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El día a día de Sarah Ferguson y el príncipe Andrés: duermen separados y se ven dos veces

La Casa Real británica, a finales de octubre, tomó la decisión de separar su camino con el del hijo preferido de Isabel

El día a día de Sarah Ferguson y el príncipe Andrés: duermen separados y se ven dos veces

Sarah Ferguson y Andrés Mountbatten, en una imagen de principios de 2025. | Gtres

Andrés Mountbatten está en uno de los momentos más delicados de su vida. El hermano del rey Carlos III viene acumulando, en los últimos años, una serie de escándalos que le han abocado a diferenciarse de la Casa Real británica. Y que, sobre todo, el monarca inglés decida separar su camino del que un día fue el ojito derecho de Isabel de Inglaterra. Fue el pasado 30 de octubre cuando el rey Carlos inició un «proceso formal» para retirarle sus títulos de príncipe y de ducado de York. Una decisión que, sin duda, también afecta directamente a la que fuera su mujer, Sarah Ferguson, quien, a pesar de que llevan años sin estar juntos, sí que mantienen una buenísima relación.

Tanto es así que ambos residen en el mismo edificio —bajo la batuta de la Familia Real inglesa—, el Royal Lodge. Es más, ya el 3 de noviembre se comunicó que su tratamiento de «Alteza Real» dejaría de aplicarse y que pasaría a usar el nombre Andrew Mountbatten Windsor sin los antiguos títulos. Además, diversos cargos honorarios y militares que tenía fueron también retirados o están en proceso de revocación. Este cambio, sin duda, supone un significativo retroceso en su posición oficialmente dentro de la Casa Real británica; ya no se le permite actuar con los privilegios vinculados a esos títulos, y su presencia pública como miembro activo de la familia real queda muy mermada.

La convivencia de Andrés Mountbatten y Sarah Ferguson en Windsor

Sarah Ferguson correos Jeffrey Epstein
Sarah Ferguson y el príncipe Andrés se divorciaron hace años. | Gtres

Esto provocó que Andrés decidiera disolver varias de sus empresas y de iniciativas vinculadas con su etapa pública. Por ejemplo, una de sus iniciativas, Pitch@Palace Global, una competición de startups vinculada al príncipe, ha solicitado su cierre ante las Companies House en Reino Unido, como explican en The Guardian. Aunque eso sí, una de las cuestiones que más le duele es la de tener que abandonar su residencia principal en Windsor, el Royal Lodge, con la idea de trasladarse hasta la finca de Sandringham Estate, en Norfolk. Royal Lodge ha sido uno de esos lugares que le han marcado, sobre todo porque desde allí ha batallado todas las polémicas a las que se iba enfrentando. También, se enfrentó, en su casa, a la delicada salud de su madre y a su posterior fallecimiento.

Además, todas estas batallas no las ha afrontado solo, ya que Andrés Mountbatten sigue muy unido a Sarah Ferguson. Sarah Ferguson y el Príncipe Andrés se casaron en 1986 tras una relación que había comenzado unos años antes. Su matrimonio tuvo dos hijas, la princesa Beatriz y la princesa Eugenia. Sin embargo, su relación marital experimentó tensiones y la separación se firmó en 1992, con el divorcio legal en 1996. A pesar del divorcio, lo que llama la atención es que desde hace años han vivido juntos en la residencia del príncipe Andrés, el Royal Lodge, en Windsor Great Park. Sarah ha declarado que se considera una «huésped» en esa vivienda y ha hablado de su apoyo continuo al ex-príncipe, confirmando que «no le fallará». 

Ahora, tendrán que marcharse de Royal Lodge

En la actualidad la relación entre ambos parece haberse transformado. Aunque siguen muy vinculados —compartiendo vivienda, apoyo mutuo y responsabilidades familiares— muchos analistas describen su vínculo como el de «mejores amigos» o «compañeros de vida» más que como un matrimonio en el sentido tradicional. Sarah ha dicho que haría todo de nuevo al casarse con Andrews, que sigue considerándolo «un gran hombre con gran corazón». Sin embargo, esa declaración también subraya que lo hicieron hace décadas y que su relación ha atravesado cambios profundos. Aunque eso sí, la situación se ha complicado últimamente. El príncipe Andrés ha sido objeto de graves controversias vinculadas a su relación con Jeffrey Epstein y, como consecuencia, se inició un proceso formal para que dejara de usar sus títulos reales, incluyendo su estilo de «Prince» y «Duke of York». 

El príncipe Andrés y Carlos III
El príncipe Andrés y Carlos III

Este cambio también afecta a Sarah Ferguson. Tanto es así que tendrá que dejar de utilizar el título de «Duchess of York». Las repercusiones personales y sociales para ambos han sido importantes, y el entorno del palacio y del público está claro; la relación institucional y su visibilidad cambian radicalmente. El tema de la vivienda es clave, ya que el príncipe Andrés deberá abandonar el Royal Lodge durante los próximos meses y trasladarse a otro alojamiento privado dentro de la finca del Sandringham Estate.  Por su parte, Sarah Ferguson está planeando mudarse a su propia vivienda independiente, separada del príncipe Andrés. Según varios medios británicos, ella no solicitará que se le asigne una propiedad especial, sino que buscará un nuevo inicio en solitario. Esto apunta a que su relación, aunque sigue fuerte en el plano personal/familiar, está entrando en una fase de mayor autonomía para Sarah.

Duermen separados, pero se ven dos veces al día

Royal Lodge ha ocupado un papel principal dentro de su vida en común. El príncipe Andrés se mudó hasta allí en 2003 con un alquiler de 75 años. Sarah se trasladó hasta este bonito palacio cinco años más tarde, aunque llevaban divorciados desde 1996. La vivienda se convirtió en su residencia principal, y para muchos años fue su «hogar» conjunto dentro del entorno real. Y es que, aunque ya no estaban casados, Andrés y Sarah mantuvieron una relación de convivencia compartida en Royal Lodge que era inusual; ella lo describe como «él me apoyó en lo bueno y en lo malo». Durante esos años, la mansión ha sido escenario de múltiples ocasiones familiares como bodas de sus hijas, celebraciones privadas, visitas de la realeza, etc. El enorme tamaño de la casa permitía que vivieran en cierta medida «por separado pero juntos». 

Sarah Ferguson y el príncipe Andrés.
Sarah Ferguson y el príncipe Andrés. | Gtres

Royal Lodge es una propiedad de lujo y cuenta con amplios jardines, gran tamaño y una ubicación privilegiada dentro de Windsor Great Park, así como gran conexión con la Corona británica. Pero también con generosas responsabilidades; el coste de mantenimiento era muy elevado —por ejemplo, varias estimaciones hablan de entre £4 millones a £6-7 millones por año para mantenerla en óptimo estado—. Además, desde hace años, la mansión ha ido entrando en cierto deterioro, lo que complicaba la convivencia diaria. Es tan grande que, como afirman los tabloides británicos, si no querían verse durante unos días, no lo hacían. Aunque eso sí, tenían por costumbre coincidir, al menos, dos veces al día. Los dos han dormido en extremos opuestos de la vivienda y cuando se han reencontrado lo han hecho para charlar, sobre todo, de la familia y de la reina Isabel, quien fue una persona muy importante para los dos.

«Ambos pasan mucho tiempo a solas», apuntaron en The Sun, un testimonio que, sin duda, refuerza la idea de que, a pesar de su divorcio y escándalos, siguen unidos como el primer día. Por el momento, Sarah está especialmente preocupada, no por su futuro sino por el del príncipe Andrés. También, «teme» por sus hijas, Beatriz y Eugenia. «Pero está particularmente preocupada por Andrés, y ha hablado de fuerzas oscuras que podrían tenerlo como objetivo», apostillan en el mencionado tabloide.

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