El fin de semana madre e hija de Leonor y Letizia en Panamá: su emoción, fiesta y comida juntas
La mujer de Felipe VI aterrizó, el pasado viernes, en la Ciudad de Panamá donde vio a la princesa cuando llegó a puerto

Leonor y Letizia, en un collage. | Gtres
La reina Letizia y la princesa Leonor han vivido su fin de semana más especial y emotivo. La mujer de Felipe VI se ha trasladado hasta Ciudad de Panamá para poder ver a su hija después de más de casi cuatro meses separadas. La heredera del trono partió, desde Cádiz, el pasado mes de enero e hizo su primera parada en las Islas Canarias. Luego, cruzó el Atlántico junto a sus compañeros del Juan Sebastián Elcano. En estos meses, la princesa ha hecho varias escalas en distintas partes de América en las que se ha divertido junto a sus compañeros guardiamarinas, ha cumplido con sus obligaciones, ha representado a la Corona y, también, ha conocido distintas culturas. Toda una experiencia 360 que, sin duda, no solamente le formará en la mar sino, también, a nivel personal.
Aunque eso sí, esto no quita que su educación militar se esté volviendo cada vez más exigente y, sobre todo, que el pasar tanto tiempo tanto fuera de casa hagan mella en su ánimo. Sí que es cierto que la heredera está acostumbrada a pasar largas temporadas lejos de su familia. Su primera experiencia fue en el UWC Atlantic College de Gales, a donde se marchó con tan solo 16 años. Luego, vino la Academia General Militar de Zaragoza y, en el mes de septiembre, la Escuela Naval de Marín. Ahora, se encuentra en una de sus etapas más difíciles en la que se mantendrá más de siete meses alejada de Zarzuela.
El reencuentro más esperado de Leonor y Letizia en Panamá
Y es que, aunque la reina Letizia y el rey Felipe sean conscientes de lo que conlleva sus obligaciones dentro de la Corona, entre las que se incluye su formación militar, no quita que sigan teniendo un cierto sentimiento de tristeza como padres. Es por eso que se personaron, el 11 de enero, en Cádiz para decirle ‘adiós’ a su hija, al igual que hicieron el resto de familiares de los guardiamarinas. Es más, aunque no estamos acostumbrados, la reina derramó unas lágrimas y no dejó de mostrar emoción en su rostro. Es por eso que, en esta ocasión, no ha querido perder la oportunidad de viajar hasta Panamá, en la que ha podido pasar unos días junto a su hija. Su reencuentro se produjo a primera hora de la mañana, hora local, de este sábado, en el que la princesa desembarcó, junto a sus compañeros, en la Ciudad de Panamá.
Hasta allí Leonor llegó en el buque-escuela y, en cuanto divisó puerto, se quitó su gorra para saludar a los allí presentes. Entre ellos, su madre. Una vez puesto un pie en tierra, la princesa se dirigió, con paso firme y apresurado, hasta la reina, quien se encontraba junto al resto de familiares de los guardiamarinas. Ambas se fundieron en un abrazo, en el que Letizia tuvo la oportunidad de preguntarle un escueto «¿Qué tal?». Luego, madre e hija siguieron charlando con el resto de la gente en varias conversaciones distendidas. En todo momento, la reina se preocupó mucho por el estado de su hija y no pudo contener la sonrisa y el brillo en sus ojos. Leonor, aunque más recatada, también se mostró especialmente ilusionada con la visita de su madre.
La recepción de Letizia en Elcano y una fiesta llena de complicidad

Y es que estas últimas semanas no han sido especialmente fáciles para ella. Desde que puso un pie en el buque-escuela mucho se ha hablado sobre si estaba o no preparada para la experiencia. También, se ha llegado a cuestionar su valía y su forma física. Y no solamente eso. En las paradas que ha hecho, junto a sus compañeros, se ha medido cada uno de sus pasos y de sus planes. Tanto es así que se le llegó a relacionar con otro guardiamarina. La gota que colmó el vaso fueron las imágenes que se publicaron de ella dentro de un centro comercial en el Chile, por las que la Casa Real decidió tomar una decisión inédita, demandando al establecimiento. Parece ser que fue la reina quien tomó la iniciativa y quien quiso poner un poco de control en todo lo que se publica sobre el lado más personal de la princesa.
La reina Letizia siempre se ha comportado como una madre protectora y se ha preocupado, en todo momento, por sus dos hijas, queriendo proteger su privacidad. Pero, también, ha querido que vivan una juventud lo más parecida posible a cualquier chica de su edad. Aunque eso sí, siempre teniendo en cuenta que ambas son piezas claves dentro de la Casa Real. Es por eso que, cada vez que pueda, Letizia no duda en apoyar a su hija y, consciente de ello, participó, en la noche del sábado, en la cena de gala ofrecida por el buque-escuela Juan Sebastián Elcano, en el que, como no podía ser de otra manera, la reina deslumbró. Antes, ambas comieron en el restaurante El Nacional, donde degustaron comida típica panameña, como confirmó el propio local. Para la ocasión se decantó por un espectacular mono, en color rojo, de Mango y con un cinturón y un escote de lo más favorecedor. Por su parte, la princesa lució el uniforme de gala de verano, compuesto por una chupa francesa blanca con los distintivos pasadores para las hombreras de rango y pantalón negro con vivos satinados laterales.
En el caso de las mujeres, estas se colocan una lazada al cuello, mientras que los hombres deben llevar pajarita. Al igual que sucedió esa misma mañana, tanto Leonor como Letizia derrocharon complicidad y se miraron de una forma que lo decía todo. Además, la reina se convirtió en el principal apoyo de su hija mayor, quien la recibió en la que lleva siendo su casa desde hace más de siete meses. Es más, la última vez que se vieron también fue en este bergantín-goleta de la Armada Española.