Cómo ser más feliz: el simple hábito diario (avalado por la ciencia) que da resultados
Mel Robbins, la autora del bestseller ‘El poder de los cinco segundos’, revela un hábito diario que promete hacer más feliz al que lo siga
Seguro que más de una vez te has preguntado cómo podrías ser más feliz. Qué necesitarías para sentirte mejor, qué podrías hacer, qué te falta; has dudado si ya has alcanzado tu tope de dicha o si la felicidad, como el amor, es tan difícil de identificar que no sabes bien qué pensar, sentir o hacer al respecto.
La felicidad es definida como el «estado de grata satisfacción espiritual y física». Y la satisfacción como lo que se siente tras «saciar un apetito, una pasión», «dar solución a una duda o a una dificultad» o tras «cumplir o alcanzar ciertos requisitos o exigencias».
En definitiva, para ser más feliz hay que sentirse mejor, y para ello hay innumerables manuales. Sin embargo, parece que nadie ha dado todavía con la clave, pues según un nuevo informe de investigación de Oracle Fusion Cloud Customer Experience (CX) y Gretchen Rubin, cinco veces autora superventas del New York Times, reveló, tras encuestar a 12.000 personas de 14 países diferentes, que el 45% de las personas no ha sentido verdadera felicidad desde hace más de dos años y el 25% no sabe, o ha olvidado, lo que significa sentirse realmente feliz. Un dato, sin duda, preocupante.
¿Cómo puedes sentirte más feliz?
Mel Robbins, la autora del bestseller El poder de los cinco segundos, vuelve con un nuevo libro, publicado por Planeta, en el que revela un hábito diario que promete hacer más feliz al que lo siga. Algo que la propia autora descubrió cuando se estaba cepillando los dientes una mañana en el baño y se vio reflejada en el espejo.
«Me vi y pensé: Buff. Empecé a notar todo lo que no me gusta de mí: las ojeras, la barbilla puntiaguda, el hecho de que mi pecho derecho es más pequeño que el izquierdo, la piel que me cuelga en la barriga… Me empezaron a inundar los siguientes pensamientos: «Tengo un aspecto terrible. Tengo que hacer más ejercicio. Odio mi cuello«. Con cada pensamiento me sentía cada vez peor», revela Robbings en su libro, titulado Un hábito diario para cambiarte la vida.
«Miré la hora: mi primera reunión por Zoom empezaba en 15 minutos. (…) Recordé la entrega que tenía. El acuerdo que estaba a punto de cerrar. Los correos electrónicos y los mensajes que no había respondido. El perro, que se tenía que sacar a pasear. Los resultados de la biopsia de mi padre. Todo lo que mis hijos necesitaban que hiciera hoy. Me sentí completamente abrumada y aún no me había puesto el sujetador ni me había tomado un café. Necesitaba que alguien me dijera: «Tienes razón, es muy duro. No te lo mereces, no es justo. Y si hay alguien que pueda con todo esto, eres tú». Esto es lo que quería oír. Necesitaba consuelo y una charla motivacional».
«Y a pesar de ser una de las personas más exitosas del mundo dando discursos motivacionales, no se me ocurría nada que decirme. No sé lo que me pasó. O por qué lo hice. Pero por algún motivo desconocido, plantada en el baño, en ropa interior, levanté la mano y saludé amablemente a mi reflejo. «Te veo —era todo lo que quería decir—. Te veo y te quiero. Venga, Mel. Tú puedes». Me di cuenta, mientras hacía ese gesto, que con ese saludo me estaba chocando la mano a mí misma», narra, desvelando cómo comenzó el primer ladrillo de su nueva obra.
El hábito diario para que te sientas más feliz: chocarte las manos contigo mismo
Mel Robbins ha descubierto que un gesto tan reconocible, inequívoco y común como un apretón de manos puede ser todo lo que uno necesita para ser más feliz.
«En cuanto toqué el espejo con la mano y me conecté con mi reflejo, sentí que me subían los ánimos un poco. Me tenía a mí. Fue una acción sencilla, un acto de amabilidad hacia mí misma. Algo que necesitaba y me merecía. Automáticamente, sentí que me había quitado un peso de encima, recoloqué los hombros y esbocé una sonrisa por lo cursi que debió parecer la escena pero, de repente, ya no se me veía tan cansada, no me sentía tan sola y esa lista de tareas pendientes no parecía tan sobrecogedora», confiesa.
El hábito diario para ser más feliz sería simplemente chocar los cinco contigo mismo. Se trata de una herramienta sencilla pero increíblemente poderosa que cambia tu actitud, tu mentalidad y tu comportamiento, reza la autora.
«Ahora que, más que nunca, necesitamos reconectar con la persona que somos y ser generosos con ella, algo tan sencillo como chocarte la mano cada día frente al espejo te ayudará a traerte al presente, al ahora, y a aparcar cualquier pensamiento negativo hacia ti para dejarte inundar en su lugar por las sensaciones buenas que mereces. Este hábito, aparentemente insignificante, es ya una fuente de motivación increíble para miles de personas que se han sumado a la iniciativa de la autora y que no dudan en compartirlo en redes sociales».
«Déjate sorprender por la capacidad de este simple gesto para cambiar por completo tu pensamiento. ¿Te imaginas poder despertarte cada mañana recibiendo la energía de chocar las manos con alguien que te anima para que sigas corriendo en tu vida cotidiana? Párate un momento y piénsalo bien. ¿Acaso te ayuda que te vayas criticando? ¿Y si pudieras darle la vuelta a la tortilla y aprender a animarte para seguir adelante cada día, cada semana, cada año de tu vida, paso a paso, mientras te acercas a tus objetivos y a tus sueños? Imagínate que fueras tu mayor animador, fan y motivador. Te cuesta imaginarlo, ¿verdad? Pues no debería costarte. Quiero que me des una respuesta sincera a esta pregunta: «¿Con qué frecuencia te animas?». Pondría la mano en el fuego que has llegado a la misma conclusión que yo: casi nunca. La pregunta es: «¿Por qué?». Si nos sentimos tan bien cuando nos quieren, nos motivan y nos felicitan, si esto nos ayuda a seguir persiguiendo nuestros objetivos, ¿por qué no nos lo aplicamos a nosotros mismos?», añade.
Demostrado científicamente que este hábito ayuda a ser feliz
El poder motivacional de un choque de manos se ha estudiado minuciosamente. Como muestra, lo que descubrieron los investigadores –que Robbins menciona en su libro– acerca del choque de manos cuando se pusieron a analizar la mejor manera de motivar a los niños cuando se tenían que enfrentar a tareas complicadas.
Los niños en edad escolar fueron separados en tres grupos y se les pidió que llevaran a cabo tareas difíciles. Luego los investigadores les dieron una forma de estímulo de entre las tres siguientes. O bien se les elogiaba por un rasgo («eres muy inteligente» o «tienes mucho talento»), o les decían que estaban trabajando duro y les felicitaban por sus esfuerzos («¡cuánta dedicación!») o simplemente se les chocaba la mano.
Y, como puedes imaginar, el choque de manos era el mejor motivador. Y ¿por qué? Los niños a los que se les decía que eran listos, talentosos o expertos eran los que estaban menos motivados y los que se divertían menos. Aquellos elogiados por sus esfuerzos demostraban pasarlo mejor y tenían una mayor perseverancia. Pero los niños a los que simplemente se les chocó la mano… fueron los que se sintieron mejor con ellos mismos y con sus esfuerzos, y fueron los que siguieron durante más tiempo a pesar de cometer errores.
Cómo incorporar este hábito diario a tu vida para ser más feliz: en dos pasos
Es muy sencillo. Según Robbins, cada mañana, antes ni siquiera de mirar el móvil o de asimilar el mundo, tómate un momento para estar con tu reflejo. Tan pronto salgas del baño, dedicarás casi cada momento a los demás. Te distraerá el móvil, lo que pase en el trabajo o lo que necesiten tus hijos.
Este es un momento que te dedicas a ti cada mañana y tiene dos pasos sencillos:
- Plántate delante del espejo y simplemente quédate contigo un momento. No te fijes en tu apariencia. Ve más allá. Ve a la persona que hay dentro del cuerpo. El espíritu debajo de la piel y el alma detrás del rostro.
- Cuando te sientas preparado, chócate la mano en el espejo. Fíjate en cómo se acalla tu mente. Puede que sientas un chute de energía. Puede que tengas una sensación de confort: «Todo irá bien». Puede que pienses: «Yo puedo». Es un momento poderoso.
¿Funciona?
Según la autora y miles de personas que confiesan haberlo probado, sí. ¿Las razones? «El poder y la genialidad de este hábito se deben precisamente al hecho de que sea tan sencillo. Sería fácil pensar que esto es la chorrada más grande que has oído en tu vida. Pero justo por eso funciona: las herramientas solo funcionan cuando las utilizas. Si es algo sencillo, lo harás».
Sería fácil pensar que esto es la chorrada más grande que has oído en tu vida. Pero justo por eso funciona: las herramientas solo funcionan cuando las utilizas
«Los cambios de comportamiento sólo se dan cuando repites el comportamiento. Los estudios demuestran que, para generar un nuevo hábito, tiene que ser algo que podamos integrar fácilmente en nuestra rutina. Como es sencillo y te hace sentir bien, al hacerlo cada día te demostrarás que puedes mantener un reto, lo cual hará que tengas más confianza en ti».
Esto no tiene nada que ver con el positivismo tóxico
Si sólo con tener pensamientos positivos cambiáramos nuestras vidas, ya lo habrías hecho. El hábito de chocarte la mano no consiste en elogios falsos o en forzar pensamientos positivos.
«No puedes obtener una nueva vida sólo pensando. Ni tampoco puedes obtenerla deseándolo. Tendrás que poner en práctica algunos hábitos nuevos», como el del choque de manos.
«Si quieres que tu vida sea distinta, tienes que empezar a actuar de forma distinta y tomar decisiones distintas. Aunque tener pensamientos positivos te puede mejorar el ánimo, conozco a muchas personas que siguen atascadas por mucho que intenten inculcar la positividad en sus vidas. Esto se debe a que los obstáculos a los que nos enfrentamos son reales y algunos de ellos son extremos. No puedes observar una situación terrible y decirte que es genial», detalla Robbins, que advierte que esto es «positividad tóxica» y que no es, para nada, en lo que basa su trabajo y sus libros.
¿Lo probarás para sentirte más feliz o tienes una idea mejor?