Paz Padilla, despedida de Mediaset después de 13 años en plantilla
La cadena le ha rescindido el contrato de larga duración que renovó en verano
Paz Padilla no levanta cabeza. Tras varias semanas sin aparecer en televisión, Mediaset la ha despedido después de 13 años formando parte de su plantel de presentadores. La cadena de Fuencarral ha confirmado a la revista Lecturas que se le ha rescindido el contrato de larga duración que, curiosamente, renovó el pasado mes de julio.
¿Los motivos? «El incumplimiento de su obligación como presentadora, al haber abandonado el programa Sálvame una hora y media antes de su finalización». Algo que ocurrió el 20 de enero después de una monumental bronca que mantuvo con Belén Esteban a causa de sus opiniones sobre la vacuna contra el covid.
A finales de diciembre, la gaditana protagonizó un momento de lo más surrealista durante un directo en Instagram con Anne Igartiburu y María del Monte. Padilla confesó que se había vuelto a contagiar de coronavirus y que había estado a punto de causar baja en las Campanadas como le ocurrió a Ana Obregón. En ese momento, la cantante de sevillanas preguntó si tenía las dos dosis de la vacuna y se topó con la respuesta que desató la polémica: «Si es que da igual, las vacunas no sirven para nada».
Para justificarse comenzó a explicar su parecer con un discurso que pronto se convirtió en viral por sus datos incorrectos al hablar de la pandemia: «La vacuna es una proteína que te meten, la Spider (sic) que es por donde entra el virus. Pero es la del bicho de Luján (sic) y ahora ha mutado. Ahora tenemos la Oritrón (sic) y no entra por la puerta, sino por la ventana». La cara de sus compañeras de charla eran un poema. Incluso la presentadora vasca trató de desviar el tema, pero fue imposible.
Paz Padilla seguía con sus argumentaciones. «Por muchas vacunas que te pongan, te infectas. Las Delta y la Oritrón han mutado en África (…) Lo bueno es que hay tanta gente inmunizada, que hay poca gente con covid y se piensa que este será el final del covid», concluyó.
Paz Padilla, Belén Esteban y su bronca en directo
A raíz de su intervención en Instagram, fueron numerosos los internautas que se hicieron eco de las palabras de la humorista. Belén Esteban fue una de las que no dudó en acusarla de ser una «irresponsable» por sus declaraciones. Semanas después, las dos se vieron las caras en el programa en un encuentro lleno de tensión. La de Paracuellos estaba visiblemente molesta con la presentadora y contó que, aunque Padilla le había llamado, ella no le había cogido el teléfono «porque no me apetecía hablar de eso».
La actriz y presentadora entonces justificaba lo ocurrido: «Dije que no servía para nada en el sentido de que puedes infectarte por la variante nueva. No me sabía bien el nombre, entre que soy disléxica y un despiste. (…) Dije que la gente no se puede relajar por el pasaporte covid, porque se pueden infectar igualmente». Y además no tuvo reparo en afirmar que sus palabras se habían sacado de contexto.
La tensión iba en aumento por segundos y Paz Padilla continuaba con su defensa: «No soy negacionista ni antivacunas. Las vacunas salvan vidas, ahí están los números». Belén no tardó en dar la réplica de manera contundente: «No me creo lo que estás diciendo. Creo que metiste la pata y no sabes cómo salir de ahí. Y como no quiero tener una guerra, prefiero sentarme». Una actitud que molestó sobremanera a su interlocutora: «Me da igual que no te lo creas. Yo no soy antivacunas. Pero sinceramente, creo que te has pasado. Decir que miento… Si quieres vamos a un juzgado».
Belén prefirió guardar silencio, pero la comunicadora gaditana no se daba por vencida: «¿Por qué no creo yo en la vacuna? Dime. ¡Te has metido en esto tú solita!», le espetaba a Belén. Esta saltaba entonces como un resorte: «¡La que te has metido eres tú haciendo ese vídeo! ¡Las caras de Anne Igartiburu y María del Monte eran un poema!». Paz Padilla se quitaba entonces el micrófono y abandonaba el plató muy disgustada.
Las meteduras de pata de la comunicadora
A pesar de los años que ha estado Paz Padilla al frente de Sálvame coordinándose en la presentación del programa con Jorge Javier Vázquez y Carlota Corredera, lo cierto es que sus intervenciones siempre estaban cargadas de polémica. Su sentido del humor parece que no casaba del todo con la audiencia y mucho menos con algunos de los colaboradores con los que la falta de feeling era más que evidente.
No había día que los twitteros no cargaran contra ella. A pesar de que ponía su particular toque a la hora de conducir el espacio en directo durante cuatro horas, sus meteduras de pata y sus chascarrillos no terminaban de gustar a los telespectadores. Las críticas iban desde su «falta de tacto y de profesionalidad» a la hora de tratar temas tan serios como la desaparición de Blanca Fernández-Ochoa, hasta su manera de defender a ultranza cómo vivir el duelo.
Un claro ejemplo de esto fue cuando entrevistó a la mítica Mayra Gómez Kemp. La presentadora del Un, dos, tres, acudió al espacio vespertino meses después de enviudar. Las preguntas directas y los argumentos de la Padilla la llevaron al límite. Hasta el punto de soltar a bocajarro una frase que ya ha quedado para los anales de la televisión: «La vida es la vida, pero no tengo por qué aceptarlo. ¡No soy Santa Mayra de los cojones!». Fue una respuesta que arrancó el aplauso del público y de los tertulianos, que tampoco compartían la manera de plantearse la vida tras perder a una pareja que tiene su compañera.
Paz Padilla también fue criticada por su opinión sobre el conflicto entre Rocío Carrasco y Rocío Flores. Según ella, la nula relación entre madre e hija se podría solventar «con amor, porque el amor lo puede todo». «El amor incondicional, el amor generoso. Me antepongo por amor. Mi rabia, mi dolor, mi odio, mi envidia. ¡Todo! Antepongo el amor. Si hay amor olvidamos lo sucedido». Kiko Hernández fue el primero en dar un golpe en la mesa explicando que eso no servía en el complicado caso de la hija y la nieta de Rocío Jurado, haciendo referencia al episodio de malos tratos que vivió Rociíto con su hija mayor.