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Hilo dental: los cuatro errores que convierten este instrumento en un fracaso para tus dientes

El hilo dental es un gran aliado de nuestros dientes y muelas, pero hay errores fáciles de cometer que echan por tierra su trabajo

Hilo dental: los cuatro errores que convierten este instrumento en un fracaso para tus dientes

Una mujer utiliza hilo dental en el baño | Freepik

El hilo dental es un instrumento de un coste bajo pero de un valor incalculable para nuestros dientes. Fundamental para eliminar restos de los espacios interdentales, su uso se recomienda para niños y adultos por igual y, sobre todo, para personas mayores. También aquellos pacientes con ortodoncias o ciertos problemas como maloclusión deben ser especialmente atentos a este punto de la higiene dental.

Complementario, que no sustitutivo, de los arcos dentales o de los cepillos interdentales, esta seda dental es fácil de usar, barata y fácil de transportar. Además, un mismo rollo tiene decenas de usos distintos, al contrario de lo que pasa con el otro par de ejemplos mencionados. Fuera de la ecuación, pero también aconsejable, es el uso del irrigador bucal.

Lo que sucede con este último y que supone una ventaja para el hilo dental es que no es trasladable. Razón por la que recomendamos llevarlo a mano. Especialmente útil con dientes apiñados o allí donde hay empastes, el hilo dental permite eliminar restos de comida que pueden provocar distintas patologías.

Si no se elimina a tiempo, el riesgo de halitosis o mal aliento aumenta, ya que ese alimento se descompone entre los dientes. Sin embargo, a largo plazo, este tipo de restos pueden producir caries, especialmente en los dientes de más difícil acceso, como ya te explicamos en THE OBJECTIVE.

Por desgracia, son muchos los errores cotidianos que pasan desapercibidos con la seda dental. Para que esto no ocurra, te contamos cuáles son los principales escollos que suceden con este elemento que conocemos desde hace más de 200 años. Sin embargo, su proliferación no sería hasta ya bien entrado el siglo XX.

Los cuatro errores más habituales de usar hilo dental

Una niña utilizando hilo dental
No importa la edad: todo el mundo debería utilizarlo. | Freepik.

Ahora bautizado como hilo dental, aunque el concepto seda dental sigue viente, este tipo de productos se elaboran con fibras como el nailon y otros microplásticos. Recubierta de cera o no, este tipo de hilo es ideal para eliminar restos de comida, ya sea en casa o incluso en consultas odontológicas cuando se realizan limpiezas.

Como es evidente, hablamos de errores derivados de su uso, no directamente de que no se esté utilizando. No obstante, en ocasiones un mal uso podría llegar a ser peor incluso que no utilizarlo, pero eso se trata de casos puntuales. Por tanto, no deben ser aplicados a todos los ejemplos.

Hacerlo a destiempo

Podemos pasarnos de precavidos, pero también es conveniente saber que hay mejores momentos para pasarse el hilo dental. Uno de los mejores ejemplos es tener claro que en el cepillado nocturno es especialmente importante. Durante la noche se reduce la secreción de saliva, lo que posibilita que las bacterias campen a sus anchas.

Si dejamos que esa flora bacteriana además esté en una barra libre de alimento entre nuestros dientes, el daño se multiplica. Por este motivo siempre es conveniente mejor prevenir que curar y tener claro que hay ciertos momentos especialmente sensibles.

El orden de los factores influye

Podríamos pensar que lo primero que debemos hacer con nuestra higiene dental cotidiana es lavarnos los dientes. Sin embargo, el primer paso debería ser utilizar el hilo dental. El motivo, evidente, es que nos permitirá eliminar esos incómodos restos de comida que se quedan entre dientes y muelas. Si pasamos primero el cepillo corremos el riesgo de que estos desperdicios se incrusten más.

Una vez utilizado el hilo dental le llega el turno al cepillo de dientes, seguido del irrigador bucal y, para finalizar, el uso de un colutorio. En este último supuesto recordad que no todos son igual de aptos, en función de nuestra boca, y que tampoco se pueden utilizar a total discreción.

La forma en la que pasamos el hilo dental

Partimos de la base de que comprendemos que hay que repasar todas las piezas dentales. Especialmente las posteriores, pues son las de más difícil acceso y las que más residuos acumulan por su forma. Por este motivo, todas las piezas son clave, pero no es solo esto lo que nos preocupa.

Una mujer se dispone a utilizar el hilo dental
Todos los dientes deben ser repasados con el hilo dental. | Freepik.

El uso del hilo dental se resume en una cierta palanca que debemos hacer deslizándolo entre los dientes, pero no bajando el hilo y apretando, sino tirando hacia afuera. De la otra forma, lo único que conseguimos es incrustar más cualquier tipo de despojo.

La señal de la sangre

Aquí ya topamos en arenas movedizas. Ver sangre en las encías o en la boca puede ser consecuencia de diversas enfermedades o de pasarnos con la presión del hilo dental. Huelga decir que no debemos apretar hasta que nos hagamos sangre, pero sí comprender que nuestras encías reaccionan a este tipo de estímulos. En según qué casos, como explican desde el Colegio de Dentistas también debemos entender cómo se debe usar el hilo dental.

Puede ser que haya un error en la técnica o que tengamos las encías inflamadas o infectadas, razón por la que es conveniente consultar con un dentista si esos sangrados se mantienen con el tiempo. En cualquier caso, comprueba que no son abundantes, sino que obedecen a una ligera presión.

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