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Francia estudia reimplantar el uniforme escolar para zanjar el debate de la vestimenta del Islam

La decisión del Gobierno galo de prohibir la abaya no ha estado exenta de polémica

Francia estudia reimplantar el uniforme escolar para zanjar el debate de la vestimenta del Islam

Dos jóvenes llevando la abaya. | Mubashir Hassan (Contacto Photo)

El Gobierno francés se plantea la posibilidad de recuperar los uniformes escolares para garantizar que el sistema educativo continúe siendo «un templo de laicidad». Esta posibilidad llega tras la prohibición en las aulas de la abaya, una variedad de túnica islámica que llevan las mujeres, que no ha estado exenta de polémica.

Todo empezó cuando varios medios franceses publicaron las conclusiones de un informe estatal que alertaba del incremento de los «ataques al laicismo» en los colegios del país. Durante el curso 2022-2023, estos episodios se dispararon un 217% con respecto al año anterior. Esto llevó al Gobierno que preside Emmanuel Macron a vetar la abaya en todas las escuelas del país por considerarla una prenda íntimamente relacionada con la religión islámica —y no sólo con su cultura, como defiende parte de la izquierda—, algo que vulneraría una ley vigente desde 2004.

Así, y como modo de reforzar la ausencia de todo elemento religioso en la escuela, el ministro de Educación, Gabriel Attal, ha puesto sobre la mesa la posibilidad de recuperar el uniforme. Esto supondría algo nunca experimentado por generaciones de franceses, ya que el país galo retiró su obligatoriedad a finales de los años sesenta, como consecuencia de la revolución cultural de Mayo de 1968. Attal ha reconocido que el uniforme «no es una solución milagrosa», pero puede contribuir al propósito del Gobierno de asegurar la laicidad en las aulas. Por ello, se espera que las distintas opciones a este respecto se den a conocer «en otoño».

Acerca de este debate, los partidos políticos franceses han ido tomando posición. El primero en pedir la vuelta de los uniformes fue el conservador populista Éric Zemmour. Le siguieron el partido de Macron, Renacimiento, y Los Republicanos —la tradicional formación de centroderecha francesa—, a los que pertenece el propio ministro de Educación. Además, el presidente de la región de Alpes Marítimos, Charles Ange Ginésy, que también pertenece a este partido, ya aprobó un proyecto de ley para retirar la abaya. Claro que el más contundente ha sido Agrupación Nacional, el partido de Marine Le Pen, que directamente ha propuesto convocar un referéndum sobre la inmigración para «recuperar el control» del país.

Las críticas, en cambio, han llegado desde la izquierda política. Por una parte, el Partido Socialista se ha quejado de que una circunstancia que consideran residual haya empañado el inicio del curso escolar. Más lejos ha ido el líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, que ha acusado al Gobierno de emprender «una nueva guerra religiosa absurda» de manera «artificial».

El uniforme, un viejo debate

Al margen del caso francés, la cuestión del uniforme vuelve a surgir de tanto en tanto con sus detractores y sus partidarios. Por ejemplo, la presidenta de la Confederación de Padres de Alumnos (COFAPA), Begoña Ladrón de Guevara, señaló a Europa Press que el uniforme «facilita la equidad y la igualdad de los niños», aunque cree que es «una opción más». En esta línea, el presidente de la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (CONCAPA), Pedro Caballero, apunta a que el uniforme «garantiza la pluralidad y la igualdad de todos» porque «generaliza la ropa que llevan» los alumnos, de forma que «no hay unos con más [ropa de] marca y otros con menos [ropa de] marca».

El presidente de la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE), Alfonso Aguiló, añade también que el uniforme evita debates en casa con la elección de atuendo, resulta más barato y facilita un sentido positivo de pertenencia al centro escolar.

Otros, en cambio, lo ven como un gasto innecesario. Desde CCOO entienden que el uniforme «es otra manera de engordar la factura de las familias al inicio del curso, una factura que ya es lo suficientemente abultada». Asimismo, el sindicato afirma que esta forma de vestir favorece «los estereotipos de sexo», por lo que debería promoverse que tanto los niños como las niñas «vistan como les guste más». Por último, la presidenta de la Confederación Española de Asociaciones Padres y Madres de Alumnos (CEAPA), María Capellán, opina que el uniforme es demasiado monótono para la expresividad de los estudiantes: «Creo que cada persona es un mundo y cada uno tiene que mostrar de alguna manera su personalidad, sus gustos y su forma de ser. Muchas veces eso se demuestra con la ropa. Si todos van iguales, es difícil».

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