Sexo después del confinamiento: ¿tendremos miedo al contacto físico?
Una sexóloga nos explica cómo está afectando el confinamiento a nuestra vida sexual y cómo nos relacionaremos cuando todo esto acabe
Cómo será la vida cuando acabe el confinamiento por el coronavirus[contexto id=»460724″] es algo que nos hemos preguntado todos estos días. ¿Habrá que llevar mascarilla?, ¿cuándo abrirán los bares?, ¿podré hacer fiestas en casa?, ¿podremos volver a saludar con dos besos?, son preguntas que a muchos seguro que se nos han pasado por la cabeza.
Un aspecto de nuestra vida sobre el que nos estamos preguntando especialmente durante este confinamiento es el sexo. Los sexólogos afirman que este tiempo en casa nos está llevando a buscar nuevas maneras de vivir las relaciones sexuales, especialmente si no vivimos en pareja, pero ¿cómo será cuando por fin podamos salir y retomar, poco a poco, nuestra vida normal?
Hablamos con Susanna Petri, psicóloga clínica y sexóloga en el Instituto Barcelona de Sexología, que nos explica cómo está afectando el confinamiento a nuestra vida sexual y cómo nos relacionaremos cuando todo esto acabe.
¿Tendremos miedo al contacto físico?
El distanciamiento social al que nos está obligando la expansión del coronavirus puede llevarnos a pensar que, cuando la vida vuelva a la normalidad, nos va a costar relacionarnos con otras personas de la manera que lo hacíamos antes. Puede que así sea, es difícil de saber, pero lo que es probable es que en cuanto al sexo no haya grandes cambios, nos explica Petri. “Por lo que saco de mi experiencia con las personas que veo, te diría que no va a haber más miedo al contagio que antes, al menos no sexualmente”.
Si hablamos de personas con una pareja sexual estable, lo lógico es que no cambien su forma de actuar entre ellos. Y cuando nos referimos a personas con relaciones sexuales esporádicas o con diferentes parejas, el miedo no suele estar presente, al menos en la experiencia de Petri, según nos explica.
«Entre la gente que es más sexualmente activa, aunque no vale para todos, me da la sensación de que hay como una infravaloración del riesgo, no veo mucha preocupación, y menos en la gente muy joven”, nos cuenta la sexóloga. “Es más una cuestión de proteger a las personas de riesgo” lo que les mueve.
Además, “normalmente la gente que pertenece a un colectivo más de riesgo, aunque no quiero generalizar”, no tiene tantas relaciones esporádicas, explica Petri. Por eso quizá no existe el miedo entre las personas sin pareja a seguir manteniendo relaciones sexuales con distintas personas.
¿Tendremos un mayor deseo sexual?
Otro de los comentarios que escuchamos a menudo durante el confinamiento es que aquellos que están pasando estos días sin pareja, cuando puedan salir de casa tendrán más ganas de sexo que nunca.
Sin embargo, eso va a depender de cada persona y de cómo vivieran el sexo antes del confinamiento y cómo lo hayan vivido durante estas semanas sin salir de casa. “Hay que enfocarse en cuál es el punto de partida, porque las personas son diferentes, el nivel de actividad sexual es diferente, el nivel de ganas, de deseo, es diferente, entonces una respuesta unívoca es imposible”, explica Petri.
Lo que sí está claro es que “el sexo es una especie de dinamo, cuanto más lo haces, cuando más exploras, más aumenta el deseo, porque el sexo va un poco con la fantasía sexual también, si no la cultivas mucho, pues las ganas van disminuyendo”, señala. Por tanto, el aumento del deseo sexual dependerá de cuánto lo cultivemos durante el confinamiento.
Sin embargo, es cierto que hay algunos factores externos que nos pueden causar una disminución de la libido. “Si aumenta el nivel de estrés, esto es un enemigo del sexo, no solo por cuestión de tiempo, de cansancio, sino que los pensamientos sexuales disminuyen, la persona entra en una fase un poco depresiva”, explica Petri.
“Yo diría que en este caso es más cómo el confinamiento afecta a la persona a nivel de sus sentimientos, al estado de ánimo o a elevar el estrés más que el efecto en su vida sexual en sí”, señala. “Es decir, la persona está menos sana a nivel mental por el estrés y la disminución del sexo es una consecuencia negativa de esto”, puntualiza.
Ganas de ser más abiertos
Al contrario de lo que podemos pensar, el coronavirus no nos está haciendo temer el contacto con la gente, sino que nos está llevando a querer aprovechar más el tiempo y las oportunidades cuando por fin podamos salir de esta situación. Al menos eso es lo que extrae la sexóloga de su experiencia con los pacientes durante esta etapa de confinamiento.
“Se está echando mucho de menos el contacto”, afirma Petri, que cuenta que algunos de sus pacientes le han dicho que el confinamiento les ha servido para darse cuenta de que han dejado escapar oportunidades y “se están proponiendo ser más lanzados con la gente, ser más abiertos, porque han experimentado cuánto se pueden quedar realmente lejos de los demás”.