El corsé: la prenda del pasado que necesitas recuperar en tus próximos 'outfits'
Los corsés han marcado la evolución de la moda y la silueta femenina y regresan con mucha fuerza en 2022 para apuntarse un siglo más en su curriculum
El corsé se resiste a morir y esta temporada vuelve con la misma fuerza que en siglos pasados. Esta pieza es un indispensable dentro de la moda femenina y, cuando pensábamos que había quedado en los libros de historia, en pleno 2022 ha decidido regresar para reivindicar su lugar en el siglo XXI.
El corsé es un diseño que va más allá de una simple prenda de vestir. Se ha convertido en todo un símbolo para la mujer a lo largo de la historia. Símbolo de opresión, pero también de emancipación, es capaz de exaltar como nadie la feminidad. En esta nueva versión vuelve dispuesto a ser un referente del empoderamiento femenino.
En un momento en que el feminismo ha abierto las puertas a la estética genderless y a vestir con prendas de estilo masculino y patrones oversize, surge esta tendencia incoherente que invita a todo lo contrario, destacar la silueta femenina oprimiendo, literalmente, el cuerpo de la mujer.
¿Quién no recuerda la mítica escena de Lo que el viento se llevo en la que Escarlata O´Hara sufría aferrada a los pilares de su cama mientras le ajustaban su corsé para lograr una cintura minúscula? Ahora está en tus manos rememorarla porque estos diseños de ballenas y cordones han cautivado a firmas como Gucci, Fendi o Dior para seducir tanto a mujeres como a hombres. En THE OBJECTIVE te enseñamos las mejores fórmulas para defender el corsé hoy día.
El corsé contemporáneo
Aunque el uso del corsé queda herido de muerte en la década de los años 20 del siglo pasado, la verdad es que esta prenda nunca nos ha abandonado del todo. Su primer resurgimiento se vive en los años 70 cuando la británica Vivienne Westwood los recupera y los convierte en una prenda exterior con un aire muy transgresor, reivindicativo y punk.
Otros diseñadores continuarían esta estela de revitalizar el corsé a finales del siglo XX como Versace o Tom Ford. Resulta de lo más icónico el bustier de conos creado por Jean-Paul Gaultier para Madonna y, ya en nuestro país, existen diseñadores que se han convertido en verdaderos maestros en la creación de corsés como Hannibal Laguna o, más recientemente, Maya Hansen.
El éxito de películas y series de televisión también juegan un papel importante a la hora de influir en la forma de vestir. Muchas voces opinan que la fiebre por la serie Los Bridgerton de Netflix, estrenada en 2020, es una de las principales responsables que de que las grandes firmas internacionales hayan decidido apostar por el corsé para sus colecciones de esta temporada.
El corsé hoy
Si estás decidida a utilizar corsé, hoy día podrás encontrar distintas maneras de incluirlo en tus outfits. Puedes optar por la más tradicional con diseños que recuperan las famosas ballenas que, ya no resultan tan rígidas e incomodas como las de antaño, pero siguen manteniendo su función de estilizar la silueta al máximo.
Uno de los patrones más actuales son los diseños que prescinden de los tirantes con un estilo bustier que se acompaña de escotes en forma de corazón o los favorecedores palabras de honor. A pesar de encontrarnos en la temporada invernal, podrás lucirlos sin problema bajo una blazer o sobre una camisa.
El corsé tampoco es ajeno a la fiebre crop y por eso se puede lucir en su versión más corta quedando por encima de la cintura. Es una de sus siluetas más clásicas por lo que los corsés se adaptan de maravilla a esta tendencia. Se convertirán, si no lo han hecho ya, en la prenda favorita para las salidas nocturnas.
La lencería ya hace tiempo que reivindico su espacio y puede lucirse abiertamente al exterior. El corsé es una manera perfecta de apuntarse a esta tendencia y simplemente es necesario que elijas un diseño que recuerde al universo de la corsetería. Es muy sencillo, adopta modelos en tonos habituales en ropa interior como los nude, el blanco y el negro. Los encajes y las puntillas serán los detalles perfectos para conseguir una nota sobresaliente.
Por último, tampoco hay que darle la espalda a los corsés que no ascienden hasta la altura del pecho y que se asemejan a cinturones anchos que se dedican a marcar deliberadamente la cintura. En este caso, no hay nada mejor que dejarse seducir por el cuero para lograr una estética fetish que es una de las tendencias del momento.
Así se combina el corsé
Si te animas a hacerle un hueco al corsé en tu armario, el siguiente paso es saber cómo introducirlo en tus outfits diarios. Puedes dejarte inspirar por las grandes pasarelas ya que firmas como Gucci, Burberry, Fendi, Dior o Balmain han incluido el corsé en sus propuestas para este otoño-invierno.
El corsé actual se puede lucir tanto con pantalones como con faldas. Una de las fórmulas favoritas, reivindicadas por diseñadores como Palomo Spain, es utilizarlos sobre camisas, camisetas y vestidos ofreciendo una combinación estilosa y cómoda. Como ves, el corsé resulta una pieza mucho más versátil de lo que imaginas ya que puede protagonizar desde un look para ir a la oficina como otro para pisar una alfombra roja.
«El corsé permanecerá en el armario largo tiempo y se llevará bien con trajes de chaqueta, vestidos y camisas», recomienda también la experta en tendencias Pepa Fernández. Por ello, no dudes en empezar a utilizarlo desde ya porque está llamado a convertirse en una pieza que va a dar mucho que hablar en los próximos años.
Una prenda también para hombre
Aunque pensemos que el corsé es una prenda exclusivamente femenina, la verdad es que la moda actual ha decidido que traspase de nuevo la frontera del género y que los hombres también lo introduzcan en su vestimenta diaria como lo hicieron en otras épocas de la historia.
«Con el corsé, el hombre ha encontrado un nuevo lenguaje en el vestir que resulta atractivo y bonito», confesaba Palomo Spain en una entrevista para la agencia EFE. «El corsé es una de esas piezas históricas que ha acercado la moda femenina a la moda masculina», añadía el diseñador que apuesta por esta prenda para redefinir y esculpir la silueta del hombre actual.
Hasta hace bien poco, que el hombre marcara cintura resultaba extraño, no se veía atractivo y prácticamente no se usaba. Pero hace seis años Palomo Spain llegó a la pasarela madrileña con la intención de dar un vuelco a la forma de vestir masculina otorgando el derecho al hombre de lucir plumas, volantes, sedas, tules y, por supuesto, el corsé. «Mi intención era liberar al hombre de ese aire convencional», confiesa el diseñador que se ha convertido en uno de los principales artífices de la renovación de los armarios masculinos.
Con esta idea, Palomo Spain es un pionero al que han seguido otros diseñadores y firmas que han decidido rescatar el corsé histórico de personajes como el rey Jorge IV o los dandis de las primeras décadas del siglo XIX para vestir a los hombres más modernos y arriesgados de la actualidad.
Una prenda con mucha historia
El corsé ha sido una prenda fundamental durante varios siglos en Europa y ha ido evolucionando conforme lo iban haciendo las tendencias de cada momento. Las mujeres, y en determinadas épocas los hombres, lo han usado para modificar la silueta de sus cuerpos. Y, aunque normalmente siempre se ha usado como prenda interior, ocasionalmente también se ha llevado a la vista siendo una pieza elemental en muchos trajes regionales europeos.
El término inglés corset deriva del latín corpus que significa cuerpo. Su origen se remonta a algunas tribus del Cáucaso en los que las niñas los utilizaban desde su infancia hasta su noche de bodas. Sin embargo, su irrupción en la moda como prenda interior se da en Italia y Catalina de Medici lo exporta a la Francia del siglo XVI donde la corte francesa lo adopta al momento.
En esta época el corsé era un corpiño con tirantes muy ajustado y alargado que aplanaba y elevaba el busto. Aún no existían los cordones tensados porque los agujeros se realizaban a mano y las telas se desgarraban si se sometían a mucha presión. Por ello, la finalidad no era tanto afinar la cintura sino embellecer el pecho.
Durante los siglos XVI y XVII el corsé se utiliza tanto como prenda interior como exterior y las barbas de ballena, cañas o marfil empiezan a ser habituales para mantener su aspecto rígido. En esta época los modelos más habituales se abrochaban en la parte delantera. Con la llegada de Luis XV al trono francés y la Revolución Francesa, el corsé vive su primera crisis ante una forma de vestir mucho más sencilla que lo hace evolucionar hacia un modelo más cómodo que no impedía respirar y que permitía a la mujer trabajar.
A principios del siglo XIX, con la moda de la silueta imperio en el que las prendas se ajustan bajo el pecho, el corsé era un método que servía principalmente para sostener el busto por lo que eran cortos y no solían alargarse hasta la cintura. Pero en 1830 la estética da un vuelco y se recupera la cintura. Es en este momento cuando comienza a estrechar la silueta para lograr el perfil de reloj de arena con una cintura minúscula que se enfatiza gracias a faldas con mucho volumen. Las barbas de ballena empiezan a sustituirse por varas de metal y los modelos se alargan hasta las caderas.
La opresión que imponía la moda suponía todo un riesgo para la salud teniendo resultados como la reorganización de los órganos internos o infertilidad. Lejos de abandonarlos, en 1890 se comienzan a popularizar los corsés hechos a máquina (hasta entonces se realizaban a mano) lo que abarata su precio y generalizar su uso.
Los primeros movimientos feministas empiezan a exigir una forma de vestir que no esclavizara a la mujer. A principios del siglo XX el corsé empieza a perder adeptas porque la silueta evoluciona hacia un aspecto y una cintura más natural. Además, surgen alternativas como los primeros sostenes y las fajas.
Durante la Primera Guerra Mundial, el gobierno de Estados Unidos pide a las mujeres que dejen de comprar corsés para usar sus metales en la producción de armamento. Finalmente, la moda de los locos años 20 y la Segunda Guerra Mundial terminan definitivamente con su uso diario.