"El rescate no es una opción, es una obligación": la rebeldía de Open Arms para seguir salvando vidas
El Open Arms se enfrenta a una multa de 900.000 euros si emprende operaciones de rescate en el Mar Mediterráneo
Los barcos de rescate de las ONG cada vez lo tienen más difícil para salvar las vidas de los que navegan el Mediterráneo en precarias embarcaciones de goma en busca de una manera de llegar a Europa y huir de los horrores que viven en sus países de origen.
Los Gobiernos europeos cada vez ponen más trabas a los barcos que navegan en el Mediterráneo con la intención de rescatar a personas que se juegan la vida tratando de llegar a Europa y los amenazan con multas e incluso penas de cárcel.
En el año 2015, las ONG comenzaron a desplegar barcos de rescate que hicieron que los barcos mercantes pasaran a un segundo plano en estas labores. En 2017 ya estaban presentes en el mar MSF, SOS Méditerranée, Sea Watch, Sea Eye, Jugend Rettet, Refugee Boat Foundation, Proactiva Open Arms y Save the Children.
En 2019, debido a los cierres de puertos como el de Italia y a las repetidas represalias contra los desembarcos de personas rescatadas en el mar, ha habido momentos en los que solo había disponible un barco, en ocasiones incluso ninguno, para cubrir todo el trayecto entre Libia e Italia, donde habitualmente hay cientos de personas en riesgo de muerte mientras tratan de llegar a Europa.
Hartas de esta situación, algunas ONG han decidido desafiar a las autoridades y arriesgarse a ser detenidos por rescatar a los migrantes que navegan arriesgando su vida tratando de llegar a un puerto seguro.
Uno de estos casos es el de Open Arms. El 26 de junio, el fundador de la ONG, Óscar Camps, decidió zarpar a pesar de la prohibición de España que impedía a su barco navegar con el objetivo de realizar labores de salvamento. “No aguantamos más. Levamos anclas y nos vamos. Antes presos que cómplices”, dijo Camps tras ver la foto de Óscar y Valeria, un padre y su hija de menos de dos años que se ahogaron en la frontera con México cuando trataban de llegar a Estados Unidos.
Esta foto me ha dolido más que la de Aylan. 6 meses bloqueados. No aguantamos más. Levamos anclas y nos vamos.
Antes presos que cómplices. #NiUnaMas pic.twitter.com/b2z365FhDg— Oscar Camps (@campsoscar) June 26, 2019
El rescate, una obligación de todas las embarcaciones
El Open Arms se enfrenta a una multa de 900.000 euros si emprende operaciones de rescate en el Mar Mediterráneo. Sin embargo, la ONG denuncia que esta amenaza de las autoridades españolas es “un abuso” y recuerda que el rescate de personas en situación de riesgo es una obligación para todas las embarcaciones, no solo para las de las ONG.
“El rescate no es una decisión, o un objetivo, o una opción, el rescate de personas que se están arriesgando o que corren el riesgo de perder la vida es una obligación, no solo para los buques de las ONG sino para cualquier embarcación”, explica el jefe de misión del Open Arms, Riccardo Gati, a The Objective.
En los primeros días desde que decidieron zarpar de nuevo, la tripulación del Open Arms no se ha visto en la necesidad de rescatar a nadie, pero no dudarían en hacerlo si fuera necesario. “Si hay que rescatar a alguien que se está muriendo, se hace y punto, y luego que nos encarcelen y hagan lo que sea”, dice muy seguro Riccardo Gati. “Están intentando amenazarnos con que vayamos a la cárcel, pues mira, iremos a la cárcel, luego ya hablará el pueblo”.
“Se está hablando de personas que arriesgan su vida, que si no se les rescata, mueren, y se está diciendo que les dejemos morir. ¿Pero de qué estamos hablando?”, denuncia el jefe de misión de Open Arms desde Lampedusa, donde han atracado entre operaciones.
Gati insiste en que Open Arms no está “haciendo esto porque el Gobierno nos haya amenazado de esta manera, estamos haciendo como siempre, lo que dictan las convenciones internacionales”.
La criminalización de las ONG
El ministro del Interior de Italia, Matteo Salvini, ha acusado en numerosas ocasiones a las ONG de fomentar la inmigración ilegal y de colaborar con las mafias de tráfico de personas al rescatar a migrantes en el Mediterráneo y llevarlos a puertos como el de Italia y el de Malta.
Aunque es el que más aparece en los medios, Salvini no ha sido el único en poner dificultades a estas organizaciones independientes para que continúen con sus labores de rescate. En España, el Open Arms estuvo bloqueado durante seis meses por temas administrativos y ahora se enfrente a una multa casi millonaria.
“En España lo que pasa es que gritan mucho menos que en Italia”, afirma Gati, que denuncia que “el Gobierno ha puesto en marcha otro abuso de tantos que hemos visto en estos años”.
Gati lamenta que, aunque solo uno de cada diez inmigrantes de los que llegan por mar a Italia ha sido rescatado por una ONG, solo sean sus buques los que reciben los ataques políticos. “Los otros muchas veces vienen en barcos que son de sociedades que operan en las plataformas petrolíferas que son propiedad italiana. De esos no van a decir absolutamente nada”, lamenta.
El jefe de misión de Open Arms considera que la criminalización de las ONG por parte de los Gobiernos se debe a que no solo rescatan a migrantes, sino que además cuentan “todo lo que pasa en el Mediterráneo central”. “Denunciamos lo que está ocurriendo en el Mediterráneo, los abusos generalizados, las violaciones de los derechos humanos, de los convenios internacionales, del derecho marítimo, todo esto pasa por la Unión Europea”. “Por eso, molestamos mucho y por ello hay tanto esfuerzo de diferentes países de la Unión Europea en la criminalización y la lucha contras las ONG”, asegura.
“Esta dinámica política asquerosa y deplorable de externalización de las fronteras y criminalización de las personas migrantes y una concepción totalmente falsa de lo que ocurre en el Mediterráneo llevan a esto, a la criminalización de las ONG con abusos como amenazar con multas”, denuncia.
La interferencia política y el revuelo mediático
En solo tres días la tripulación de Open Arms participó en varias operaciones en el Mediterráneo en las que atendieron a alrededor de 120 personas, según explica el fundador de la ONG, que asegura que todas las operaciones se han hecho “de forma legal, todas ellas en conocimiento de las autoridades pertinentes”.
Sin embargo, cuando solicitaron poder trasladar a las 54 personas que había rescatado un velero italiano hasta Malta, que se había ofrecido como puerto seguro, les fue denegada la autorización y solo se permitió la entrada del velero, que transportaba a más personas de las que aguanta de manera segura la embarcación y que no tenía los medios suficientes para atender a los rescatados.
“¿Desde cuándo los políticos tienen que intervenir en el derecho marítimo y en el convenio SAR? ¿Desde cuándo los políticos tienen que interferir y dificultar las labores de rescate? Están contraviniendo convenios internacionales haciendo esta gestión”, lamenta Camps, que denuncia que el Ejecutivo solo quiere evitar el revuelo mediático que supondría el desembarco del Open Arms.
“No importa el sufrimiento de las personas, no importa el riesgo que se tome, sencillamente importa la imagen o el efecto mediático que pueda suponer que Open Arms desembarque en Malta una operación coordinada por la administración maltesa”, afirma.
Menos buques de rescate, más muertes en el Mediterráneo
Los bloqueos y trabas que están sufriendo los barcos de rescate de las ONG afectan directamente a los migrantes que tratan de llegar a Europa por mar.
En el año 2017 eran nueve ONG las que navegaban por el Mediterráneo para ayudar a los migrantes y contaban con hasta 12 embarcaciones, explica Gati, que señala que las organizaciones como Open Arms están allí para “rellenar y poner un parche a un vacío creado por las instituciones”.
“Después de la operación Mare Nostrum, de la Armada italiana, aquí en el Mediterráneo no hay ningún operativo de rescate institucional, y nosotros aparecimos para apoyar a los guardacostas italianos”, explica Gati, que hace referencia a una operación que acabó en el año 2014.
En 2019, hay momentos en los que solo un barco de rescate estaba en el Mediterráneo. Esto ha afectado seriamente a la seguridad de los migrantes y a la mortalidad en esta zona. “Hasta junio del año pasado, la proporción era de que moría una persona de cada 14. En el mismo periodo de este año ha llegado a morir una persona de cada cuatro”, asegura Gati, que pide a los Gobierno de Europa que cumplan con los convenios internacionales y las leyes marítimas y les permitan seguir rescatando a las personas que se juegan la vida cada día para tratar de empezar una mejor.