Desde el cambio de hora hasta el fin del plástico, esto es por lo que votas en las elecciones europeas
Solo el 54% de los españoles sabe que sus representantes en el Parlamento Europeo son elegidos por sufragio directo
Casi la mitad de los españoles, el 45%, admite no tener interés en las elecciones europeas y solo el 12% afirma estar interesado en esta cita electoral, según los datos del informe Global Advisor sobre las elecciones al Parlamento Europeo 2019, elaborado por Ipsos entre el 22 de marzo y el 5 de abril de 2019.
Además, solo el 54% de los españoles sabe que sus representantes en el Parlamento Europeo son elegidos por sufragio directo, una cifra que está por encima de la media europea, que es del 51%.
Entre el 23 y el 26 de mayo, más de 360 millones de personas de 28 países están llamados a votar para elegir a sus representantes para los próximos cinco años en el Parlamento Europeo, la única institución de la Unión Europea en la que los miembros son elegidos por sufragio directo.
En España, en esta cita electoral se eligen 54 de los 751 eurodiputados que forman el Parlamento Europeo. Esta cifra aumentará a los 59 eurodiputados si Reino Unido finalmente abandona el Brexit.
El Parlamento Europeo tiene tres competencias básicas: debatir y aprobar la legislación europea, debatir y aprobar el presupuesto de la Unión Europea con el Consejo Europeo y ejercer un control democrático sobre las demás instituciones europeas.
Por otra parte, el Consejo Europeo marca la agenda política global y la Comisión Europea, que ostenta el poder ejecutivo de los 28, propone reformas y nuevas directivas.
A pesar del desconocimiento y el desinterés a la hora de elegir a nuestros representantes en las instituciones europeas, el resultado de estas elecciones afecta directamente a la vida de los ciudadanos europeos y españoles. El Parlamento Europeo aprueba numerosas medidas relacionadas con temas como la inmigración, la gestión de los datos en internet, la protección del medioambiente y la lucha contra el terrorismo, entre muchos otros.
Estos son algunos ejemplos de medidas adoptadas por el Parlamento Europeo que afectan directamente a la vida cotidiana de los ciudadanos y que demuestran la importancia de las elecciones europeas.
Dos meses de permiso de paternidad
En abril de 2019, la Eurocámara aprobó, con 490 votos a favor, 82 en contra y 48 abstenciones, una normativa que impone unos mínimos en referencia a los permisos de paternidad que deberán ser aplicados en todos los países de la Unión Europea.
Una de las principales normas establece el derecho a un mínimo de diez días laborables de permiso retribuido para los padres durante las fechas próximas al nacimiento de un hijo. Además, los eurodiputados aprobaron ocho semanas de permiso de paternidad pagado y no transferible para fomentar la distribución equitativa de los cuidados dentro de la familia.
En España, los permisos de paternidad se ampliaron a ocho semanas el 1 de abril de 2019, un periodo que alcanzará las 12 semanas en el año 2020 y las 16 semanas en 2021, por lo que se equipararán a los permisos de maternidad.
El fin del cambio de hora
En marzo de 2019, el Parlamento Europeo aprobó una propuesta de eliminar el cambio de hora que, hasta el momento, es obligatorio. Con 410 votos a favor y 192 en contra, esta medida da a cada país miembro de la Unión Europea la opción de elegir bajo qué horario vivir, si en el de invierno o en el de verano.
Este cambio, que se establecerá en el año 2021, acaba con la legislación que obligaba a los países de la Unión Europea a ajustar sus relojes dos veces al año, el último domingo de marzo y el último domingo de octubre.
La reforma de los derechos de autor
La Eurocámara aprobó en marzo de 2019 una polémica reforma de los derechos de autor con 348 votos a favor, 274 en contra y 36 abstenciones. Esta reforma supone que las grandes plataformas como YouTube tendrán que obtener licencias de los creadores para publicar su contenido o, en su ausencia, tratar de impedir el acceso a obras que utilizan material protegido sin permiso.
Las críticas a esta reforma, que entrará en vigor en el año 2021, se centraron en el miedo a que se convirtiera en una medida de censura en la red. Sin embargo, sus partidarios, entre los que hay numerosos artistas, consideran que su objetivo es permitir que los creadores del contenido reciban una parte de los ingresos generados por la difusión de sus obras.
El fin del roaming
En abril de 2017 la Eurocámara aprobó el fin del roaming en su territorio a partir del 15 de junio de ese mismo año, cuando los europeos dejaron de pagar un recargo por llamar, enviar mensajes o navegar por internet cuando se encontraban en otro país de la Unión Europea.
Sin embargo, los operadores deben seguir pagando los gastos de itinerancia, pues deben reconducir la comunicación a otra red diferente a la suya. En este sentido, el reglamento define un límite para estas tarifas mayoristas con, por ejemplo, un precio por gigabyte de datos que disminuirá progresivamente hasta alcanzar los 2,5 euros en 2022.
El fin de los plásticos de un solo uso
El pleno del Parlamento Europeo aprobó en marzo de 2019 un acuerdo alcanzado con los diferentes Gobiernos de los países miembros para que en 2021 desaparezcan los plásticos de un solo uso, como los platos, los cubiertos, los bastoncillos para los oídos y las pajitas.
Esta medida, bastante popular, pues se aprobó con 560 votos a favor y tan solo 35 en contra y 28 abstenciones, supone que de cara al 2025 el 25% del plástico de las botellas deberá ser reciclado y los estados miembros deberán recuperar el 90% de las botellas de plástico para el año 2029.
Además, los fabricantes estarán obligados a incluir en el etiquetado advertencias sobre el impacto medioambiental de productos como los cigarrillos con filtros de plástico, las toallitas húmedas y las compresas higiénicas.
Los refugiados, la asignatura pendiente de la Eurocámara
La inmigración y la acogida de refugiados es uno de los temas que más polémica ha generado entre los países miembros de la Unión Europea, que suelen mostrar grandes desacuerdos a la hora de establecer un sistema que permita regular la reubicación de los demandantes de asilo.
En mayo de 2016, Bruselas propuso un mecanismo para ayudar a los países que sufren una mayor presión migratoria que consistía en establecer unas cuotas de acogida obligatorias para repartir a los refugiados de asilo en todo el territorio de la Unión Europea. Finalmente, la propuesta fracasó.
En septiembre de 2017 entró en vigor un plan excepcional de reubicaciones de refugiados para aliviar a los países con mayor presión migratoria, una medida que fue aprobada por la mayoría de países, pese al rechazo de Hungría, República Checa, Eslovaquia y Rumanía. Este plan preveía inicialmente el reparto de hasta 160.000 personas desde Grecia e Italia, entre ellas 120.000 según un sistema de cuotas obligatorias, pero finalmente se repartieron apenas 35.000.
Ahora, el Parlamento Europeo se enfrenta al reto de llegar a un nuevo acuerdo para gestionar los movimientos migratorios y las demandas de asilo en la Unión Europea.