Una segunda (y necesaria) oportunidad para frutas y verduras 'feas'
Sanas, frescas, ricas pero imperfectas. Alimentos que en numerosas ocasiones se tiran encuentran ya consumidores concienciados contra el desperdicio
Nos colocamos ante un colorido mostrador de alimentos, como frutas o verduras, echamos un vistazo, cogemos una bolsa –aunque lo ideal es llevar la propia y de tela–, nos ponemos el guante de plástico y comienza la selección. Porque esto es lo que hace todo consumidor: toquetear, revisar y al final seleccionar el producto ‘más bonito’. Cualquiera compramos y comemos, lo primero, con la vista. Es inevitable por estupendo que uno se ponga y niegue reconocerse.
Los ojos siempre se van a lo que tiene mejor presencia y las manos se quedan con la pieza de fruta o el manojo de verdura que muestra mejor aspecto (color, textura, una forma homogénea…). El comprador lo hace y el vendedor lo sabe como bien demuestra la forma en que colocan los productos en sus escaparates y lineales. También en la comida se impone la imagen.
La pregunta pertinente ante esta realidad es saber qué pasa con todo ese producto que ‘no gusta’. En la tienda se ve: los alimentos con peor aspecto van quedando en la caja hasta el último momento. Pero hasta llegar aquí hubo otra selección previa, la del intermediario, quien tampoco compró todo el producto al productor/agricultor.
Es en este momento cuando entran iniciativas on line para que dicho productor pueda dar salida a la parte de su producción que el distribuidor despreció por el mero hecho de no tener buena cara. Insistir en que en todo momento hablamos de alimentos en perfecto estado de consumo, naturales, frescos, sólo penalizados por ser más feos o imperfectos. Para que nada se desaproveche esas jóvenes empresas dan salida comercial y solidaria a frutas y verduras que de otro modo terminan en el suelo o regaladas.
Dar salida a verduras y frutas ‘feas’
En el punto de partida se sitúa un movimiento solidario muy activo en países de Europa como Alemania o Gran Bretaña, es el Ugly Food Movement. Su objetivo es concienciar a la población de que los productos no deberían terminar en la basura por el mero hecho de no ser ‘perfectos‘. Un comportamiento que además repercute a favor de la cadena alimentaria desde el agricultor y finalmente en el consumidor, que accede a ricos productos a precios más bajos que los de mercado (o al menos así debería ser) y con la comodidad de que te los ponen en casa. Y en nuestro país son ya varias las iniciativas que han ido surgiendo a las que se acaba de sumar una más…
Bene Bono
Bene Bono es la última en llegar a España (se fundó hace tres años en Francia). En sus primeras semanas ofrecen datos que dan que pensar. Aseguran que en las últimas semanas «ha salvado 7,8 toneladas de frutas y verduras ecológicas e imperfectas, evitando la emisión de 2.340kg de CO2 y con ello luchando contra el desperdicio alimentario desde la raíz del problema». Esta startup que actualmente opera en Madrid y alrededores, cuenta con una red de 42 agricultores españoles y preparan cestas variadas con productos ecológicos de temporada «que habrían sido descartados por no cumplir con la estética o patrones requeridos por los grandes canales de distribución», apuntan. Lo importante, que se trata de productos de calidad a precios muy competitivos.
Talkual Foods
Más tiempo lleva Imperfectus, una empresa española asentada en Lleida y que crearon en 2019 dos jóvenes emprendedores, Oriol Aldoma y Marc Ibos tras ser conscientes de los muchos productos que se desechaban en la empresa hortofrutícola que tiene la familia de Marc. Para evitarlo ponen en marcha Imperfectus, con el objetivo de evitar cualquier desperdicio al tiempo que apoyan a los agricultores locales. Por tanto, una segunda oportunidad para frutas y verduras que no cumplían con los cánones de belleza establecidos. Como ellos mismos dicen «frutas y verduras singulares por fuera y brutales por dentro», también aseguran a precios inferiores a los de la frutería habitual y que llevan directamente a casa. Venden a todo el país.
Frutas feas
Frutas feas está centrada en las naranjas y mandarinas que se recogen en la huerta valenciana. De nuevo, una segunda oportunidad a los muchos kilos que no tendrían cabida en supermercados y fruterías y que esta empresa recupera ayudando a la agricultura local al tiempo que contribuye a reducir el derroche de alimentos. Ni brillantes, ni perfectas pero igual de buenas y sanas. El envío lo realizan en las 24 horas siguientes al pedido y además se paga una vez se recibe.
Nutripeople
La murciana Nutripeople es un paso más allá porque en su caso elaboran bebidas saludables a partir de esas frutas menos atractivas a la vista. En pro del desperdicio cero recuperan alimentos excedentarios, con sus propiedades intactas, para hacer productos energéticos con frutas naturales. Además parte de su producción la donan a proyectos sociales cuyo fin es desarrollar programas de acceso a la alimentación y educación de quienes más lo necesitan en el mundo.
Algunas cifras que deberíamos tener siempre en mente es que en el mundo se desperdicia el 30% de la comida; que en España se calcula que son unos 1.300 millones de toneladas los alimentos que al año van a la basura, o que el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen del derroche alimentario.