Ana Obregón y Bertín Osborne fueron pareja: lo confirman los propios protagonistas

Anoche Ana Obregón volvió a iluminar la televisión. Lo hizo en el regreso del espacio de entrevistas de Bertín Osborne, Mi casa es la tuya, tras meses en la recámara esperando a que esta nueva temporada tuviera hueco para su estreno. No defraudó. La invitada no fue la presentadora y actriz. Fue la madre, la mujer con un dolor tremendo en el corazón que sigue luchando día a día por vivir sin su hijo. Anoche Bertín tuvo enfrente a la Ana más vulnerable, pero a la vez más resiliente.

Fue trending topic, pero sobre todo fue un ejemplo de superación tras haber pasado por la peor experiencia que le puede pasar a una madre. Y esa no es otra que perder a su hijo, pero además verle sufrir y apagarse poco a poco, mientras se intenta hacer lo imposible por tratar de salvarle. Por eso esta fue, como ella misma reconocía, la entrevista más difícil de su vida. La que nunca hubiera querido hacer.

«Sé que he tardado casi dos años desde que se fue mi niño en reunir las fuerzas para hacer una entrevista en televisión. Y he elegido para hacerlo a un buen amigo desde hace más de 30 años, al que tengo mucho cariño, por su empatía y gran corazón. Vais a ver y escuchar una conversación entre el corazón roto de una madre y el corazón generoso de un amigo», escribió Ana en su perfil de Instagram horas antes de la emisión del programa.

Agradecida a todo el equipo, Obregón aprovechó su post para publicar una serie de fotografías del día que se grabó, y además quiso tener un gesto muy cariñoso con quienes participaron en el mismo: «Gracias Bertín por sujetarme la mano con tanto amor todo el rato. Gracias a mis queridos Susana Uribarri, Raúl Castillo, Boris Izaguirre y Luis Rollán por estar siempre a mi lado». Y puso el punto y final a su mensaje aclarando que «jamás me lucraría con mi dolor», por eso ha destinado todo su caché a la Fundación Álex Lequio para investigar el cáncer.

Ana Obregón revive el calvario de la enfermedad de su hijo

Ana Obregón protagonizó un programa lleno de emociones compartidas. Hubo lágrimas, risas y también una serie de secretos que quedaron desvelados. La enfermedad que se llevó a su hijo ocupó la primera parte de esta nueva entrega de Mi casa es la tuya. Las sonrisas, las bromas y los secretos llegaron en la segunda cuando la protagonista de Ana y los siete y Bertín, recibieron a los amigos más cercanos de la actriz.

La bióloga no pudo dejar de llorar al relatar cómo fue la enfermedad de su hijo. Cómo les dieron el diagnóstico, cómo tomaron la decisión de volar a Nueva York para que recibiera allí parte del tratamiento. También hubo medias sonrisas cuando recordó que hubo un momento en el que los resultados fueron tan favorables, que llegó a pensar que su Álex se había curado.

Pero la espada de Damocles seguía con ellos y ya en España, tras una revisión, el castillo de naipes se vino abajo. Obregón se derrumbó al recordar el sufrimiento de su hijo, sus dolores, las noches sin dormir, las sesiones de quimioterapia y las secuelas. Todo lo afrontaron con fuerza y juntos. Ella, su expareja, Alessandro Lequio y su hijo, que con su carácter afable muchas veces tiró de sus padres.

Pero el 13 de mayo de 2020, en plena pandemia, Ana tuvo que dejar marchar a su niño. Tenía 27 años, toda la vida por delante, sueños cumplidos, muchos por cumplir, pero sobre todo tenía unos padres, una familia, que se han quedado con un vacío muy difícil de llenar. Tanto, que Ana llegó a verbalizar una frase lapidaria: «Yo me perdono la vida cada día».

Las frases más lapidarias de la entrevista

Esta no fue la única. La entrevista de Ana estuvo cargada de frases y de enseñanzas que ha aprendido cada día desde que su hijo no está con ella. «Ya nunca volveré a ser Ana Obregón», le dijo a Bertín casi al comienzo de su intervención. Le cuesta sonreír, bailar, porque cree que es injusto seguir con su día a día disfrutando de sus hobbies si su hijo no está.

«Me mató cuando me dijo: ‘Mamá, perdóname por tener un hijo defectuoso’». Álex no perdió la sonrisa ni el sentido del humor, y eso era lo que le daba fuerzas a la bióloga para seguir cada día. Para arreglarse, maquillarse y que su hijo la viera como siempre. Aunque, como es lógico, también se vino abajo, sobre todo cuando el tumor volvió.

Madre coraje, Obregón le confesó a Bertín que «si no hubiera tenido dinero, me hubiera hasta prostituido por salvar a mi hijo y llevármelo a Nueva York». Reconocía así que el haber sido una ‘hormiguita’ le facilitó el poder tener acceso a la única terapia con la que se pudo hacer frente al sarcoma de Ewing. Esta no es otra que la protonterapia que, en la actualidad y gracias a la donación millonaria de Amancio Ortega, ya se encuentra en nuestro país.

Ana además compartió con el presentador y con la audiencia, una de las lecciones que le ha enseñado haber vivido la enfermedad y el adiós de su hijo: «Colecciona momentos. No colecciones cosas, porque al final es lo único que te vas a llevar». Y es esta la frase que más se puede ver compartida, horas después de la emisión del programa, en la mayoría de los perfiles de las redes sociales.

Los secretos que aún guardaba: Bertín y Ana fueron pareja

El momento distendido llegó con la aparición de sus amigos, invitados sorpresa para ella. Todos recordaron a Álex, pero también pusieron sobre la mesa divertidas anécdotas que han vivido con Ana a lo largo de los años. Entre ellas, y sin querer entrar en detalles, Bertín y Ana desvelaron que fueron pareja cuando tenían 22 años. Un amor que no llegó a más, pero del que quedó una bonita y profunda amistad.

Hasta el punto de que la mítica presentadora de El Gran Prix confesó que el jerezano y ella han sido siempre amigos. De hecho, el cantante de rancheras estuvo a su lado cuando se le detectó un cáncer de útero. Una patología de la que muy pocos tenían conocimiento y de la que tampoco quiso hablar más detalladamente.

Todo lo contrario a lo que vivió cuando se conoció que había sido objetivo de ETA. «Fue en la época de Ortega Lara, cuando lo sacaron del zulo. Allí encontraron una lista con objetivos y yo estaba en ella», comenzó explicando. «Habían hecho un seguimiento y el último apunte fue: Se ha quedado embarazada. Ahí pararon. Mi hijo me salvó la vida», reconoció.

Las risas llegaron cuando Luis, Susana, Raúl y Boris contaron algunos de los momentos más divertidos que han vivido junto a Ana Obregón. Muchos derivados de su más que conocida miopía, como por ejemplo el que vivieron en Ibiza cuando hizo que se vaciara una de las playas al confundir una bolsa de plástico con una medusa. O como el primer día que fue al bingo, tuvo que ponerse las gafas de sol graduadas para ver los números, cantó el premio y terminó saludando a los allí presentes como si de una estrella de Hollywood se tratara -todo por recomendación de Luis Rollán-.