El helado cremoso casero de Arguiñano: con frutos secos y leche condensada
Este postre veraniego es refrescante, sano, dulce y con una textura suave y un punto crujiente que encanta

El helado cremoso con frutos secos de Arguiñano. | Canva
Con la llegada de los días cálidos, no hay nada más satisfactorio que preparar un postre casero que no solo sea delicioso, sino también sencillo. El helado cremoso de Arguiñano, con su mezcla de frutos secos y leche condensada, representa la fusión perfecta entre el punto crujiente y tostado que aportan las avellanas, junto a una base dulce y suave gracias a la leche condensada.
Con solo unos pocos ingredientes, es posible preparar un helado con textura sedosa y sabor intenso. Además, su sabor a fruto seco tostado realza aún más si se sirve con pequeños toques decorativos como barquillos, frambuesas o hojas de menta. Ideal para compartir en familia o sorprender a invitados, esta propuesta demuestra que la mejor cocina muchas veces parte de lo más simple.

Receta del helado cremoso de Arguiñano
Ingredientes
- 300 gramos de avellana tostada pelada
- 250 gramos de leche condensada
- 100 mililitros de licor de avellana
- 1/4 de litro de nata líquida
- cuatro barquillos
- ocho frambuesas
- hojas de menta
Elaboración paso a paso
- Triturar las avellanas.
- Mezclar con la leche condensada y el licor.
- Montar la nata.
- Incorporarla.
- Congelar durante cuatro horas.
Modo de elaboración
- Coloca las avellanas tostadas en una picadora o procesador de alimentos y tritúralas hasta que queden bien molidas. Este proceso libera los aceites naturales de las avellanas y potencia su sabor tostado.
- Transfiere la pulpa de avellana a un bol amplio. Añade la leche condensada y el licor de avellana, y mezcla hasta obtener una crema homogénea y uniforme.
- Vierte la nata líquida, asegurándote de que esté bien fría, en otro recipiente. Con una batidora de varillas eléctrica, móntala hasta que esté firme y con volumen.
- Agrega la nata montada a la mezcla anterior de avellana, leche condensada y licor, integrándola con movimientos suaves y envolventes. Este paso es clave para conservar la esponjosidad del helado final.
- Cubre el bol con film transparente y mételo en el congelador. Deja reposar al menos cuatro horas, o hasta que el helado haya cuajado adecuadamente.
- Aproximadamente media hora antes de consumir, traslada el helado al frigorífico para que esté más fácil de servir y conserve mejor su textura cremosa.
- Saca el helado y sírvelo en en cuencos. Decora cada porción con un barquillo, un par de frambuesas y alguna hoja de menta para aportar frescura y contraste de color.
Este helado cremoso casero de Arguiñano, con frutos secos y leche condensada, es la opción perfecta para disfrutar de un postre refrescante, sofisticado y muy fácil de hacer. La combinación del sabor tostado de las avellanas, la suavidad de la leche condensada, y la ligereza de la nata montada brinda una experiencia deliciosa y equilibrada.