Los errores que todas las parejas cometen cuando intentan reavivar su vida sexual
La vida sexual no siempre es satisfactoria, pero uno puede ponerle remedio si quiere. El problema es que la mayoría de nosotros erramos en esto
Cuando una pareja lleva junta mucho tiempo, es normal que aparezcan épocas de sequía en la cama. La vida sexual no siempre es satisfactoria, pero uno puede ponerle remedio si así quiere. El problema es que la mayoría de nosotros erramos a la hora de reconducir la situación, y al final la empeoramos en vez de mejorarla.
Además, tardamos demasiado en admitir que tenemos un problema de sábanas. Así lo asegura la terapeuta sexual Tracey Cox: «La mayoría de las parejas tarda unos seis años en buscar ayuda profesional por falta de sexo, y a la mayoría de nosotros nos lleva alrededor de cuatro años admitir que nuestra vida sexual es nefasta».
Tras todos esos años, intentamos arreglar la situación, pero siempre cometemos los mismos errores. Cox los ve continuamente en su consulta, y por eso los ha enumerado.
1) Centrarse en la frecuencia en lugar de en la calidad
Cuando una pareja se propone arreglar su vida sexual, a menudo se enfocan en tener más relaciones sexuales, pero no en que estas sean mejores. «La manera de hacer que esto suceda no es tener más sexo, es concentrarse en la calidad del sexo que se está teniendo. Es lógico: si ambos disfrutan más del sexo, naturalmente querrán hacerlo con más frecuencia», asegura Cox en su columna del Daily Mail.
«Todos cometemos el error de pensar que si una pareja tiene relaciones sexuales con frecuencia, su vida sexual debe ser excelente. Pero ese no es siempre el caso», admite la experta. Y de hecho es así, pues lo que para unas personas es una cantidad buena, para otras puede ser poco o mucho.
Así, pues, para mejorar la vida sexual lo mejor es centrarse en tener un buen sexo y no en más cantidad de sexo.
2) Culpar a la otra persona
Un error que la terapeuta ve mucho en su consulta es que las parejas suelen culpar al otro de la mala vida sexual que tienen. «Cualquier problema sexual es un problema de pareja, no de una sola persona. Es una premisa simple pero crucial», admite.
Para ilustrarlo, pone un ejemplo: «La persona que siente deseo sexual y no es correspondida no es mejor que el otro, ya que este se siente presionado para tener sexo. Ninguno de los dos se siente bien con la situación, así que dejen de culparse unos a otros y comiencen a trabajar juntos como un equipo».
3) Definir el sexo como coito
Otro error común: pensar que ‘sexo’ significa coito y convertirlo en lo único que cuenta. La terapeuta es clara: «El sexo será más erótico y te sentirás mucho más conectado a tu pareja si creas tiempo para «encuentros» sexuales que no incluyan, necesariamente, penetración».
Es decir, que podéis optar por sexo oral, masturbación el uno al otro o el uso de juguetes sexuales o juegos, como un masaje ‘hot’, por ejemplo.
Además, y nunca está de más decirlo, las mayoría de las mujeres son clitorianas y no vaginales, esto es, que tienen orgasmos con la estimulación del clítoris y no con la penetración. Así que igual el hecho de centrarse únicamente en el mete-saca no sea una gran idea para reavivar tu vida sexual, lector.
4) Obsesionarse con llegar al orgasmo
Así como no es útil centrarse en la frecuencia como un barómetro de lo buena que es tu vida sexual, tampoco lo es obsesionarse con la cantidad de orgasmos que tiene cada uno.
«Meterse en la cama con el objetivo de que acabe en un orgasmo para uno o ambos ejerce presión y evita que estés en el momento. Así que deberíais eliminar el objetivo de llegar al clímax, ya que esto hará que vuestros encuentros sean más relajados e íntimos».
5) Ignorar los problemas de relación es condenar la vida sexual
No se puede empezar una casa por el tejado, y si una relación de pareja va mal no se puede arreglar con el sexo, eso es así. Quizá funcione durante un rato, pero luego todo se volverá en contra.
«En una encuesta, el 44% de los hombres dijo que la principal razón por la que evitaban tener relaciones sexuales con sus esposas era porque estaban furiosos con ellas. Se sentían criticados, controlados, infravalorados e insignificantes en sus relaciones», dice Cox.
Así que primero hay que tratar los problemas emocionales y luego pasar al sexo, ya que de lo contrario lo íntimo nunca se arreglará.
6) Idealizar el sexo y esperar que surja
Vamos a ver, si uno está empezando con su pareja es normal que lo hagan en la cocina, en el sofá… pero si uno lleva años con la misma persona y la pasión brilla por su ausencia, hay que forzarla a que reaparezca.
Cox lo explica de maravilla: «El ‘deseo espontáneo’ aparece al comienzo de las relaciones y tiene una base biológica. Está impulsado por hormonas que se liberan con un propósito (hacer que procreemos) y luego se desvanecen. Pero si llevas diez años con tu pareja, este deseo espontáneo, sentir un deseo aleatorio e incontrolable de arrancarse la ropa el uno al otro y tener relaciones sexuales, sucede aproximadamente una vez al año… si tienes suerte».
Así, pues, hay que enfocarse en el ‘deseo receptivo’, que es el que aparece después de la excitación. Es decir, Manolo está en el sofá con Virginia, pero la verdad es que la mira y no siente mucho deseo… y ella menos. Pero empieza a tocarla, a besarle el cuello, los pechos, a hacerle sexo oral y… magia: los dos sienten deseo de inmediato.
Y tampoco te cortes a la hora de proponerlo como quien habla de ver una película: «Oye, ¿lo hacemos ahora?». Es eso o dinamitar por completo tu vida sexual, lector.