Higaditos de pollo encebollados al vino tinto: receta de casquería
Estamos ante un producto muy económico y que preparado con esta elaboración obtenemos un resultado final con un sabor realmente delicioso
Higaditos de pollo encebollados.
La casquería no tiene término medio, o la amas o la odias. Si eres de los primeros, estás de suerte. Aunque si te encanta la casquería, probablemente ya habrás probado los higaditos de pollo encebollados, pero hoy en THE OBJECTIVE te vamos a contar cuál es la mejor receta para lograr un plato de diez de este producto tan económico.
Hablando de casquería, nuestra compañera Mara Sánchez ha traído recientemente a este medio un texto en el que detalla con profundidad este tipo de alimentos. Así que si quieres conocer más sobre la casquería y saber por qué estamos ante una tendencia gastronómica, te recomendamos que acudas a su artículo y lo leas con detenimiento (incluso podrás conocer algunos restaurantes a los que acudir para probar estos productos).
Dicho esto, hoy nos vamos a centrar en los higaditos de pollo. Estamos ante un producto muy económico (aunque como todo, su precio se ha visto elevado en los últimos meses), en el que, como te vamos a contar a continuación, tiene un paso fundamental para lograr el sabor perfecto: la limpieza.
Nutrientes y valores nutricionales
Además de su sabor y textura, que son dos de las principales características de los higaditos de pollo, estos cuentan con bastantes valores nutricionales. En concreto es un alimento muy rico en hierro, en vitaminas K, B4, B7, B9, B12 y ácido fólico.
Respecto a sus valores nutricionales, por cada 100 gramos los higaditos de pollo contienen 22,12 gramos de proteínas, 1,20 gramos de carbohidratos, 4,7 gramos de grasa y un total de 136 calorías. Eso sí, recuerda que según las recetas y las preparaciones estos valores pueden variar, hablamos del higadito de pollo crudo.
Aquí te detallamos los nutrientes del higadito de pollo, según alimentos.org:
- 18 miligramos de calcio
- 21 miligramos de potasio
- 3 miligramos de yodo
- 1,20 gramos de carbohidratos
- 13 miligramos de magnesio
- 68 miligramos de sodio
- 33 microgramos de vitamina A
- 0,32 miligramos de vitamina B1
- 28 miligramos de vitamina C
- 1,30 microgramos de vitamina D
- 0,40 miligramos de vitamina E
- 240 miligramos de fósforo
- 136 kilocalorías
- 492 miligramos de colesterol
- 4,70 gramos de grasa
- 243 miligramos de purinas
Receta de higaditos de pollo encebollados
Higaditos de pollo encebollados
Equipment
- 1 Olla grande baja
Ingredientes
- 450 gramos de hígados y corazones de pollo
- 1 cebolla grande
- 3 dientes de ajo
- 1 vaso de vino tinto
- 1 cucharada de harina
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- Media cucharadita de pimienta negra recién molida
- Un cuarto de cucharadita de sal
Elaboración paso a paso
- Lo primero que tenemos que hacer es limpiar los hígados y los corazones de pollo. Al tratarse de un producto de casquería, este paso es fundamental. Para la limpieza, lo más sencillo es ayudarnos de unas tijeras. Podemos empezar por los corazones, a los que simplemente tenemos que cortar la parte inferior de los mismos (la zona blanca). El resto, los hígados, vamos eliminando también la parte blanca (el tejido conectivo) y las zonas verdes (esta parte es lo que provoca que luego nuestro plato pueda tener un cierto sabor amargo). Una vez que tenemos nuestros higaditos y corazones de pollo limpios de impureza, procedemos a introducirlos en agua fría a la que hemos añadido un poco de vinagre. Dejamos en el agua durante unos 15 minutos y posteriormente los enjuagamos y secamos con un papel absorbente.
- Una vez que tenemos perfectamente limpios nuestros higatos, procedemos a cortarlos en porciones de, más o menos, un bocado (los corazones los dejamos tal y como están). Salpimentamos y añadimos la harina, mezclando todo bien para que todos los hígados tengan una pequeña capa de harina.
- Ponemos la cazuela al fuego (potencia máxima), añadimos unas tres cucharadas de aceite. Cuando el aceite esté caliente introducimos los higaditos y corazones, lo que queremos es que se doren y la cazuela empiece a tener esos restos de harina que luego permitirán tener una salsa un poco más espesa. Cuando estén dorados los trozos de carne, los sacamos de la cazuela y los reservamos.
- Es el momento de la cebolla y el ajo. Cortamos la cebolla en juliana y los ajos al gusto (puede ser en láminas o en brunoise). Volvemos a calentar el aceite en el que hemos dorado los higaditos de pollo y añadimos, primero, la cebolla y, pasado un minuto, el ajo. Añadimos una pizca de sal y bajamos el fuego a medio bajo. La idea es dejar que la cebolla se poche a fuego lento, pero sin que se llegue a caramelizar. Pasados unos 10 minutos, estará en el punto que buscamos.
- Volvemos a introducir los trozos de higaditos y corazones de pollo en la cazuela con la cebolla y el ajo. Removemos para mezclar todo bien y subimos el fuego al máximo. Cuando haya alcanzado la temperatura alta que buscamos, añadimos el vaso de vino. Dejamos que hierva durante un minuto y, en cuanto haya evaporado el alcohol, bajamos el fuego a medio bajo, tapamos y dejamos cocinar durante unos 10-15 minutos, hasta que la carne esté tierna y la salsa haya reducido a nuestro gusto.
Notas
