Natación: las siete ventajas de un deporte para todos los públicos y edades
No entiende de público, de edad, de condición social o de forma física y sí de ventajas —y muchas— con poquito tiempo que le concedamos
Todos hemos crecido con el mito y frase baratera de ‘la natación es el deporte más completo’. Quizá no sea del todo cierto como mito, pero es evidente que la natación implica una colección de beneficios y ventajas difíciles de olvidar. No hablamos de natación competitiva, como tampoco pretendemos que nuestros lectores se conviertan de repente en Michael Phelps o Mireia Belmonte, pero sí que descubran un plus ultra saludable.
Especialmente cuando el buen tiempo empieza a hacer acto de aparición, lo cual refuerza el mensaje positivo de esta práctica deportiva. Eso no significa que con mal tiempo no se pueda nadar, ya sea en espacios abiertos o en piscinas, aunque el hecho se complica.
No obstante, es un deporte todoterreno y apto para cualquier tipo de público. No será la misma intensidad con 20 años que con 70 años, como es lógico. Eso no significa que las ventajas no sean muy similares y, de hecho, sean las personas de más edad las que más se beneficien.
Lo cierto es que nadar, como sucede con otros deportes, está cargado de beneficios. Incluso presume, según un macroinforme de la Swim England (una asociación británica de nadadores) de proteger a nuestro corazón. Es lo que se traduce al echar un vistazo a este reporte, bautizado como The Health and Wellbeing Benefits of Swimming. Es decir, Los beneficios para la salud y el bienestar de la natación que, tras analizar a más de 80.000 personas, comprobaron que nadar nos hace mucho bien.
Por poner dos ejemplos, indican que los nadadores tienen un 28% menos de riesgo de morir de manera prematura. Un dato que se avala además con un 41% menos de riesgo de morir por enfermedades coronarias o infarto. Sin embargo, no acaban aquí los ‘milagros’ de la natación.
Los beneficios de la natación
Al contrario de lo que sucede con otros deportes de alto impacto, la natación forma parte de lo que consideramos un deporte de bajo impacto. En este sentido, sus ‘compañeros’ serían actividades donde las articulaciones no sufran más de la cuenta. Además, no es un deporte técnicamente exigente si lo hacemos de un modo amateur.
Es cierto que exige saber nada, pero insistimos en que no hace falta ser Mark Spitz para disfrutar de la natación. Tampoco exige, como sí sucede con otros deportes, una forma física previa espectacular —aunque se agradece—. Por último, no menos relevante es poner en valor el refuerzo sobre la salud física y mental que puede tener.
Deporte fácil de practicar
Empezar a nadar, una vez que se sabe, no es complicado. Los modos son muy variados, pero generalmente pondremos sobre la mesa el estilo crol y el estilo braza. Luego también se puede nadar a espalda o a mariposa, que redondean el grupo de estilos más habituales en la natación de competición.
No obstante, podemos nadar de muchas formas distintas y todas van a ser saludables aunque algunas van a ser más costosas que otras. Por este motivo, si somos principiantes, la recomendación pasa por empezar con el crol y la braza, que son los dos más amables.
Un ejercicio poco lesivo
Ya lo hemos apuntado antes, pero es una de sus grandes virtudes. La natación, al realizarse en el agua, es un deporte de bajo impacto donde nuestras articulaciones no sufren de la misma manera que en tierra firme. Por poner un ejemplo, nuestras rodillas o tobillos apenas sufren mientras nadamos.
Eso no quita que las articulaciones de los hombros tengan que trabajar, pero aún así lo harán con una menor intensidad que en ejercicios de fuerza, por ejemplo. Estas virtudes son especialmente indicadas para personas que ya han sufrido lesiones previas en caderas, rodillas u hombros, o en personas que padezcan enfermedades reumáticas.
Un ejercicio para todos los grupos musculares
Pasa muy desapercibido porque el ejercicio es muy completo, pero la natación implica mover una gran cantidad de músculos sin apenas darnos cuenta. Al contrario de lo que pasa con el running, por ejemplo, donde los brazos pasan desapercibidos, o con el ciclismo, la natación invita a mover todo el cuerpo.
Un mérito que solo sería comparable a ejercicios totales de fuerza donde impliquemos al tren inferior y al tren superior. Como es lógico, hay ciertas partes del cuerpo que se ejercitan mucho más que otras. Aun así, nadar seguirá siendo un ejercicio completo sin importar nuestra edad o condición.
Un tesoro para combatir el dolor de espalda
El hecho de realizar este ejercicio en un ambiente indoloro y de bajo impacto repercute en la salud lumbar de los nadadores. Además, el hecho de lanzar las brazadas también permite que estiremos buena parte de la musculatura de la espalda, lo cual nos beneficiará dentro de la higiene postural.
Al contrario de lo que supondría levantar peso, correr o incluso hacer bici —pensemos en la postura del ciclista—, la natación es perfecta para combatir el dolor de espalda. Especialmente en aquellas personas que tienen hábitos de vida sedentarios y no tienen una buena forma física, que buscan en la piscina un modo extra de recuperar.
Especialmente indicado para personas con problemas pulmonares
Los niveles de congestión son generalmente bajos en piscinas, especialmente si se trata de piscinas cubiertas. Por este motivo, las piscinas climatizadas pueden suponer un alivio para personas que tengan asma, EPOC u otros problemas relacionados con las vías respiratorias.
También podría ser el caso de las personas que padezcan cierto tipo de alergias, especialmente a los pólenes, que vean en el ejercicio al aire libre un auténtico suplicio durante la primavera. Algo que no sucede con la natación indoor, pero tampoco con la natación en exteriores, especialmente si se realiza en agua salada o en la playa.
Bueno para quemar calorías
Es evidente que hacer cualquier deporte nos va a echar una mano con la quema de calorías. No para adelgazar como tal, pues para esto necesitamos al déficit calórico, pero la natación es un deporte que nos ayuda a gastar las calorías. Además, en comparación con otras prácticas de bajo impacto como el yoga o el pilates, muestra muchos mejores ratios de gasto.
Anda también a la par con otros deportes de alto impacto, pero va a depender de la intensidad de la natación que practiquemos. Algo que también sucederá con el resto de deportes, pues no es lo mismo correr una maratón a una velocidad alta que ir de paseo. No obstante, la natación es un buen ejercicio para los que busquen perder peso.
Favorece el descanso y mejora el estado de ánimo
Ciertos estudios avalan que la natación mejora nuestro descanso, pues es algo habitual en los ejercicios aeróbicos. Algo que esta investigación avala valorando el insomnio en personas mayores que practicaban bicicleta, elíptica o nadaban. En un sentido parecido, también parece que la natación mejorar el estado de ánimo general de quien lo practica, aunque no parezca un mérito exclusivo de nadar.