Aeroyoga: los beneficios del yoga aéreo para combatir el estrés y el sedentarismo

Podría ser que aún no hubiéramos pasado la pantalla del yoga como para intentar entrar en el mundo del aeroyoga del tirón. Sin embargo, esta modalidad que combina ejercicios creativos y posturas tradicionales del yoga con cierta gimnasia acrobática, realizado en un columpio formado por telas en suspensión, es una de las últimas tendencias de fitness y bienestar.

Más allá de ejercicio de moda en los últimos años, donde incluso las celebrities se han subido este carro, el aeroyoga puede ser un ejercicio mucho más terrenal (aunque parezca una ironía) de lo que parece. En cierto modo, solo se trata de replicar las mismas posturas que podríamos utilizar en distintos tipos de yoga, pero en cierto nivel de alturas. Además, olvidemos el mito de que el aeroyoga siempre debe realizarse varios metros sobre el nivel del suelo, pues es suficiente con hacerlo apenas un metro o dos metros.

Es evidente, no lo vamos a engañar, que practicar aeroyoga necesita una cierta base física, una cierta coordinación y, sobre todo, necesita un instructor y una zona donde realizarlo con total seguridad. No consiste en colgar las primeras cuerdas que veamos del techo de nuestra casa y subirnos a ellas sin ningún tipo de garantía. Si tenemos todo esto, tendremos la suerte de poder practicar un deporte perfecto para quemar calorías, para tonificar nuestro cuerpo, para desconectar y, particularmente, para favorecer la creatividad de nuestros propios movimientos.

Considerado un híbrido entre el yoga, el pilates y la danza, el aeroyoga (también llamado yoga aéreo o yoga volante) fue inventado hace aproximadamente una década y media por la profesora Michelle Dortignac, aunque posteriormente se desarrollaron sistemas muy parecidos por otros profesores y monitores de fitness. En cualquier caso, es una práctica deportiva relativamente contemporánea que, generalmente, practican más mujeres que hombres (como sucede con el yoga tradicional), como sucede con el método Kaoru, del que ya te explicamos sus ventajas en THE OBJECTIVE.

Aeroyoga o yoga aéreo: cómo iniciarse

Cada vez más habitual en centros deportivos, gimnasios e incluso en hoteles, el aeroyoga es una tendencia al alza (otra ironía) que sirve tanto para estimular físicamente al deportista como para fomentar su creatividad a la hora de ejecutar movimientos. Así lo considera Katia Muñoz Olmo, wealthy expert del hotel Royal Hideaway Sancti Petri, que realiza este deporte en este hotel gaditano, aprovechando el aire libre y la presencia del mar como elementos motivadores.

«Practicar deporte al aire libre tiene beneficios físicos y psicológicos. Por lo que la práctica de aeroyoga motiva el crecimiento personal al mismo tiempo que fomenta la definición muscular y aumenta la resistencia», asegura. Una realidad que ya se da de por sí en el yoga, pero que cuando añadimos el complemento del arnés favorece una mayor tonificación debido al aumento de la intensidad del ejercicio, con el que se ponen en marcha numerosos grupos musculares.

Más complejo que la versión en suelo, Katia Muñoz también indica que es un deporte perfecto «para aquellos que buscan una disciplina que les ayude a ponerse en forma», puesto que «el aeroyoga se presenta como una variante más física con respecto al método clásico, debido a que permite llevar a cabo posiciones que en el suelo serían inviables o imposibles de realizar».

En este caso, razona a la vez sobre «tener en cuenta que, en las primeras prácticas de aeroyoga, servirán para nutrir las articulaciones, drenar el cuerpo y obtener una gran relajación». Aunque en el caso del citado hotel se cuenta con unas instalaciones especialmente diseñadas para esta práctica, el aeroyoga también se puede practicar de manera indoor.

Además, siempre es relevante que tengamos claro que cuando iniciemos cualquier tipo de deporte debe cumplir con ciertas premisas. En este caso, partiendo de un cierto grado de complejidad, es importante prestar atención a que el deporte que estemos haciendo sea divertido, lo estemos haciendo de manera pausada, podamos confiar en la persona que nos está ayudando y, sobre todo, no tengamos miedo a preguntar o a escuchar a nuestro cuerpo.

Si bien es cierto que es un ejercicio que a menudo suelen utilizar bailarinas o artistas, incluyendo trapecistas, pues permite una gran movilidad y fortalecer como hemos dicho un número muy elevado de músculos, no es su única variación. Es posible que tu intención practicando aeroyoga no sea entrar a trabajar en El Circo del Sol, así que es evidente que también hay una versión de yoga aéreo más terapéutica y abierta a todos los públicos. PD: en los primeros días, además de cansancio, es bastante posible que sientas un ligero mareo al volver a las posturas iniciales (es normal).

Los beneficios del aeroyoga

Independientemente de su intensidad, de donde los realicemos, de quien sea nuestro profesor o de la altura a la que nos estemos colgando, hay ciertos beneficios que van a ser igual de extrapolables al aeroyoga terapéutico o a las versiones más acrobáticas y deportivas. De hecho, tampoco es necesario haber pasado primeramente por el yoga tradicional para practicar este deporte.

• Ayuda a quemar calorías y a trabajar el abdomen, ya que requiere mantener el equilibrio en todo momento.
• Ayuda a eliminar el dolor de espalda, estirando la columna y descomprimiendo las vértebras.
• Tonifica los músculos y contribuye a definir la silueta, mientras que el cuerpo gana flexibilidad.
• Reduce el estrés gracias a que libera tensiones y conduce a un estado de relajación que nos ayuda a conciliar el sueño.
• Ayuda a drenar el sistema linfático y reactiva el sistema circulatorio al estar cambiando constantemente de postura.