Avanza el plan holandés para cerrar las granjas de visones
Los propietarios ganaron su primera reclamación en 2014, cuando pidieron una compensación adecuada por el cierre de sus granjas. El recurso fue aprobado por un tribunal de primera instancia, pero entonces el Estado apeló el fallo y fijó un periodo de 11 años para la desaparición de los recintos. Ahora, el Tribunal Supremo holandés acaba de ratificar los plazos impuestos asegurando que el sector, en el que trabajan unas 1.400 personas, tiene tiempo de sobra para adaptarse a la decisión sin que haga falta una compensación económica. «Existe un equilibrio entre los derechos fundamentales de los granjeros y el interés general servido por la nueva ley», señala el auto de los jueces.
El visón europeo se encuentra en peligro de extinción en el continente. Su piel es muy codiciada en la industria peletera para la fabricación de abrigos y chaquetas, y sólo en Holanda hay 160 granjas donde se trabaja con ella. Allí se producen cerca de cinco millones de pieles anuales. El Gobierno del país dijo basta en 2013 y decretó el desmantelamiento de estos criaderos, pero los continuos recursos interpuestos por sus dueños han retrasado la entrada en vigor de la medida.
Los propietarios ganaron su primera reclamación en 2014, cuando pidieron una compensación adecuada por el cierre de sus granjas. El recurso fue aprobado por un tribunal de primera instancia, pero entonces el Estado apeló el fallo y fijó un periodo de 11 años para la desaparición de los recintos. Ahora, el Tribunal Supremo holandés acaba de ratificar los plazos impuestos asegurando que el sector, en el que trabajan unas 1.400 personas, tiene tiempo de sobra para adaptarse a la decisión sin que haga falta una compensación económica. «Existe un equilibrio entre los derechos fundamentales de los granjeros y el interés general servido por la nueva ley», señala el auto de los jueces.
