La decisión de Joe Biden que puede cambiar la guerra de Yemen
El nuevo mandatario rompe con la línea de sus predecesores, Barack Obama y Donald Trump, y retira el apoyo de EEUU a Arabia Saudí en la guerra de Yemen.
La guerra de Yemen se ha convertido en la mayor tragedia humanitaria del planeta, según Naciones Unidas. Solo en los nueve primeros meses de 2020 se han registrado más de 1.500 bajas civiles, y alrededor del 80% la población requiere ayuda humanitaria para cubrir sus necesidades básicas. Una guerra que pronto cumplirá seis años, y en la que EEUU ha desempeñado un papel fundamental. Hasta ahora.
El presidente de EEUU, Joe Biden, ha anunciado que el país norteamericano retirará oficialmente el apoyo que prestaba a Arabia Saudí en la guerra de Yemen a partir de este jueves. Pero vayamos por partes. ¿Qué ocurre en Yemen, y por qué EEUU ha permanecido seis años detrás de una coalición árabe liderada por los saudíes?
¿Qué ocurre en Yemen?
La guerra de Yemen estalló como un conflicto civil en 2015 pero, a día de hoy, el país se ha convertido en el tablero de ajedrez de Arabia Saudí e Irán, que se disputan la hegemonía regional de la península arábiga. El reino saudí lidera una coalición para restaurar al presidente yemení exiliado, Abdo Rabbu Mansur Hadi, mientras que los rebeldes hutíes se enfrentan a esta coalición con el respaldo no oficial de Irán.
Aunque el inicio del conflicto yemení se sitúa en 2015, hay que remontarse varios años atrás, a la Primavera Árabe. Es entonces, en 2011, cuando un levantamiento popular fuerza al presidente autoritario Alí Abdalá Saleh a dejar el poder en manos de su vicepresidente, Abdo Rabbu Mansur Hadi.
Hadi tendrá que enfrentar una etapa de inestabilidad nacional e inseguridad, y aprovechando ese momento de debilidad, el movimiento hutí (que defiende a la minoría musulmana chiita de Yemen) tomará el control de la norteña provincia de Saada y zonas cercanas. A finales de 2014, los hutíes llegan hasta Saná, la capital del país, y tras tomar Adén, donde se refugiaba el Gobierno, Hadi tendrá que exiliarse a Arabia Saudí. Es entonces cuando una de las guerras más crudas del panorama internacional dará el pistoletazo de salida.
¿Qué implica la decisión de Biden?
El alcance exacto de la decisión de Biden es ambiguo, pero se sabe que EEUU suspenderá definitivamente los acuerdos de venta de armas con Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos que había iniciado Trump. Eso sí, la decisión de Biden no afectará a las operaciones militares estadounidenses contra Al-Qaeda en la península arábiga, que por ahora continúan.
Sin embargo, la intervención de los norteamericanos en Yemen no se limita a la venta de armas: los aviones cisterna de la Fuerza Aérea de EEUU reabastecen en vuelo a los bombarderos saudíes, utilizan sus satélites para ayudar a los saudíes a localizar blancos, ayudan a transportar soldados y asesoran al Alto Estado Mayor de Arabia Saudí en la estrategia de la guerra.
Ahora bien, aunque EEUU ha sido el mayor aliado de Riad durante estos años, no podemos olvidar que Reino Unido sigue apoyando a la coalición saudí, y que países como España y Alemania han contribuido con la venta de armas. La guerra de Yemen es más occidental de lo que pensamos, y la presencia de Irán en el conflicto tiene mucho que ver con ello.
Irán y EEUU: un nuevo futuro para una enemistad histórica
La decisión de Biden no solo se presenta como un gesto a favor de la diplomacia, sino que además supone un cierto guiño a Irán. ¿Y cuál es el papel de Teherán en el conflicto? Si bien la Guardia Revolucionaria iraní no se implica en operaciones militares, se sabe que dota de armamento y estrategia a los hutíes. ¿Por qué? Los hutíes defienden a la minoría musulmana chiita en la región, e Irán se proclama desde la revolución de 1979 como el representante del chiísmo en el mundo. Esta postura le convierte en enemigo automático de Arabia Saudí, país de mayoría musulmana sunita y defensor del wahabismo.
Sin embargo, más allá de la dialéctica entre chiitas y sunitas, no debemos olvidar que Irán y Arabia Saudí son dos fuertes potencias de la península arábiga, y la guerra de Yemen se ha convertido en un tablero de ajedrez para que ambos países se disputen la hegemonía regional. Porque no todo va de religión: Yemen tiene acceso al Mar Rojo por el estrecho de Bab-el Mandeb, principal fuente de hidrocarburos para Occidente y por el cual circulan entre tres o cuatro millones de barriles de petróleo al día. Este potencial geoestratégico de Yemen lo ha convertido en una zona clave, y ninguno de los bandos está dispuesto a que se lo arrebaten.
Además, la nueva postura de los norteamericanos respecto a Irán no termina en Yemen: Biden ha indicado que quiere resucitar el Acuerdo Marco de 2015, según el cual seis potencias (EEUU, Rusia, China, Francia Alemania y Reino Unido) acordaban levantar las sanciones de la ONU a Irán a cambio de que este país congelara su programa nuclear durante dos décadas y media.
El nuevo papel de EEUU en Yemen
Con estas decisiones, Biden rompe con la línea seguida por sus dos predecesores. Fue Barack Obama fue quien ordenó la intervención en Yemen, mientras que Donald Trump[contexto id=»381723″] no solo mantuvo el apoyo a la coalición saudí sino que además añadió a los hutíes en la lista de terroristas, una decisión que también revocará el nuevo mandatario.
Además, Biden se ha propuesto que EEUU «juegue un papel más activo» en la resolución del conflicto yemení y, por ello, nombrará un enviado especial para ese tema, al igual que la ONU tiene el suyo propio. Aún no se ha desvelado el nombre del nuevo enviado especial para Yemen, pero, según medios estadounidenses, se trata de Timothy Lenderking, un diplomático de carrera con amplia experiencia en Oriente Medio y cuya primera misión será intentar lograr un alto al fuego entre las partes.