Los errores de protocolo de Jill Biden y sus nietas en su encuentro con la reina Letizia
La primera dama de Estados Unidos ha hecho esperar unos minutos a la reina antes de la cita que les ha llevado al centro de refugiados ucranianos en Madrid
Jill Biden y la reina Letizia en el centro para refugiados ucranianos de Pozuelo | Gtres
«Ni caso al protocolo», ha debido pensar la reina Letizia, que ha vivido uno de los momentos más incómodos de esta cumbre de la OTAN que tiene blindada la ciudad de Madrid desde hace unos días. La reina ha tenido que esperar esta mañana durante unos minutos a Jill Biden, con quien iba a visitar el centro de refugiados ucranianos ubicado en la localidad de Pozuelo de Alarcón.
Han sido unos pocos minutos que se han hecho una eternidad, aunque la mujer de Felipe VI ha aguantado estoicamente en el lugar hasta que ha visto aparecer a la inmensa comitiva que acompaña a la mujer del presidente norteamericano durante su estancia en España. Las dos se han saludado con dos besos y agarrándose los brazos de manera cariñosa y, tras charlar durante unos minutos, han posado para los medios allí congregados ante las banderas de España y Estados Unidos.
El ‘look’ de Jill Biden y de una de sus nietas
La Primera Dama ha hecho acto de presencia como si fuera una auténtica estrella de Hollywood. Además de con su equipo de guardaespaldas, ha aparecido luciendo gafas de sol, complemento que ha llevado hasta después de haber saludado y haber hablado un rato con doña Letizia. Otro error de protocolo que también ha llamado la atención.
Por si esto fuera poco, Jill Biden ha aparecido acompañada de sus nietas, Maisy y Finnegan. Ambas jóvenes, fruto del primer matrimonio del hijo mayor del presidente estadounidense, Hunter Biden. Hasta ahí todo correcto, excepto porque una de ellas hizo acto de presencia con un look totalmente fuera de lugar no solo para visitar el centro de refugiados, sino principalmente porque se iba a encontrar con la reina Letizia.
Mientras que una de las hermanas se decantó por un veraniego vestido blanco con sandalias nude, la otra sorprendió con un outfit formado por una sudadera, camiseta, alpargatas y unos pantalones de rayas de lino, que más bien parecían los de un pijama. Para colmo, los llevaba tan arrugados que parecía que, efectivamente, la nieta de Biden llevaba puesta su ropa para dormir. Todo un despropósito.
El motivo del retraso que ha hecho esperar a la reina Letizia
Al parecer, el equipo de Jill Biden ha excusado esta falta de puntualidad debido a los férreos controles de seguridad que vigilan la ciudad en estos días. Lo cierto es que el blindaje al que está sometida la capital ha trastocado la rutina diaria de los madrileños y de los visitantes que se encuentran haciendo turismo en la capital.
Desde el Ayuntamiento se ha recomendado el uso del transporte público y el teletrabajo, especialmente a los empleados de las empresas ubicadas en las inmediaciones de IFEMA. Las principales vías están afectadas por el traslado de las distintas delegaciones a sus hoteles de Madrid, además de por las diferentes citas que van a tener a lo largo de estos días.
Y aunque parezca increíble, la mismísima primera dama de Estados Unidos ha sufrido los estragos de este despliegue de seguridad debido a esta Cumbre de la OTAN, una de las más importantes, teniendo en cuenta el conflicto bélico en Ucrania.
Jill Biden y doña Letizia, el dúo perfecto de las acompañantes de los mandatarios de la Cumbre de la OTAN
La reina ha ejercido de cicerone con Jill Biden y sus nietas. Doña Letizia ya visitó este lugar a principios de abril. Lo hizo junto al rey y sus hijas, Leonor y Sofía, en la primera aparición pública de la princesa de Asturias tras regresar a España por las vacaciones de Semana Santa.
En aquel momento esta visita se vio eclipsada por la publicación de la fotografía en la que aparecía el rey Juan Carlos en Abu Dabi, acompañado de sus hijas, las infantas Elena y Cristina, así como por sus nietos Victoria Federica, Miguel, Irene, Juan y Pablo. Precisamente él fue el protagonista de la anécdota de la jornada cuando en redes sociales, los internautas se preguntaban dónde estaban las piernas del segundo hijo de Iñaki Urdangarin y doña Cristina.
A lo largo de la visita, ambas han conversado con los responsables de algunas de las ONG que prestan asistencia a los refugiados. Tanto Letizia como Jill se han mostrado muy cercanas e interesadas en todo lo que les han transmitido, incluyendo a algunos de los refugiados y a una representación de las familias de acogida.
