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Gastronomía

Tintos para los primeros cocidos de invierno

Porque es el tipo de vinos que se suele elegir para acompañar este imprescindible de nuestro recetario, cuatro etiquetas tintas que harán un buen papel

Tintos para los primeros cocidos de invierno

Cocido. | Carlos Manzano (Flickr)

Serían otras tantas y bien distintas, por ejemplo blancos con crianza o alguno de nuestros estupendos espumosos. Porque antes de nada dejar claro que en esta ocasión vamos con tintos pero no es el único tipo de vinos que va bien con la contundencia de un cocido. Referido una y mil veces, y las que sean necesarias, los diferentes ingredientes que participan en la receta, las diversas variantes que existen de la misma en función del lugar en que se prepara y, sobre todo, los distintos vuelcos que lo componen  hacen que sean varios los perfiles vinícolas que pueden acompañar el cocido. 

Lo muchas veces apuntado, depende si lo que se busca es el contraste (esto es, limpiar, refrescar la boca) o la armonía de un vino que tenga la misma untuosidad y potencia que la de esta receta. Es más, las alternativas también pasa por elegir un par de referencias diferentes para por un lado, por ejemplo, tomar en el momento de la legumbre y otra para cuando lleguen las carnes (chorizo, morcilla, ternera, jamón, gallina…). Aclarado esto, para la presente entrega una selección de cuatro elaboraciones tintas, de cuatro zonas diferentes, que se van a entender a la perfección con el cocido y que también se pueden combinar pues sus perfiles también difieren.

El primero es de ocasión especial dado el precio… pero es que también es la segunda vez que sale al mercado pues responde a una mezcla de añadas. ¡Sí sí, se hace…!. Son vinos que se conocen como CVC (coupage de varias cosechas) y lo que el elaborador busca es aportar lo mejor de cada cosecha que selecciona. Es el caso de Specimen Nº 2 (65 €) un Ribera del Duero de Finca Villacreces procedente de las cosechas 2015, 2016 y 2017 de viñedos de más de 40 años. Se compone de un 78% de tinto fino (tempranillo) y un 22% de cabernet sauvignon, y para su crianza han empleado desde acero inoxidable a fudres de roble francés de 1.200 litros. Tal sólo cuentan con 3.696 botellas, y la primera vez que salió al mercado fue en el año 2000 con el nombre Specimen Nº 1. Un vino con estructura, voluminoso, persistente, donde destaca la fruta madura, los aromas balsámicos y recuerdos minerales. Corpulento y con amplio recorrido. 

La Florens 2020 (27 €) es un vino de finca de cepas muy viejas de garnacha negra que firma el viticultor Josep Grau en la bodega del mismo nombre. Al amparo de la DO Montsant, procede de viñas trabajadas en ecológico y plantadas sobre suelos en su mayor parte calcáreos en la localidad tarraconense de Capçanes. Se vinifica y envejece durante 14 meses en fudres de roble austriaco. Es el vino con el que Grau homenajea a su madre, Florentina, pues que lleva el nombre con el que él solía llamarla. A día de hoy es la referencia icónica de la casa, expresiva, elegante, con frescura. Presenta aromas de fruta roja y frutillos del bosque, montebajo, especias, junto a recuerdos de chocolate. Boca amplia, equilibrada, con fresca acidez y fina amabilidad en el paso. 

Desde el municipio de Manzaneque (Toledo), un tempranillo de Bodegas NOC que sale como Vino de la Tierra de Castilla. Se trata de NOC Tempranillo 2018 (14,50 €), procedente de viñas a 750 metros de altitud en el corazón de los Montes de Toledo –recogidas de noche– y con una crianza de 16 meses en roble francés. Previamente realizó la fermentación maloláctica en tinajas de hormigón. Unos trabajos todos en pro de la acidez y la frescura. Lleva el sello del afamado enólogo Ignacio de Miguel y el resultado es un vino con claras notas de fruta roja madura, café, especias hierbas aromáticas y toques ahumados. Jugoso en la boca, equilibrado, con una fruta viva, fresco, balsámico. Cierta sensación rugosa en el paso, no molesta, y larga persistencia.  

La  cuarta alternativa es un reciente vecino de la denominación riojana, en concreto de la Rioja Alavesa. Senderos de UKAN 2019 (21,50 €) es uno de los vinos de Ukan Winery, el proyecto bodeguero del joven Koldo Eguren que arrancaba hace cuatro años y en el que a día de hoy elaboran dos vinos de tempranillo. El que nos ocupa es el ‘hermano pequeño’ (el principal es Ukan 2019) de viñas de diversas edades situadas en suelos arcillo-calcáreos y que ha tenido una crianza en roble francés. Un vino expresivo, muy fresco, con claros aromas de fruta roja, recuerdos de caramelo y toque mineral. Equilibrado, con frescura, fluido. Fácil de beber. 

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