Un informe de EEUU reconoce «efectos duraderos» en la contaminación de Palomares
Admiten que su ayuda es «vital» para continuar saneando la zona 58 años después del accidente
Un reciente informe gubernamental al Senado de EEUU reconoce que España «sigue sufriendo los efectos» de las «actividades nucleares» del país norteamericano durante la ‘Guerra Fría‘ con la presencia de «contaminación residual» en Palomares (Almería) que «supera los niveles» de la normativa europea, pero no insta ni recomienda la adopción de ninguna «medida ejecutiva».
La Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno de EEUU señala que su «ayuda» es «vital» para que España «solucione» el «problema» y recoge las «negociaciones» entre el presidente estadounidense, Joe Biden, y el español, Pedro Sánchez, comunicadas por la Casa Blanca en mayo de 2023, para «continuar saneando Palomares».
El informe datado el 31 de enero, que adelanta este viernes ABC y al que ha tenido acceso Europa Press, recoge, asimismo, que las actividades de «remediación» en este emplazamiento «se han pausado» mientras que España «sigue negociando con la esperanza de alcanzar un acuerdo final vinculante con Estados Unidos».
El organismo gubernamental analiza en la misma auditoria de gestión otros dos enclaves donde existe contaminación radiactiva como resultado de actividades de EEUU relacionadas con energía nuclear. Por un lado, Groenlandia, respecto a la que advierte que las autoridades del país han expresado «su temor» a que se libere «como consecuencia del cambio climático» y avisado de que «les obliga a vigilar durante mucho tiempo las condiciones de la capa de hielo».
Por otro lado, las Islas Marshall, para las que sí pide al Departamento de Energía que actúe ya que «sigue albergando una contaminación significativa casi 65 años después de que cesaran las pruebas de armamento».
El informe, realizado entre marzo de 2020 y enero de 2024 y que analiza cómo las «condiciones cambiantes pueden afectar a la gestión futura de la contaminación radioactiva» en estos tres enclaves concluye que que, en Palomares, donde persiste radiactividad desde que en 1966 se registrase el accidente aéreo, el «crecimiento económico» unido a la «revisión de las normas de seguridad radiológica» de la Unión Europea han obligado a «impulsar restricciones en el uso del suelo» y un plan de rehabilitación «adicional».
Recoge que, si bien en los años posteriores, las actividades de vigilancia radiológica y muestreo llevadas a cabo por el actual Ciemat «se consideraron suficientes para mantener adecuadamente la contaminación remanente, sobre todo debido a la escasa actividad agrícola y urbana de la zona», hubo «cambios significativos» en la década de los 80 y los 90 «para su desarrollo agrícola y urbano».
Detalla este hito ha llevado a España a proponer «planes» para «remediar aún más la contaminación en Palomares» y destaca que es el Consejo de Seguridad Nuclear el «principal responsable» de establecer los criterios radiológicos, «incluidas las restricciones de uso de suelo».
«El impacto radiológico parece ser muy pequeño»
El informe precisa que la «reevaluación» de la contaminación remanente que se hizo entre 1998 y 2002 llevó a «descubrir que parte de la contaminación residual era mayor de lo que se había estimado inicialmente» y a la restricción del uso de suelo total y parcial, al tiempo que añade que, en 2009, nuevos análisis mostraron niveles de exposición radiactiva «superiores a los prescritos», lo que llevó a que «se tomará el control sobre los terrenos con el actual vallado y señalización».
Al hilo de esto, subraya que para ejecutar el plan preliminar de rehabilitación, que fue aprobado en 2010, España necesita «negociar un acuerdo vinculante con EEUU para que se haga cargo de la custodia del suelo contaminado para su eliminación» ya que «no dispone» de las instalaciones que son precisas.
«La ayuda de Estados Unidos es vital para producir una solución definitiva de almacenamiento que remedie el problema de contaminación residual en el emplazamiento de Palomares», reconoce, si bien alude a que la Comisión Europea, en dos misiones de verificación, ha concluido que los programas de vigilancia en la zona «son apropiados y eficientes» y el «impacto radiológico potencial para el público parece ser muy pequeño».
La Oficina de Rendición de Cuentas comunica al Senado, asimismo, que la CE «apoya» el plan de España de «retirar la tierra contaminada y transportarla a EEUU». Por último, hace mención a la declaración de intenciones firmada entre ambos países en 2015 para «cooperar en un programa de rehabilitación del lugar del accidente de Palomares» y afirma que iniciaron conversaciones «que no han llegado a un acuerdo definitivo, según funcionarios del Departamento de Estado».
Finaliza aludiendo al comunicado de prensa de la Casa Blanca de mayo de 2023 sobre la reunión Biden-Sánchez en el que se destacaban las negociaciones para llegar a un acuerdo «para seguir saneando Palomares».