THE OBJECTIVE
Lifestyle

Cinco alternativas con cafeína para sustituir el café

Puedes despedirte del café de cada día sin renunciar a sus efectos si buscas cobijo en algunos de estos productos, ya sea bebidos o en extractos

Cinco alternativas con cafeína para sustituir el café

Una mujer vierte un té en una taza | ©Freepik.

Tomar café a primera hora del día es uno de los desayunos más comunes en el mundo occidental pero, aunque muchas personas lo consuman por costumbre, otros también lo hacen por intentar recibir sus virtudes, donde la cafeína suele estar especialmente presente. Más allá del mito estimulante (y real) que persigue a este antioxidante y alcaloide, la realidad es que consumir cafeína puede ir asociado a ciertas virtudes que incluso la ciencia ha comprobado.

Lo cierto es que este estimulante de absorción rápida se vincula a una reducción de la fatiga (debido al bloqueo sobre los efectos de la adenosina, que es el neurotransmisor que relaja el cerebro). Como estos niveles van aumentando a lo largo del día, nos vamos sintiendo más cansados y es ahí donde encontramos la cafeína como herramienta para frenar esa somnolencia.

También está vinculada a un aumento de los niveles de adrenalina en sangre, e incluso a fomentar la actividad cerebral de ciertos neurotransmisores como son la dopamina y la norepinefrina. Todo ello además se refuerza con la velocidad de actuación que tiene la cafeína, pues en apenas 20 minutos consigue estar en el torrente sanguíneo, alcanzando alrededor de la hora su plena eficacia.

Por desgracia, no todo son virtudes cuando hablamos de cafeína o de café y puede haber gente que deteste su sabor o que la consuma de una forma poco recomendable. En este caso, ya te explicamos en THE OBJECTIVE, entre otras razones, cuál es el motivo por el que no deberías mezclar leche y café, pero no es la única razón que podría invitarnos a reducir su consumo.

Conocemos además la pisada a fondo del acelerador del tránsito intestinal que el café supone, aumentando la motilidad en nuestro sistema digestivo, motivo que podría llevar a algunos consumidores de café a preferir apartarlo de su día a día. Aun así, es conveniente comprender que la cafeína puede tener ciertas ventajas para nuestro organismo y que, aunque no procedan del café, podemos maximizarlas con otro tipo de productos.

A ello hay que añadir que el consumo de cafeína se puede vincular a una cierta reducción del peso, además de cierta protección cardiovascular y contra la diabetes, pero en casos puntuales. Por este motivo, si quieres decir adiós al café, pero no a la cafeína, hemos de presentarte a varios inesperados aliados y a algún viejo conocido.

Cinco alternativas con cafeína para sustituir al café

Conviene saber además que hay ciertos productos que lógicamente no tienen cafeína en la misma proporción que el café. Como también resulta evidente, la proporción variará en función de la cantidad que vayamos a consumir, así que quizá decir adiós al café —si lo que buscamos es cafeína— no sea tan sencillo.

Entre las alternativas está el chocolate, el cual contiene teobromina (un alcaloide similar a la cafeína), pero como la forma de consumirlo es distinta y, sobre todo, va aparejada a otros macronutrientes que no asociamos al café (como pueden ser las grasas o los hidratos de carbono) vamos a omitirlo de la lista.

Una mujer sirve un té rojo en una taza

Es el otro gran protagonista de miles de desayunos a lo largo y ancho del mundo y una forma espléndida de incluir cafeína. Aunque en este caso se la llama teína, la realidad es que vuelve a ser el mismo tipo de alcaloide, pero conviene comprender que la cantidad que incluye es menor y que también varía en función del tipo de té.

Si buscamos las opciones con más teína, hemos de pensar en los tés más oscuros, pues cuanto más se oxidan las hojas del té, más cafeína concentran. Por este motivo, tanto el té negro como los tés tipo Oolong son los más ricos en teína, en contraposisición con el té verde y, por último, del té blanco. Aun así, un té promedio tendrá entre 40 y 120 mg de cafeína por taza.

Guaraná

Bayas de guaraná frescas, ricas en guaranina (cafeína)

Conocido desde hace siglos por su uso en la Amazonía, cuando hablamos de guaraná hablamos de la Paullinia cupana, una planta típica del trópico latinoamericano y que tiene el tamaño, cuando está maduro, de una baya de café de color rojo, que protege la semilla negra que está en su interior.

En Occidente la forma más habitual de consumir guaraná es recurriendo a su extracto, que se elabora machacando las semillas y convirtiéndolas en polvo. La mayor parte aterriza en la industria de las bebidas energéticas y los refrescos, pero también se encuentra en ese polvo donde sería suficiente con consumir comprimidos que incluyan unos 75 mg de guaraná.

Nuez de kola

Es el ingrediente estrella de los refrescos de cola y en este caso hablamos del fruto del árbol de kola (Cola acuminata y Cola nitida), que es oriundo del África Occidental y que producen esta fruta con forma de estrella que en su interior alberga varias nueces, más o menos del tamaño de una vaina de cacao.

Cuando se consume en fresco, como es habitual en las sociedades africanas, tiene un sabor amargo, que desaparece si se consume a medida que se secan, volviéndose más suaves y con un ligero aroma a nuez moscada. En cualquier caso, la forma en la que se consume en Occidente es en forma de extractos y comprimidos, pues su forma fresca es difícil de encontrar. Como es evidente, invitamos a no consumirla en refrescos, pues apenas está presente en ellos más allá de a nivel aromático.

Kombucha

Dos personas elaborando kombucha

Si antes hablamos del té, es hora de hablar de uno de sus fermentados más de moda: la kombucha. Presente en España desde hace unos cuantos años, la kombucha no es otra cosa que un té fermentado con un hongo (llamado SCOBY) y que, por ende, tiene propiedades similares al propio té, aunque se suelen tomar frías a modo de refresco.

Contiene pequeñas cantidades de azúcar y también de teína, además de tener un sabor ligeramente ácido —debido a la fermentación— y también una pequeña cantidad de gas carbónico (natural, fruto de la citada fermentación). Se le asocian principios probióticos, pero no hay evidencia de ello. En cuanto a cafeína, hablaríamos de una fuente baja en este alcaloide, pues una botella de kombucha apenas contendrá unos 10 mg de ésta.

Yerba mate

Dos personas tomando yerba mate

La yerba mate o mate (como generalmente se conoce) es una infusión muy habitual en el Cono Sur latinoamericano, elaborada con las hojas secas de la planta Ilex paraguariensis y de la que sus consumidores aseguran recibir la fuerza del café, las virtudes del té y la alegría del cacao. No sabemos si todos esos milagros caben en el mate, muy consumido en países como Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay, pero sí sabemos que tiene cafeína.

Se estima que cada taza de yerba mate (mate es el nombre que recibe el recipiente y bombilla la ‘pajita’ con la que se consume) contiene unos 80 mg de cafeína, que es la misma cantidad que suele tener un café convencional (no espresso ni ristretto), así que es un buen sustitutivo para los que sigan buscando su dosis de alcaloide pero eviten el café.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D