De Mendoza para el mundo, Ciccio lanza su single 'Maurike' y lo va a petar
Cuando Martín Ciccio tenía que decidir qué estudiar se decantó por la Psicología. La música siempre lo había acompañado, ya que su padre es un músico curtido en el folclore tradicional argentino, pero al terminar el bachiller,
Cuando Martín Ciccio tenía que decidir qué estudiar se decantó por la Psicología. La música siempre lo había acompañado, ya que su padre es un músico curtido en el folclore tradicional argentino, pero al terminar el bachillerato, Ciccio –como lo llaman– no tenía tan claro que finalmente elegiría un camino similar al de su papá. Un destino de bombos, acordes, noches en vela componiendo y también de las nostalgias y soledades propias de la música.
A Ciccio le cambió la vida en la primavera de 2018. Todo estuvo más claro. Después de muchos años de trabajo, mezclando, inventado sonidos, canciones y ritmos, se presentó al concurso ‘Yu en la ola’, organizado por la emisora de radio Los40, con su tema Piensa Primero, y ganó. Ahora, la empresa de management RLM apuesta por él. Y es que esta promotora no apuesta por cualquiera. Entre los rostros de su cartera hay carreras muy consolidadas como las de Raphael, Ana Torroja, David DeMaría o Alberto Iglesias y es la responsable del crecimiento artístico de artistas como Rozalén. Ciccio tiene 24 años, “lo va a petar”, se escucha cada vez con más fuerza y en The Objective hemos conversado con él.
Naciste en Argentina, pero llevas muchos años viviendo aquí en España, ¿te sientes más español o argentino?
Nací en Mendoza (Argentina), pegadito a la Cordillera de los Andes, cerca de Chile. Algo así como si aquí hubiese nacido en Sevilla, es decir, no es una gran ciudad como Buenos Aires, pero es que Argentina no es Buenos Aires. Me vine con tres años a España y después me volví a Argentina a vivir mi adolescencia desde los 13 hasta los 16.
Entonces, ¿cómo se manifiesta la influencia argentina en ti?
Toda mi familia es de allí y la música que escuchaba de pequeño era mucho folclore argentino como El Gato o La Chacarera. Mi padre es músico de folclore, y claro, siempre he escuchado a los míticos como Silvio Rodríguez o Mercedes Sosa. He bebido de muchas fuentes latinoamericanas.
Hay músicos latinoamericanos –como Natalia Lafourcade o Jorge Drexler– que están buscando rescatar los orígenes de la música de la región, ¿te podemos contar entre estos? ¿Qué quieres contar con tu música?
La verdad es que estuve mucho tiempo experimentando desde que empecé la carrera de Psicología, pues en paralelo iba aprendiendo a usar los programas de hacer música. Tras mucha experimentación, me acuerdo que mi hermano –también músico– me decía: ‘Me encantan tus temas pero empiezas y te vas diluyendo sin una estructura clara, y para el público es necesario que tenga una estrofa, un estribillo, otra estrofa…’. Entonces ahí encontré la motivación de hacer una música más convencional aunque, aún así, creo que lo que yo hago de convencional no es tan convencional. No me sale hacer la típica canción.
¿Cómo definirías tu arte?
Como el fruto de las fuentes de las que he bebido. Es una mezcla de toda la cultura cantautora latinoamericana, después he tenido influencia de otros estilos como el reggaetón…
¿Y el trap?
Un poco menos. Me gustaba mucho al principio, cuando era algo novedoso, ahora lo aborrezco. El otro día lo decía en una entrevista, que veo todos los clichés en el trap y me pregunto: ‘¿Esto de dónde viene?’. Viene de Estados Unidos y siento que la gente está adoptando la moda de algo que no es suyo. Un español no ha mamado esa cultura trap que es americana, por ello me echo un poco para atrás. Sí me gusta el ritmo y ciertos elementos, e incluso cosas más técnicas como el bombo, pero no me entusiasma demasiado. Entonces definiría mi música como música con mucha influencia latinoamericana y, a la vez, influencia de reggae, del techno, del reggaetón. Mezclo todo eso.
Tú produces, cantas, compones…haces de todo ¿Cómo lo manejas? ¿Consideras que así debe ser la nueva generación de músicos?
A ver, la producción musical la hago toda yo. Los conocimientos técnicos de mezclar o masterizar también, lo que pasa es que, claro, no he estudiado ingeniería de sonido. Lo que sé lo he ido aprendido de manera autodidacta. Entonces, una de mis motivaciones ahora es conseguir una especie de mentor que sea un productor que sea la hostia y que me enseñe las cosas técnicas que tengo que mejorar. Yo me doy cuenta de la diferencia entre una producción mía y una de Drake.
¿También te encargas de crear el concepto de tus videoclips?
Tengo una amiga de toda la vida que se llama Clara (Asouik) que ha estado en dirección de arte y de fotografía. Ella un día me dijo: ‘esto (tu trabajo) a mí me motiva como para que sea un proyecto de mi vida’ y desde ahí le dije que conmigo hasta la luna. Yo a ella le pregunto de todo, que si tengo que subir o no foto a Instagram… porque yo me abrí las redes sociales por promocionar mi música pero a mí me gusta la vida material.
¿Cuál es ese productor con el que te gustaría trabajar?
Alizzz (alias de Cristian Quirante) que es el que ha producido a C Tangana.
¿Qué tal C Tangana?
Me parece que lo que hace tiene verdad. No es una copia. Tiene su personalidad y eso me gusta.
¿De dónde surge el nombre de tu single Maurike? Entiendo que viene de una broma con tus amigos.
En mi grupo de amigos había un par que veían anime y lo veían en japonés. Entonces empezaron con la broma de maurikeeee sukiteee… Imitaban a los animes y estuvimos una semana hablando así todo el rato. Entonces, estaba haciendo la base del tema Maurike y me gustó usar la energía de esa broma en la canción. Decidí que eso es lo que quería para este tema, que fuese fluyendo sin centrarme en un mensaje en específico, sino ir diciendo cosas graciosas. Entonces Maurike fue el gancho para empezar con esa energía.
Cuéntanos, ¿cómo es tu ritual para componer?
Compongo mucho por la noche. Soy una persona muy nocturna, aunque estoy intentando ahora cambiar un poquito mis hábitos. Hay épocas del año en que no veo la luz del sol. En invierno a lo mejor me levanto a las cinco de la tarde y me acuesto cuando sale el sol de nuevo. Suelo componer en la noche. Al principio usaba más la guitarra y ahora, aunque no toco el piano, lo conozco lo suficiente para ayudarme a componer. La guitarra es un accesorio que me ayuda a situarme pero ya no compongo tanto con ella.
¿Qué te dice tu padre, un músico de conservatorio, sobre tu música que es tan disruptiva?
Mi padre es bastante abierto, musicalmente hablando, aunque es un músico de conservatorio. Es una persona que siempre me ha inculcado unos valores que van en contra de la música comercial. Más que comercial es hacia la música vacía, una especie de moral musical que él tiene, y yo siempre se la he debatido. Le pregunto ¿por qué una canción de Ozuna tiene que ser peor que una de Silvio Rodríguez? Y él me pone el ejemplo de la comida. Dice que, por ejemplo, es mejor una hamburguesa hecha por un chef Michelin que una de McDonald’s. Siempre tenemos ese debate, pero veo que le hago mella en su pensamiento. Entonces, al principio le podía chirriar un poquito más mi música, pero hoy en día admira bastante mi manera de producir.
La promotora RLM solo trabaja con artistas importantes. Basta mencionar a Rapahel o Rozalén y están apostando por ti ¿Estás preparado para la fama?
Últimamente me planteo mucho cómo puede afectarme psicológicamente todo eso. El tema de cómo te cambia todo tu concepto por la percepción que tienen los demás sobre ti es algo en lo que pienso, y supongo que voy a intentar llevarlo de la mejor manera posible. Siempre rodeándome de gente que me quiera y que me traiga a tierra. Y bueno igualmente cuando pase eso ya tendré que ver qué hago. Quizá tenga que ir al psicólogo o a lo mejor lo llevo con naturalidad.
Tu sales del concurso ‘Yu en la ola’ ¿qué efecto tienen los programas o concursos como Operación Triunfo sobre la música? Y ¿cómo de difícil es crecer hoy en el mundo musical sin estos concursos?
Yo no tengo tele, ni veo Operación Triunfo. No lo veo por la cantidad de tiempo que gastaría en verlo, pero no lo deslegitimo. Yo me metí en ‘Yu en la ola’ porque era consciente de la promoción que me iba a dar si lo ganaba. Hay un lado de mí, sacado de mi padre, que es un poco hater de esa energía, pero hay otra parte que me dice ‘no seas hater que eso no te lleva a ningún lado’. A mí este concurso me ha ayudado a legitimar mi música. Además, he aprendido del buen trato que he recibido de esos sitios.