un cáncer de pulmón.
John Hurt
Dicen que su talento era natural y que de su despegue como artista, uno de los mejores actores británicos de mitad de siglo, fue testigo la Royal Shakespeare Company, a comienzos de los 60. Luego dio el salto a la televisión, interpretando, por ejemplo, a Raskólnikov (Crimen y castigo, Fiodor Dostoyevski) o a Calígula (Yo, Claudio, Robert Graves). Fue avanzando y su rostro fue cada vez más popular. Queda para el recuerdo su interpretación en El hombre elefante, de David Lynch, por el que le concedieron el BAFTA a mejor actor. Murió por un cáncer de páncreas a los 77 años.
Ricardo Piglia
El escritor argentino fue un amante de la literatura norteamericana, primero con Scott Fitzgerald y más adelante con Faulkner. De ahí que luego se sintiera entusiasmado por la novela negra, por Hammett y Chandler. Un asombro que canalizó como editor de series negras. Fue un escritor de gran talento, pero sobre todo un gran lector, y se esforzó por contagiar ese entusiasmo a los más jóvenes, ya fuera en la universidad o en programas de televisión. En 2014 le diagnosticaron ELA, y a principios de este año, a los 75, murió finalmente. Se marchó y dejó en herencia Los diarios de Emilio Renzi, sus diarios desde los 16 años.
John Ashbery
Fue el gran poeta estadounidense de su generación, comparado con Whitman y Eliot. Su obra más aclamada es Autorretrato en un espejo convexo, publicada en 1975, y por ella fue premiado con el Pulitzer, el Premio Nacional de la Crítica y el Nacional del Libro. El concienzudo crítico Harold Bloom escribió sobre él: “Hoy día no hay ningún poeta en lengua inglesa que tenga más posibilidades que Ashbery de sobrevivir al severo juicio del tiempo. Está destinado a formar parte de la insigne estela de poetas que incluye a Walt Whitman, Emily Dickinson, Wallace Stevens y Hart Crane”. Murió a los 90 años.
Terele Pávez
Es un símbolo de la interpretación en España y participó en decenas de películas y obras de teatro; tiene trabajos encomiables, como su papel en Los santos inocentes, adaptación cinematográfica de 1983 de la novela de Miguel Delibes. Mario Camus, director de la cinta, dijo de ella: “El papel le iba a medida, ella misma se lo buscó, no tuve que decirle nada. Y nadie podría haberlo hecho mejor”. A pesar de su larga carrera, los grandes honores no le llegaron hasta el salto a la tercera edad. Ocurrió por su rol en una película de Álex de la Iglesia, Las brujas de Zugarramurdi, por la que se llevó el premio a Mejor actriz de reparto en 2014, justo en su momento de mayor ostracismo. Apenas tres años después murió en su casa de Madrid a los 78 años.