La Unión Europea (UE) ha publicado este viernes la lista de las 40 personas a las que aplicará sanciones inmediatas por su implicación en la violencia y la represión de la oposición democrática tras las elecciones celebradas el 9 de agosto en Bielorrusia. El presidente del país, Alexander Lukashenko, queda exento de esas restricciones; a pesar de que la UE ha afirmado en diversas ocasiones que no reconocía al mandatario como legítimo.
Lo más importante: anunciada hace semanas, la decisión de sancionar a Minsk ha sido posible finalmente este viernes gracias al acuerdo unánime de los Veintisiete en el Consejo Europeo extraordinario celebrado en Bruselas. La lista de sanciones incluye la congelación de activos o la prohibición de viajar a la Unión Europea, y afecta a viceministros, responsables de las fuerzas especiales, altos cargos del servicio secreto, mandos policiales o directores de prisiones de Bielorrusia.
La decisión de no incluir al presidente nacional es una costumbre habitual en en la Unión Europea, según ha explicado el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte; y obedece a la intención de Bruselas de «seguir en contacto con alguien en Bielorrusia» para impulsar «el diálogo político».
En las conclusiones adoptadas el jueves por los líderes de la UE, los Veintisiete han reclamado a Bielorrusia nuevas elecciones «libres y justas, sin injerencias extranjeras» y que las autoridades «pongan fin a la violencia y la represión, liberen a todos los detenidos y presos políticos, respeten la libertad de los medios de comunicación y la sociedad civil e inicien un diálogo nacional inclusivo». También han solicitado a la Comisión Europea que elabore un plan de apoyo económico a Bielorrusia. «Las sanciones contra los actores en Bielorrusia entrarán en vigor, eso significa que la Unión Europea está actuando contra aquellos que se oponen al movimiento democrático. Considero que es una señal muy importante», ha comentado la canciller alemana, Angela Merkel.
Por otro lado, otros socios de la OTAN como Canadá y el Reino Unido habían decretado esta semana la congelación de activos de Lukashenko, su hijo y consejero de Seguridad Nacional, Víktor Lukashenko, y otros funcionarios de su Gobierno en respuesta a la «fraudulenta elección presidencial» en agosto de 2020 y la represión contra la oposición.
Como respuesta, Bielorrusia ha impuesto este viernes sanciones a una serie de funcionarios británicos y canadienses, ya que considera que «son un mensaje absolutamente contraproducente». El argumento de Minsk es que Reino Unido y Canadá ya introdujeron medidas similares en 2006 «y no condujeron a nada y fueron finalmente canceladas». Además, el país presidido por Lukashenko ha creado una «lista negra» que incluye a funcionarios europeos, aunque todavía se desconoce qué personas serán sancionadas.