Iker Casillas y Sara Carbonero: así es su vida un año después de anunciar su ruptura
El 12 de marzo del 2021, tras varios meses de rumores, la pareja hizo oficial la noticia de su separación
Hace un año, una de las parejas más queridas anunció su separación. Iker Casillas y Sara Carbonero pusieron punto y final a una historia de amor de 11 años. La noticia confirmó los rumores que les acompañaban desde meses antes, hasta que decidieron hacer oficial que lo suyo había terminado. Miembros de la generación 2.0, la pareja hizo uso de sus respectivos perfiles de Instagram para anunciar al mundo que habían roto.
«Nos sentimos enormemente orgullosos de la familia que somos y de haber podido compartir un amor que nos ha llenado de felicidad durante todos estos años de unión. Hoy nuestro amor de pareja toma caminos distintos pero no lejanos puesto que seguiremos juntos en la maravillosa tarea de seguir siendo padres dedicados como hasta ahora lo hemos hecho. Es una decisión muy meditada y que tomamos de mutuo acuerdo», comenzaron diciendo en el post.
Junto a una bonita imagen en blanco y negro en la que aparecían felices, Iker y Sara dejaban ver cómo iba a ser su relación desde ese momento: «El respeto, el afecto y la amistad permanecerán siempre. Nuestra prioridad es desde el cariño y el compromiso, compartir el bienestar y la educación de nuestros hijos y protegerlos para que crezcan en un entorno estable y saludable». Por último, eran tajantes a la hora de pedir respeto para su intimidad, afirmando además que no harían más declaraciones al respecto.
Una expareja bien avenida
Horas después de lanzar el comunicado, tanto uno como otro daban normalidad a lo ocurrido publicando en sus stories una imagen junto a sus pequeños disfrutando de una partida de parchís. Ya lo habían dicho: entre ellos quedaba cariño, respeto y sobre todo el compromiso de seguir de la mano en lo que a la educación y la dedicación a sus hijos se refería.
En estos doce meses no ha habido una palabra fuera de lugar ni un mal gesto entre ellos. Todo lo contrario, han seguido discretos en cuanto a su vida privada se refiere, aunque no han tenido problema en mostrar esa cordialidad que ha quedado en fechas señaladas. Así, pocos días después del anuncio de su ruptura, Sara felicitó a Iker por el Día del Padre con unas sencillas palabras: «Feliz día al mejor papá», le comentó junto a varios corazones. Un mensaje que tuvo su correspondiente contestación con un emoji de dos caritas enamoradas.
Los mensajes entre ellos son una constante. Y en estos también se incluye al resto de la familia y amigos. Tanto Irene Carbonero, excuñada del portero, como Isabel Jiménez, comadre de la periodista, han seguido mostrando el inmenso cariño que se siguen teniendo a pesar de la ruptura. Siguen siendo una gran familia, aunque el mostoleño y la toledana hagan su vida por separado.
Iker Casillas y Sara Carbonero, sin suerte en el amor
A pesar del tiempo que ha pasado, ni uno ni otro ha rehecho aún su vida. Es más, los rumores de reconciliación entre ellos también han surgido en varias ocasiones a lo largo de este año. Por el momento no hay segunda parte. Ni entre ellos ni con otras personas. Parece que el amor se les resiste, aunque candidatos no han faltado.
Iker Casillas fue el primero al que se le relacionó con otra mujer. La afortunada, una cantante andaluza de nombre Sara Dénez, que negó que tuviera algo con el exportero madridista. Y ahí quedó la cosa, al menos para ella. No para el deportista que tenía claro que no iba a permitir que la rumorología formara parte de su nueva vida de soltero.
Por eso interpuso una demanda después de que el periodista José Antonio Avilés asegurase tener unos supuestos audios de Iker a la cantante, que confirmaban esta relación. El juicio se celebró hace un mes y trascendió uno de los momentos más embarazosos para el portero. Según el portal Informalia, este no fue otro que el tener que escuchar en sala sus propias conversaciones subidas de tono, cuando la jueza ordenó que se emitieran. Unos mensajes calificados por su fuente como «audios guarretes».
Iker Casillas asistió a la vista coincidiendo con la aparición de las informaciones que le relacionaban nada más y nada menos que con la influencer Rocío Osorno. No tardó en reaccionar a través de un mensaje publicado en su cuenta de Twitter en el que escribió un escueto: «Ave María Purísima». Parece que por mucho empeño que se ponga, el adjunto a la dirección de la Fundación Real Madrid todavía no ha vuelto a ilusionarse.
Todo lo contrario a lo que ha vivido Sara Carbonero. La periodista ha mantenido una breve historia con el cantaor Kiki Morente. Aunque también intentaron ser discretos, cuidando mucho cada una de sus apariciones, lo cierto es que han compartido diferentes veladas donde el arte, la música y los amigos han sido testigos de su amor. Pero las últimas informaciones apuntan a que este noviazgo también ha llegado a su fin.
Sus reflexiones llegados este día
A medida que se iba acercando este triste primer aniversario de su ruptura, el exmatrimonio se ha puesto reflexivo. Tanto uno como otro han compartido con sus respectivos seguidores sus pensamientos, que denotan cómo se encuentran en la actualidad. Iker, que ha llenado sus redes sociales de fotografías con sus íntimos amigos, publicó una instantánea hace unos días en los que aparece sonriente. Está feliz y parece que dispuesto a beberse la vida.
«Sonreír, ¡qué forma más tonta de perder el tiempo!, diría un idiota. Sonreír es recuperar energía. Volver a querer más. ¡Olvidar gilipolleces y solo pensar en vivir!».
Sara, más dada a las reflexiones y a nombrar algunas de sus citas favoritas, también publicaba en Instagram un párrafo que cogió ‘prestado’ al periodista Jesús Terrés y que habla del mar: «En términos marineros, personas que sean orza sí. Anclas no. En los veleros, la orza (una pieza que va sumergida) aporta estabilidad y evita que el barco se vaya a la deriva e incluso que vuelque (y en el hipotético caso que volcase el velero la orza evitaría que se quede boca abajo)».
«Cuando hablamos de personas que son anclas lo definimos como un lastre, algo o alguien inmóvil que ni se mueve ni te deja avanzar. Hay quien cree que el ancla es estabilidad pero cuando eso pasa, Javi, hijo de marineros, enarbola nuestro desacuerdo respecto al ancla y concluye que si se utilizase algún término marino para describir estabilidad sería la orza. Ser orza y no ancla; tratar de hacer mejores a las personas que quieres —y nunca frenarlas, ser abono y no techo, camino y no fango. Aguantar (juntos) las mareas, poner las cosas fáciles, dejar ser, abiertas las ventanas de par en par, saberte cobijada pero nunca presa, que mi mundo sea tu red, que puedas dejarte caer: ese será mi triunfo, amor mío. Ser tu orza y no tu ancla», concluye.