'La Bestia', el coche 'indestructible' de Joe Biden para la cumbre de la OTAN en Madrid
El presidente estadounidense participará en la cumbre de la OTAN que tendrá lugar en Madrid entre el 28 y el 30 de junio
La cumbre de la OTAN reunirá a 40 mandatarios internacionales en Madrid los días 28, 29 y 30 de junio. Uno de ellos es el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien se desplazará rodeado de una caravana de 50 vehículos blindados.
Entre ellos se encuentra ‘La Bestia’, el vehículo en el que viaja el mandatario estadounidense y que es uno de los más seguros e imponentes del mundo. ‘La Bestia’ actual se creó en 2018 para el anterior presidente, Donald Trump, aunque con el mandato de Biden se ha actualizado.
Sin embargo, el vehículo no se renovará por completo hasta 2024, ya que la Casa Blanca suele sustituir los automóviles cada 8 años. El Callidac actual es una especie de híbrido entre limusina y tanque de casi 5,5 metros de longitud y entre ocho y diez toneladas de peso.
Características de ‘La Bestia’, el coche blindado del presidente de los Estados Unidos
El vehículo puede aguantar el impacto de una granada o incluso una bomba, ya que las puertas tienen ocho centímetros de grosor y los bajos también cuentan con una capa de más de 12 centímetros para proteger el interior. Aunque por motivos de seguridad no se conocen todas las características del vehículo, sí que se han desvelado ahora algunas de sus características.
Armamento incluído
‘La Bestia’ incluye todo tipo de artilugios, la mayoría de ellos clasificados. Se cree que se incluyen manijas electrificadas para las puertas, «preparadas para enviar una descarga eléctrica de 120 V y ahuyentar a los atacantes», según recoge Motorpasión. Pero esto no está confirmado.
Lo que sí se sabe seguro es que debajo del paragolpes delantero el vehículo tiene incorporado un sistema de lanzamiento de granadas de gas lacrimógeno. También lleva ametralladoras en su interior, que se pueden disparar hacia el exterior sin que haga falta abrir las puertas o las ventanillas. Estas últimas, además, son fijas.
Carrocería blindada
La carrocería de ‘La Bestia’ pesa entre ocho y diez toneladas y, además, está cubierta por un blindaje militar de 8 pulgadas (más de 20 centímetros). El objetivo de esto es proteger al presidente de posibles explosiones de bombas.
Las ventanas están formadas por cinco capas de vidrio y policarbonato, y pueden detener una bala Magnum del calibre 44. Además, todas son fijas a excepción de la del conductor, aunque esta solo se puede bajar unos centímetros.
En cuanto al interior, en caso de un ataque químico puede sellarse herméticamente; los neumáticos, por otra parte, son tipo run flat y están diseñados para recorrer hasta 100 kilómetros incluso si están pinchados.
Sin embargo, debido al peso del Cadillac One, nombre con el que también se conoce el coche de Biden, tarda 15 segundos en alcanzar los 100 km/h. Y esto a pesar de que tiene un motor Duramax turbodiésel de 8 cilindros y 6.6 l que desarrolla una potencia de entre 300 y 330 CV.
Kit de primeros auxilios
‘La Bestia’ no solo está preparada para defender al presidente en caso de ataque, sino también para tratarlo en caso de que le ocurra algo. Es por ello que el vehículo incluye un completo kit de primeros auxilios, preparado para cualquier posible emergencia.
Entre lo que incluye se encuentra un suministro de sangre compatible con la del presidente preparado por si fuera necesario hacerle una transfusión a Biden. Además, el mandatario también cuenta con un suministro de oxígeno suficiente para abastecerse durante varias horas y que se puede introducir en la cabina directamente en segundos si hay un ataque.
Además, en el vehículo no faltan los sistemas de comunicaciones. Estos incluyen teléfonos, ordenador, GPS y satélite de última generación, de forma que el presidente pueda estar en constante comunicación con la Casa Blanca, el Pentágono, por ejemplo.
En total, la limusina tiene capacidad para siete personas, distribuidas en tres filas (dos-tres-dos). Con el presidente, aunque en otros vehículos de la comitiva, suele viajar también su personal esencial. Entre ellos se incluye el médico militar de su confianza.
Dos bestias idénticas
En la comitiva presidencial hay siempre, como mínimo, dos ‘Bestias’ idénticas. Las placas de las matrículas también son iguales, de modo que los posibles atacantes no puedan saber al 100% en cuál de ellas viaja el presidente. Como Biden es el presidente número 46 de Estados Unidos, este es el número que aparece en la placa de la matrícula del vehículo.
Grandes comitivas
Las caravanas presidenciales de Biden han sido motivo de polémica en más de una ocasión. Por ejemplo, cuando fue a discutir sobre las preocupaciones medioambientales con el papa a Italia y llevaba una comitiva de 85 coches.
Sin embargo, por lo general la comitiva la conforman 50 vehículos y 100 miembros del personal, que se desplazan en función de la misión que tengan. A veces se suman vehículos adicionales en posiciones nuevas, y el presidente no siempre está dentro de la limusina. Con esta táctica de mezclar constantemente la rutina el servicio secreto pretende frustrar a los atacantes potenciales.
Toda la comitiva está muy coreografiada, y cada coche tiene su función:
- Route car o coche de vigilancia: va minutos por delante de la comitiva y hace de guía.
- Pilot Car: hace lo mismo, y circula minutos o segundos por delante de la comitiva.
- Sweepers o barredores: por lo general son policías en motocicletas y coches patrulla que se despliegan delante de la comitiva, despejan el camino y bloquean las intersecciones y los pasos elevados de las autopistas.
- Lead Car: a veces es un coche del Servicio Secreto o un coche de policía, y sirve de «amortiguador» ante posibles ataques.
Una inversión de Estado
Barack Obama fue el presidente que estrenó la primera ‘Bestia‘. Trump estrenó la segunda generación hace cuatro años y, tras algunos cambios, ahora le toca el turno a Biden.
En total, ‘La Bestia’ está valorada en 1,5 millones de dólares. Sin embargo, el contrato entre la Casa Blanca y GM llega a más de 15 millones de dólares (algo más de 14,2 millones de euros), por el desarrollo de hasta 12 vehículos. A ello hay que sumar el gasto de gasolina; según Spyscape, el Cadillac presidencial consume unos 58 l/100 km.