Ni con papel ni con espumadera: trucos para evitar que la berenjena frita absorba el aceite
La berenjena es una verdura que por su textura esponjosa tiende a absorber grandes cantidades de aceite cuando se fríe
Aunque están deliciosas, la mayoría de las veces que pensamos en freír berenjenas terminamos por escoger otra receta para cocinarlas. Esto se debe a la gran cantidad de aceite que absorben cuando se fríen. Sin embargo, a pesar de que la berenjena por naturaleza, es una verdura que por su textura esponjosa que tiende a absorber grandes cantidades de aceite, existen trucos con los que podrás disfrutar de unas berenjenas crujientes y ligeras.
A pesar de que, casi todos cuando freímos berenjenas en casa tenemos la costumbre de utilizar una espumadera para escurrir el aceite. O poner un trozo de rollo de cocina absorbente, sobre la bandeja en la que vamos a presentar las berenjenas recién fritas, para que empape el exceso de aceite de las berenjenas. Hay trucos más efectivos y sencillos, para obtener unas berenjenas más crujientes y menos grasientas.
Los tres trucos
1. El más efectivo: el de la sal
Uno de los trucos más conocidos y efectivos es el uso de sal. Antes de freír las berenjenas, córtalas en rodajas o bastones, colócalas en un colador y espolvorea sal generosamente por ambos lados. Déjalas reposar durante unos 30 minutos. Este proceso ayuda a extraer parte del agua contenida en las berenjenas. Luego, enjuágalas para eliminar la sal y sécalas bien con papel de cocina. De esta forma, las berenjenas absorberán mucho menos aceite al freírse.
2. Huevo batido y cerveza
El rebozado crea una barrera entre la berenjena y el aceite, lo que reduce la absorción de grasa. Puedes sumergir las rodajas en huevo batido y luego pasarlas por harina o pan rallado antes de freírlas. Otra opción muy eficaz es usar cerveza en lugar de huevo batido para preparar la mezcla del rebozado. La cerveza le da ligereza al recubrimiento y ayuda a que queden más crujientes sin absorber tanto aceite.
3. El horno
Una alternativa consiste en hornear las berenjenas antes de rebozarlas y freírlas. Al someterlas al calor del horno durante unos minutos a baja temperatura, su textura y consistencia se mantienen intactas y conseguimos que absorban menos aceite al momento de freírlas.
Otras recomendaciones
1. El poder del frío
Mantener las berenjenas frías antes de freírlas puede marcar la diferencia. Algunos chefs recomiendan colocar las rodajas de berenjena en un bol con agua helada después de cortarlas y antes de escurrirlas y secarlas. Este método no solo ayuda a reducir la absorción de aceite, sino que también mejora la textura final de la berenjena, dejándola más firme y menos propensa a deshacerse durante la cocción.
2. Aceite caliente
Aunque pueda parecer contradictorio, freír las berenjenas en aceite bien caliente y en cantidad suficiente puede reducir la cantidad de grasa que absorben. Si el aceite está demasiado frío, las berenjenas lo absorberán rápidamente mientras intentan cocinarse. Un aceite a una temperatura óptima de 180-190°C sella rápidamente la superficie de la berenjena, evitando que se empape. Además, usa una sartén profunda o un cazo para que las rodajas puedan flotar en lugar de estar en contacto directo con el fondo.
5. Freidora de aire
La freidora de aire, por ejemplo, permite cocinar berenjenas con una textura crujiente utilizando solo unas gotas de aceite. Otra opción es hornearlas: pincela las rodajas con una capa ligera de aceite y hornéalas a alta temperatura, girándolas a mitad del tiempo para garantizar una cocción uniforme.
6. La leche
Un método menos conocido pero efectivo es remojar las rodajas de berenjena en leche durante unos 15-20 minutos antes de cocinarlas. La leche ayuda a suavizar la textura de la berenjena y a reducir su capacidad de absorber aceite. Una vez remojadas, escúrrelas bien, sécalas y procede a freírlas o cocinarlas de la manera que prefieras.
7. Secarlas
Un paso que no debe omitirse es secar completamente las berenjenas antes de freírlas. Incluso si has usado métodos como la sal o el remojo en leche, cualquier humedad residual hará que las berenjenas absorban más aceite. Usa papel de cocina o un paño limpio para eliminar cualquier exceso de agua antes de llevarlas a la sartén.