De la sigilosa muerte de Isabel II al problema de Kate y Carlos III: la frágil salud en Buckingham
Son varios los miembros de la Casa Real británica que han sufrido distintos problemas de salud como el cáncer
La Casa Real inglesa está pasando por momentos complicados de salud. Fue a mediados de enero cuando se supo que Kate Middleton había pasado por quirófano debido a un problema abdominal. En el caso de Carlos III, todo ha sido un poco más complicado. Tras ser sometido a una rápida intervención en la próstata, el Rey fue diagnosticado de un cáncer. Todos estos problemas de salud engrosan la cantidad de contratiempos han sufrido en el palacio de Buckingham en cuanto a su estado se refiere; comenzando con Jorge VI y la Reina Madre y siguiendo con la muerte sigilosa de la reina Isabel II.
Son varios los antecedentes familiares dentro de la Familia Real británica relacionados, sobre todo, con cáncer. Aunque, sin duda, el más mediático ha sido el diagnóstico de Carlos III que ha creado especial revuelo. Sobre todo, teniendo en cuenta que, como hacen normalmente, desde el Palacio han decidido proporcionar poca información sobre el estado de salud del monarca ni tampoco han comentado de qué tipo de cáncer se trata. Sí que es cierto que mucho más silenciosos han sido con Kate Middleton, quien fue intervenida por un problema abdominal pero del que no dieron más detalles.
Jorge VI, el padre de la reina Isabel, murió por un cáncer de pulmón
En todos estos años, han sido distintas las maneras que han tenido, desde la Casa Real, de comunicar sus noticias más trascendentales. Así, ha habido ocasiones en las que no han escatimado en detalles, mientras que en otros momentos han optado por un total hermetismo. El abuelo del rey Carlos, Jorge VI, murió el 6 de febrero de 1952 debido un cáncer que padecía. El padre de la reina Isabel no pudo superar la enfermedad y acabó falleciendo. En ese momento, desde la Familia Real, pensaron que no era necesario que se comunicara el grave estado del monarca. Es más, no fueron avisados ni sus más allegados. Cuatro meses antes se había producido la extirpación total de uno de sus pulmones.
Tal fue la discreción que ni la propia Reina fue avisada del complicado estado de su padre. Es más, la operación fue ocultada a sus propias hijas y, en la misma, se dieron cuenta que sufría una metástasis en el otro pulmón. Es por eso que no hubo nada que hacer con él. Durante sus peores momentos, el Rey se trató con distintas inyecciones de morfina con las que se intentó tratar su dolor. En todo momento, Jorge tuvo esperanza en que iba a curarse, tanto es así que, en una de sus peores fases, animó a que su hija, Isabel, viajara hasta Kenia con el príncipe Felipe. Una semana más tarde, el Rey fallecía mientras dormía. Todo se organizó para que la joven fuera investida como reina de Inglaterra.
La Reina Madre sufrió la misma enfermedad hasta en tres ocasiones
Otra enfermedad que ha afectado gravemente a la Familia Real británica, con el paso de los años, fue la hemofilia. La reina Victoria I de Inglaterra, es decir, la tatarabuela de la reina Isabel II, quien reinó hasta 1901. La mujer tuvo nueve hijos que nacieron de su matrimonio con el rey consorte, el príncipe Alberto. La Reina era portadora del gen de la hemofilia y se lo transmitió a tres de sus hijos. La hemofilia es un tipo de enfermedad que se caracteriza por graves hemorragias. Además, es inevitable y no tiene cura.
Siguiendo con el cáncer, la Reina Madre, Isabel Bowes-Lyon, madre de Isabel II también falleció debido a esta grave enfermedad. Aunque eso sí, lidió con el tumor de forma totalmente íntima. Fue en su biografía póstuma, en 2009, donde se pudo leer lo que realmente había pasado con la mujer. Fue en 1966, la primera vez que le extirparon un tumor de colon y, unos años más tarde, fue tratada de un tumor de mama. De todas estas intervenciones no supo nada la prensa británica. La versión oficial que dieron es que la mujer de Jorge VI había estado en el hospital para someterse a diversas pruebas, pero sin ninguna vinculación ni importancia. A pesar de todo, vivió hasta 2002, año en el que cumplió 101 años.
La versión oficial de su fallecimiento es que se había muerto debido a la «vejez». Luego, más tarde, se supo que no había sido del todo así y que realmente había muerto por un mieloma, una forma rara de cáncer de huesos. Ahora, quien también se va a tener que enfrentar a la enfermedad será Carlos III. El rey de Inglaterra ya ha comenzado su tratamiento que llevará a cabo tanto en casa como en The London Clinic, uno de los hospitales más exclusivos de la ciudad inglesa. También, su nuera, Kate Middleton, se está recuperando de su intervención en el abdomen. Es por eso que volverá a sus responsabilidades en los próximos meses.
Quien realmente se fue sin hacer mucho ruido fue la reina Isabel. La monarca comenzó a debilitarse considerablemente unos días antes de fallecer. Fue en ese momento cuando saltaron las alarmas y cuando toda la familia se trasladó hasta el Castillo de Balmoral donde acabó muriendo el 8 de septiembre de 2022. En todo su reinado, la monarca había tenido una salud de hierro y la causa de su muerte fue achacada a la vejez. También, otros factores contribuyeron a este fatal desenlace.