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Los tres secretos japoneses para adelgazar (contados por alguien que perdió 18 kilos)

Katheryn Gronauer llegó a Tokio con 18 kilos de más que logró quitarse rápido con tres cosas que aprendió de los japoneses y que ahora comparte con todos

Los tres secretos japoneses para adelgazar (contados por alguien que perdió 18 kilos)

Katheryn Gronauer explica lo que aprendió en Japón

Los japoneses son famosos por su esbelta figura y porque les cuesta muy poco adelgazar. De hecho, ni lo necesitan, pues suelen estar siempre en forma. Todo ello gracias a sus tradiciones y ejercicios, como el que popularizó Miki Ryôsuke –que consiguió perder 13 kilos– y como la dieta macrobiótica japonesa, de la que ya te hablamos en THE OBJECTIVE.

En Japón, por lo que sea, tienen otras costumbres y otra forma de ver la vida, y todo ello se traduce en su forma de alimentarse y cuidarse. Sólo quien ha estado viviendo allí –o es originario– conoce bien estos aspectos que marcan la diferencia.

Una de estas personas que pudo conocer de primera mano los secretos japoneses en lo que se refiere a alimentación y cuidado personal es Katheryn Gronauer, nutricionista, quien ha revelado todo lo que aprendió, y adelgazó, en su estancia en Japón.

Katheryn Gronauer explica lo que aprendió en Japón
Katheryn Gronauer explica lo que aprendió en Japón

La mujer que consiguió adelgazar 18 kilos con tres conceptos que aprendió en Japón

Gronauer llegó a Japón con 18 kilos de más que consiguió adelgazar gracias a lo que aprendió en Tokio. Ahora, ha decidido contar su experiencia personal en su página web para ayudar a otras personas a conseguir la misma pérdida de peso.

«Cuando llegué a Japón, era consciente de mi exceso de peso. Había seguido innumerables dietas en los EEUU antes de llegar allí. Probé de todo, desde contar calorías hasta comer muchas ensaladas, usar apps para adelgazar y hacer ejercicio durante una o dos horas horas al día, pero nada funcionó», revela.

No podía entender por qué las mujeres japonesas eran tan delgadas a pesar de comer todo lo que me dijeron que evitara cuando quería perder peso

«También me sentí terriblemente excluida en Tokio cuando fui a tiendas de barrio para comprar ropa, donde descubrí que sólo se vendía ropa de «talla única». Parecía que los únicos artículos de moda que podía usar eran joyas y zapatos, así que comencé a pasarme a tiendas internacionales como Zara y H&M para encontrar prendas que me cupiesen», continúa.

¿Por qué las japonesas estaban tan delgadas?

En su desespero, Grounauer se hacía siempre la misma pregunta: «¿qué hacían las mujeres japonesas para estar tan delgadas a pesar de que comían todo aquello que a mí me dijeron que evitara cuando quería perder peso?». La mujer habla de «fideos, arroz, pasteles… Los japoneses parecían saber cómo comer un poco de todo sin tener ni una consecuencia en su peso».

Tampoco vi a ninguna mujer japonesa haciendo ejercicio. Parecían mantener sus cuerpos delgados caminando por la ciudad o haciendo yoga, en lugar de ir al gimnasio y hacer un entrenamiento de alta intensidad

«Tampoco vi a ninguna mujer japonesa haciendo ejercicio con una botella de agua de dos litros debajo del brazo. Parecían mantener sus cuerpos delgados caminando por la ciudad o haciendo yoga, en lugar de ir al gimnasio y hacer un entrenamiento de alta intensidad como estaba acostumbrado a ver hacer a las mujeres americanas», reza.

Los tres secretos japoneses para adelgazar

Todo esto le hizo preguntarse que debía haber algún secreto japonés para que estas personas estuvieran tan delgadas sin necesidad de hacer lo que a ella le habían enseñado en Estados Unidos. Y tras unos meses de estancia en en Tokio, descubrió tres de esos secretos que le llevaron a adelgazar 18 kilos. Te los contamos a continuación:

1) Aclimatar el cuerpo al propio clima de uno mismo

Parece un lío pero no lo es, y es uno de los secretos que más sorprendieron a nuestra protagonista. «La noción de mantener el cuerpo caliente es lo que más me llamó la atención al llegar a Japón. (…) En EEUU la gente pasa mucho tiempo centrándose en la densidad nutricional, pero no presta atención a cómo se prepara la comida o cómo ésta afecta nuestra circulación. Es probable que encuentre muchas personas en los países occidentales que intentan estar saludables comiendo alimentos crudos, ensaladas y jugos debido a su contenido nutricional, pero estos no se suelen comer en Japón».

En cambio, «los japoneses cocinan la mayoría de sus alimentos y los preparan con añadidos como el jengibre o el miso, que ayudan al cuerpo con la digestión y la circulación. También ingieren muchas verduras de temporada, en beneficio no solo del sabor máximo sino también para mantener nuestros cuerpos aclimatados a su propio clima».

El primer secreto japonés es asegurarse de que la comida sea fácil de digerir para nuestro cuerpo, para que éste se mantenga caliente

Si bien los alimentos crudos pueden ser más densos desde el punto de vista nutricional, también pueden ser mucho más difíciles de digerir para nuestros cuerpos, y se considera que refrescan el cuerpo según los estándares holísticos. Y lo más importante no es la cantidad de nutrición que consume, sino la cantidad de nutrición que se absorbe.

Por lo tanto, el primer secreto japonés es asegurarse de que la comida sea fácil de digerir para nuestro cuerpo, para que éste se mantenga caliente, pero sin pasarse. Así, se deberían consumir alimentos crudos en los meses de verano, cuando nuestros cuerpos necesitan refrescarse del calor.  

Vegetales atractivos, no obligatorios
La verdura, siempre cocinada

2) Tomar baños calientes de forma regular

En los países occidentales apenas nadie se baña, pero es algo muy común en la cultura japonesa. «En Japón, es común que las mujeres se hagan un ‘medio baño’, que es cuando llenan la bañera justo debajo del nivel del pecho y se sumergen durante unos 20 minutos en agua entre 38 y 42 grados».

«Resulta que bañarse puede ayudar a su cuerpo a quemar tantas calorías como caminar media hora. Puede reducir los niveles de azúcar en la sangre, disminuir la inflamación y ayudarnos a tener un sueño de mejor calidad», lo que desemboca en un mayor adelgazamiento.

En Japón, es común que las mujeres hagan baños calientes de 20 minutos, lo que se ha demostrado que ayuda a adelgazar tanto como caminar media hora

Según estudios realizados hasta la fecha, como este de la Universidad de Loughborough, el efecto de un baño caliente sobre el control del azúcar en la sangre (que es importante para el metabolismo) y sobre la energía gastada (número de calorías quemadas) está probado.

La ducha ideal: mejor en estos dos momentos del día
Mejor bañarse que ducharse, al menos una vez por semana.

Para esta investigación, se puso a un grupo de hombres en remojo durante una hora, con el agua a 40 °C, y después se les sometió a una hora de ciclismo. Ambas actividades fueron diseñadas para provocar un aumento de 1˚C en la temperatura corporal central en el transcurso de una hora.

Tras ello, los investigadores midieron cuántas calorías quemaron los hombres en cada sesión así como su azúcar en sangre durante las 24 horas posteriores a cada actividad.

Los resultados: montar en bicicleta quemaba más calorías en comparación con un baño caliente, pero bañarse consumía tantas calorías como una caminata de media hora (alrededor de 140 calorías). La respuesta general del azúcar en la sangre a ambas actividades fue similar, pero el pico de azúcar en la sangre después de comer fue aproximadamente un 10% más bajo cuando los participantes tomaron un baño caliente en comparación con cuando hicieron ejercicio.

Así, pues, tomarse un baño caliente de vez en cuando, como hacen los japoneses, es fundamental para adelgazar.

3) Hacen ejercicio ligero para adelgazar más

Nuestra protagonista comenzó a adelgazar a los primeros meses de mudarse a Tokio, y eso que no iba al gimnasio ni hacía ejercicio intenso durante una hora al día. En su lugar, caminaba por la ciudad para hacer recados.

«No podía entender cómo hacer menos producía el tipo de resultados que estaba buscando hasta que aprendí que el estrés físico del cuerpo puede afectar al tipo de energía que el cuerpo elige usar», asegura.

Nunca imaginé que el simple hecho de caminar, estirar y hacer yoga podría hacerme adelgazar tanto

«Cuando sometes a tu cuerpo a un estado de estrés al hacer entrenamientos intensos, tu cuerpo utilizará la energía de tu última comida. Y no sólo eso, sino que una vez que hayas terminado el ejercicio, tu cuerpo quiere reponer la energía gastada rápidamente, por lo que es probable que sientas hambre y tengas ganas de azúcar», añade.

Por ello, Gronauer aboga por hacer ejercicio moderado, para no hacer ‘sufrir’ al cuerpo. «Nunca imaginé que el simple hecho de caminar, estirar y hacer yoga podría hacerme adelgazar tanto. Es común creer que si uno quiere perder peso debe esforzarse en el gimnasio, pero, en cambio, en Tokio descubrí que hacer ejercicios relajantes que reduzcan el estrés puede influir en que el cuerpo use la grasa como combustible en lugar de la última comida. Esto significa más resultados con menos esfuerzo».

Yoga, esencial en la cultura japonesa para adelgazar
Yoga, esencial en la cultura japonesa para adelgazar
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